REFLEXIONES NOCHEVIEJA 1994. MARIO CONDE

REFLEXIONES NOCHEVIEJA 1994



El día 24 de Diciembre de 1994, Mario Conde ingresó en la prisión de Alcalá Meco. Ese mismo día, le envié una sencilla carta de apoyo. Quiero compartir hoy, con todos vosotros, 17 años después, unas reflexiones personales que él me remite el día de nochevieja de ese mismo año y que he conservado todo este tiempo. La serenidad, la entereza y la dignidad de Mario, en momentos tan difíciles, son, en mi opinión, un ejemplo para todos. Daniel Movilla

Alcalá Meco 31.12.94

“Estoy asombrado de lo sucedido, sobre todo desde el punto de vista jurídico. La lectura del auto de prisión, que efectué ya dentro de Alcalá Meco, me produjo asombro, pero si cabe, todavía más asombro me produjo la resolución del recurso de queja. Sin embargo, tengo que seguir siendo respetuoso con la justicia y esperar que, a través de los procedimientos normales, todo se aclare algún día”

“No hay en mi sentimientos de ira, ni nada parecido. Las cosas a veces suceden porque tienen que suceder, al margen de conceptos jurídicos tales como justo o injusto”

“El Parlamento se había pronunciado. La Fiscalía también, al interponer la querella. El Banco de España necesitaba legitimar la intervención. Los medios de comunicación social ejercían toda la presión posible. Por eso, al final, ha sucedido lo que ha sucedido.

Lo comprendo. No lo justifico, pero lo comprendo. Soy, ante todo, un jurista y quiero mantener lo más intacto posible todo el edificio de mi formación intelectual.

“La verdad es que creo que el sentimiento de dolor que pueda llegar a sentir quien toma decisiones injustas bajo presiones externas, es mucho mayor y sobre todo más duradero, que la tristeza de ver cómo te separan – injustamente en mi opinión— de tu familia y amigos, de una forma tan brusca y en fechas tan señaladas.”

Pero cuando la verdad resplandezca, si es que lo conseguimos algún día, todo habrá pasado para mi, y quedarán para siempre, unas decisiones de este calibre”

“Momentos como este exigen firmeza, entereza y dignidad. Es preciso, una vez aquí dentro, dejar de lado lo justo o injusto de una situación. Ya solo importa sobrevivir en las nuevas circunstancias, acomodarte a ellas, saber superar momentos tan complejos, con el arma que define a la persona humana: la dignidad.”



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