ENTREVISTA A MARCOS ANA

MARCOS ANA
Marcos Ana es un poeta salamantino nacido en 1920. Vivió la guerra en plena adolescencia. Pasó más de 23 años en los penales de Ocaña, Alcalá de Henares, Burgos y Porlier. A sus 92 años nos habla de su vida, su periodo en la cárcel, de la transición y sus errores, de los falsificadores de la historia, del legado de la II República…La lectura de esta entrevista supone un repaso a la historia de la España de los últimos 60 años. Para todos aquellos que quieran conocer más sobre la vida de Fernando Macarro (Marcos Ana) les recomendamos la lectura de su obra autobiográfica “Decidme cómo es un árbol. Memorias de la prisión y la vida” que fue prologado por José Saramago. Coincidiendo con el 81 aniversario de la II República hemos querido hablar con alguien que estuvo allí y que es parte de nuestra historia más reciente.

La Guerra Civil provoca todavía hoy un amplio debate en la sociedad española, ¿qué recuerdos tiene Marcos Ana de la Guerra Civil española?
La guerra me pilló a los 16 años. Estuve combatiendo hasta el 39 cuando me detuvieron en el puerto de Alicante donde estábamos esperando la llegada de dos barcos ingleses para salir de España. En Alicante nos juntamos muchos, pero no llegaron los barcos, por lo que fui detenido y acabé junto con muchos otros en el campo de concentración de Albatera (Alicante).

Sin embargo, consiguió usted escapar de Albatera
Me escapé hacia Madrid, pero fui delatado por un antiguo compañero de la guerra que era un confidente de la policía y ya no salí de la cárcel hasta 23 años después, hasta noviembre de 1961.

¿De qué fue acusado?
Tuve dos penas de muerte, una en Alicante (1939) por ser dirigente de la Juventud durante la guerra y otra en Porlier (1943) por hacer un periódico para conmemorar el primero de mayo de 1943, pero fue interceptado por los carceleros. La tortura se produjo entre todos aquellos que vieron leyendo el periódico y ello llevaba a la delación. En esa tesitura, me presenté voluntario para impedir que aquella cadena de caídas se llevara a muchos por delante. Ya me destrozaron y me dieron la segunda pena de muerte. Durante más de mes y medio no pude comer, mis compañeros me tenían que dar la comida porque no podía mover los brazos.  Ambas penas de muerte me la conmutaron por prisión. Si unimos treinta años por cada expediente hacen un total de 60 años de prisión de los cuales cumplí nada más (lo dice con ironía).

Cuando se habla de la Guerra Civil, siempre se utiliza el tópico de “todos hicieron lo mismo”. Usted estuvo allí
En la zona republicana también se cometieron atrocidades, que no se pueden justificar, en los primeros días de la guerra por la indignación que produjo la sublevación contra la República, especialmente por grupos que se tomaron la justicia por su mano. Pero cuando pasó los primeros meses el gobierno de la República se hizo con la situación y aquello terminó, en cambio en la zona nacional la represión existió durante cuarenta años hasta 1975. Cualquiera que estudie la historia lo sabe pese a lo que digan los falsificadores de la historia.

Ya que habla de los falsificadores de la historia, algunos hablan de que fue el bando republicano el que empezó la guerra
La guerra de España es una guerra que no queríamos los republicanos, eso fue un estorbo porque acabábamos de ganar las elecciones del 36. Abrimos un camino pacífico y fueron ellos los que cerraron a sangre y fuego, ese camino de progreso que se había abierto en 1931. Fueron los señores de la banca y de la iglesia que no querían perder sus privilegios los que empezaron la guerra pese a lo que digan los falsificadores de la historia.

Usted pasó más de 23 años en la cárcel ¿Cuáles son los mejores recuerdos de aquella etapa?
El mejor recuerdo es el de la fraternidad, porque sin ello hubiese sido difícil resistir. Nosotros transformamos la cárcel, todo de manera clandestina, y creamos una escuela y hasta una escuela de libertos (escuela para aquellos que en breve saldrían de la cárcel y pasarían a la clandestinidad) donde compañeros experimentados les adiestraban sobre la vida en la clandestinidad y como comportarse en caso de caer en manos de la policía. Era una especie de Estado dentro del Estado, especialmente en el caso de la cárcel de Burgos. Incluso creamos una tertulia para aquellos con inquietudes culturales y artísticas, y fue ahí donde empecé yo a escribir mis poemas…

¿Cómo se mostraba esa fraternidad?
En aquella época de hambre cualquiera que recibiera una tortilla francesa tenía que repartirla en cinco o seis pedazos. La solidaridad era tremenda para cómo vivíamos.

En el lado contrario, ¿qué recuerdos más negativos le quedan?
La violencia que se ejerció contra nosotros. Fue la dignidad la que nos mantuvo en pie. Cuando estuve en el corredor de la muerte di abrazos a casi todos mis compañeros y eso lo recuerdo con mucha tristeza. Así como las sacas que se producían todos los días a excepción de los sábados. Ten en cuenta que hasta el año 44-45 se estuvo sacando gente. Era muy trágico ver como te arrancaban a compañeros de los brazos para matarlos en la madrugada

De todos los compañeros que tuvo en la cárcel y después, ¿a quiénes recuerda?
Éramos muchos, pero quizás Eugenio Mesú, secretario general de las juventudes comunistas de Madrid antes de la guerra; Domingo Girón, comisario de artillería; Luciano Sala que vino de Cuba como voluntario para formar parte del aparato clandestino y que acabó fusilado una madrugada… Son demasiados casos para recordar todos.

