Tengo que decir por una vez, -ni con
humildad ni con orgullo- porque es así, que estoy en posesión de la más alta
titulación académica concedida por una universidad centro europea. Soy un ser
humano que intenta aprender cada día, incluso de los animales. Lo digo sin otra
pretensión que considerarme capacitado para opinar sobre este tema que ha
levantado polémica.
El Dato del que partimos: Se sabe que en
España se produjeron en 2010, último año con datos publicados, 113.031 abortos
(último dato conocido). A propuesta del gobierno Zapatero, se cambió la llamada
Ley de los 3 supuestos (de 1985), por la Ley Aido o Ley de Plazos que entró en
vigor precisamente en 2010, que permite el aborto hasta la semana 14 sin
necesidad de justificación, en caso de riesgo para la vida de la madre o del
feto, hasta la semana 22 y posteriormente y hasta el final del embarazo, si se
detecta alguna anomalía incompatible con la vida. Una ley con fuerte
contestación popular y que está recurrida ante el Constitucional. El ministro
de Justicia actual, Alberto Ruiz Gallardón ha manifestado su intención de
reformarla (lo cual iba en su programa), sin mayor concreción por el momento.
La polémica. La revista británica
“Journal of Medical Ethics”(IME)el pasado 22 de febrero de 2012, publicó un
artículo en el que ve admisible matar a los recién nacidos por ser algo
moralmente equivalente al aborto. El artículo en cuestión se titulaba: “Aborto
postparto: ¿por qué debería vivir un niño?” El artículo ha sido calificado por
Martínez Urionobarrenetxea, como "uno de los artículos más controvertidos
en la historia de la bioética"
Lo firman los filósofos de bioética,
Alberto Giubilini de las universidades de Milán y Monash, en Melbourne, y Francesca
Minerva, de la universidad de Milán y Oxford. Pretenden estar usando “sólo
argumentos lógicos”. Según ellos, los argumentos que valen para justificar el
aborto, son igualmente válidos para deshacerse de un bebé post parto. Así de
tajantes: “Si criterios como los costes -sociales, psicológicos, económicos-
son razones suficientes para que los padres aborten cuando el feto está sano
(…) también deberían justificar la muerte de una persona recién nacida”. Mejor
dicho, para ellos,tanto el aborto como el infanticidio (“aborto postparto”),
pueden decidirse porque tanto uno como otro son potencialmente personas.
"El aborto está ampliamente
aceptado incluso por razones que no tienen nada que ver con la salud del feto.
Dado que tanto los fetos como los recién nacidos no tienen el mismo estatuto
moral que las personas reales, el hecho de que ambos sean personas potenciales
es moralmente irrelevante, y puesto que la adopción no siempre es lo mejor en
interés de las personas reales, los autores sostenemos que lo que llamamos
aborto después del nacimiento (matar a un recién nacido), debe ser permitido en
todos los casos en que se permite el aborto, incluyendoaquellos donde el recién
nacido no es un discapacitado".
Como señala la doctora Gador Joya, de
DAV: «Los autores de este informe alcanzan una conclusión correcta: tanto el
feto como el recién nacidos son moralmente equivalentes. Pero la aberración
llega en su conclusión: por lo tanto ‘se puede’ matar a los dos».
Los autores evitan deliberadamente la
palabra “infanticidio”, penad0 en casi todos los Estados. Como el “aborto” no
está penalizado aunque sea la muerte del feto, lo definen como “aborto
postparto”. Como en el aborto, también en el ”postaborto” se entrelazan
cuestiones científicas, éticas, y religiosas. Una cosa es lo legalmente
despenalizado, y otra muy distinta lo éticamente reprobable. Acabar con una
vida humana, antes o después de nacer, es posible, pero ¿la vida de un
concebido y de un nacido no vale nada? ¿Desconocer la dignidad de ese ser en crecimiento
no es la deshumanización de la ciencia y de la sociedad? ¿No se está reduciendo
al feto o al neonato a un puro “objeto” que puede llegar a ser algo en función
del capricho de los padres, o de la sociedad, o a los vaivenes de una crisis
económica, o del azar de un estado de ánimo? ¿No es esto síntoma de
degeneración, de locura y de paranoia? "El pensamiento paranoide —dice
González Duro— es rígido e incorregible: no tiene en cuenta las razones
contrarias, sólo recoge datos o signos que le confirmen el prejuicio, para
convertirlo en convicción."
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