ISLANDIA
TRIPLICARÁ SU CRECIMIENTO EN 2012
PUBLICADO EN http://teatrevesadespertar.wordpress.com/
Islandia consiguió acabar con un
gobierno corrupto y parásito. Encerró a los responsables de la crisis
financiera en la cárcel. Empezó a redactar una nueva Constitución hecha por
ellos y para ellos. Y hoy, gracias a la movilización, será el país más próspero
de un occidente sometido a una tenaz crisis de la deuda. Es la ciudadanía
islandesa, cuya revuelta en 2008 fue silenciada en Europa por temor a que
muchos tomaran nota. Pero lo lograron, gracias a la fuerza de toda una nación,
lo que empezó siendo crisis se convirtió en oportunidad. Una oportunidad que
los movimientos altermundistas han observado con atención y lo han puesto como
modelo realista a seguir.
Desde En Positivo, consideramos que la
historia de Islandia es una de las más buenas noticias de los tiempos que
corren. Sobretodo después de saber que según las previsiones de la Comisión
Europea, este país del norte atlántico, cerrará el 2011 con un crecimiento del
2,1% y que en 2012, este crecimiento será del 1,5%, una cifra que supera el
triple que la de los países de la zona euro. La tendencia al crecimiento
aumentará incluso en 2013, cuando está previsto que alcance el 2,7%. Los
analistas aseveran que la economía islandesa sigue mostrando síntomas de
desequilibrio. Y que la incertidumbre sigue presente en los mercados. Sin
embargo, ha vuelto a generar empleo y la deuda pública ha ido disminuyendo de
forma palpable.
Este pequeño país del periférico ártico
rechazó rescatar a los bancos. Los dejó caer y aplicó la justicia sobre quienes
habían provocado ciertos descalabros y desmanes financieros. Los matices de la
historia islandesa de los últimos años son múltiples. A pesar de trascender
parte de los resultados que todo el movimiento social ha conseguido, poco se ha
hablado del esfuerzo que este pueblo ha realizado. Del límite que alcanzaron
con la crisis y de las múltiples batallas que todavía están por resolver. Sin
embargo, lo que es digno de mención es la historia que habla de un pueblo capaz
de comenzar a escribir su propio futuro, sin quedar a merced de lo que se
decida en despachos alejados de la realidad ciudadana. Y aunque sigan
existiendo agujeros por llenar y oscuros por iluminar.
La revuelta islandesa no ha causado
otras víctimas que los políticos y los hombres de finanzas. No ha vertido
ninguna gota de sangre. No ha sido tan llamativa como las de la Primavera
Árabe. Ni siquiera ha tenido rastro de mediática, pues los medios han pasado
por encima de puntillas. Sin embargo, ha conseguido sus objetivos de forma
limpia y ejemplar.
Hoy por hoy, su caso bien puede ser el
camino ilustrativo de los indignados españoles, de los movimientos de Occupy
Wall Street y de quienes exigen justicia social y justicia económica en todo el
mundo.
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