Al igual que a otros personajes como Santiago Carrillo, diferentes medios conservadores, le siguen acusando de unos asesinatos que han quedado demostrados que usted no llevó a cabo
Yo tenía 16 años y además, quien me conozca a mi te puede decir que es impensable. Lo que ocurre en aquellos tiempos es que en los pueblos pequeños si había habido una iglesia que se había quemado o habían fusilado a gente, siempre se les achacaba a los dirigentes. En Alcalá me acusaban de crímenes que ocurrieron cuando yo no estaba ya allí. Soy un enemigo radical de la violencia y del tomarse la justicia por la mano como ocurrió al principio de la guerra.

Usted defiende la memoria histórica sobre lo ocurrido durante la Guerra Civil y el franquismo
El problema es que han pasado mucho años y eso ha ido borrando lo que había acontecido durante el franquismo, por ello reclamamos una memoria histórica para que nuestros hijos conozcan lo que ha ocurrido en España para que no se repitan. Se habla de  pasar página, pero para ello hay que haber leído la historia y eso no se ha hecho. No puede ser que muchas generaciones no conozcan lo que pasó en España y lo que sufrió nuestro país y es necesario que esto se conozca. Es el mejor legado que podemos dejar a nuestros hijos.

Este sábado se cumple el 81 Aniversario II República, ¿qué queda en la España de hoy de aquella República?
Para muchos queda el recuerdo. Fue un periodo muy interesante de la historia de España en el que se produjeron muchas transformaciones. La República supuso abrir los caminos hacia Europa, se abrieron caminos en el terreno cultural con la creación de más de 7000 escuelas que buscaban acabar con el elevado analfabetismo campesino que tenía España, se crearon las misiones pedagógicas con el objetivo de extender el progreso, la extensión de la vía democrática… fue en definitiva un periodo de renacer social muy importante, pero que se encontró con muchos obstáculos como la Iglesia que veían que perdían sus privilegios durante siglos.

Cuando salió de la cárcel se convirtió en un símbolo de la libertad. Visitó muchos países, entre ellos, la URSS. Cuenta en sus memorias la decepción que le supuso su visita a la Unión Soviética
La primera vez que estuve en la URSS besé la tierra porque pensaba que allí comenzaba la redención del mundo, pero luego visité más veces la Unión Soviética y encontré fallos que no eran comprensibles y que no tenían nada que ver con mis principios. La idea del socialismo era una idea justa, pero los instrumentos –hombres, organizaciones, partidos- no eran los adecuados

Corea del Norte, Cuba… ¿por qué ha fracasado el comunismo?
Porque el capitalismo tiene mucha fuerza, tienes muchos más años que esos ensayos de socialismo defectuoso. El poder del capitalismo es mucho más fuerte que la bondad de las ideas.

Sin embargo, usted sigue considerándose comunista ¿Qué es ser comunista hoy día?
Siempre digo que yo no soy un comunista de cuartel. Yo siempre he diferenciado las ideas de los instrumentos. Las ideas no son culpables., Que yo quiera una sociedad sin guerra, sin hambre, sin desigualdades sociales… la bondad de esas ideas está ahí y por eso yo sigo siendo comunista porque las ideas no son culpables de los errores que cometamos los hombres.  Aunque no encuentre ningún ejemplo en lo que se han llamado regímenes comunistas.

En el contexto actual de crisis económica, de pobreza en el Tercer Mundo… ¿Hay esperanza?
Esperanza siempre hay, si perdemos la esperanza estamos perdidos. Esta esperanza está basada en la fe de que las cosas tienen que abrirse camino. Lo que ocurre es que la Historia es lenta y esos cambios son muy lentos (los procesos históricos son distintos a los humanos). Una generación no llega a conocer eso por lo que ellos han luchado, pero eso no significa que no haya cambio.

¿Cuál es para Marcos Ana su gran Utopía?
Mi gran Utopía es la de un mundo sin hambre, sin guerras, sin desigualdades sociales… donde todos podamos vivir en paz. Una sociedad donde el rector no sea el capitalismo porque el único fin del capitalismo es la ley del máximo beneficio y nosotros queremos algo muy diferente

¿Qué consejo les darías a los más  jóvenes?
Deben luchar por no perder las ventajas que hemos conseguido a través de la lucha. Primero hay que defender lo que han cumplido nuestros padres y hay que abrir nuevos caminos para conquistar nuevos espacios más justos y más humanos y eso tiene que ser nuestra lucha. A mis 92 años puedo asegurarte que contenido de mi vida,  mi pensamiento y mi palabra estarán siempre al servicio de ese fin que es el que he luchado toda mi vida. Las nuevas generaciones deben comprender la necesidad de cambiar el mundo.

2 comentarios:

  1. Lamentablemente, hoy en día no se suele escuchar de boca de los que presenciaron la guerra todo lo que se sufrió y por lo que se luchó. La gente joven debería de echar la vista atrás y saber de donde venimos y porqué se ha luchado.

    Y así se sigue, sin interesarse por política, historia, y mil cosas más del dia a dia. Triste futuro nos espera si no comprendemos y aceptamos de donde venimos y de que forma hemos avanzado, ya sea por el bando republicano como por el nacional, ya que tanto unos como otros, a pesar de tener más simpatía hacia un lado u otro, cometieron barbaridades dignas de castigo, pero no del olvido.

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  2. Muy buena la última frase

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