Quizá el calor y el ambiente enrarecido que da a las calles el subidón de las temperaturas sea la mejor metáfora de lo que ocurre en las esferas políticas de Andalucía. La relación PSOE e IU está cimentada por los acuerdos del interés y no por la convicción y eso provoca situaciones como la de esta semana, en la que tres de los parlamentarios de IU en la cámara no votaron a favor del plan de ajuste del gobierno andaluz. El caso de Manuel Baena, que pasó desapercibido en un principio porque, directamente, se ausentó de la cámara para evitar el voto, es el más llamativo.
De Sánchez Gordillo se podía esperar el resultado, pero el caso del pontanés refleja que buena parte de los militantes y cargos de IU -por no decir todos excepto los que están tocando el poder de forma material- están a disgusto en un pacto forzado y que se las está teniendo tiesas para que la coalición de izquierdas pueda mantener una mínima coherencia. Baena alegó que no podía votar los ajustes por "conciencia" y señaló que el "día a día de este pacto es complicado". Y tanto. No es la primera vez que advertimos de que la ruptura del gobierno andaluz es una escenario posible porque personas como Baena, médico de profesión, no pueden ahora votar un recorte sanitario o educativo cuando llevan décadas defendiendo el modelo público a ultranza.
Al final IU puede ser la víctima propiciatoria del triángulo político que tiene su cabeza en Madrid con el PP y se sustenta en PSOE e IU en el sur. El PP aprieta a las comunidades con el objetivo de déficit porque la situación es insostenible y el Gobierno ya ha advertido que habrá instituciones que perderán la liquidez si no se aplican en la reducción de la hoja de gastos. Y mientras, el PSOE tiene que acatar con el respaldo de IU, que queda en un tercer plano pero que al final es cómplice. Una vez salida de las catacumbas de la oposición, IU se ve obligada a dar el trigo contrario al que predicaba, una situación ésta que la tiene contra las cuerdas.
De su retiro surge Anguita para encabezar un movimiento contra los recortes de los que IU es cooperador necesario, Valderas tiene varios frentes en contra abiertos y las votaciones en la cámara salen de milagro porque ya cala el discurso de quienes no querían estar en este gobierno andaluz porque sabían la que iba a caer cuando se tuvieran que tomar decisiones que "afectan a los trabajadores", según el parlamentario Baena. Al final nos encontramos con un escenario que puede favorecer a Griñán. Con IU en una tesitura complicada y con el PP descabezado por la marcha de Arenas, si se rompe el gobierno andaluz unas elecciones anticipadas podrían ser una oportunidad para el PSOE. Aunque, ojo, antes habrá que valorar el descrédito al que se enfrenta tras un pacto fallido.
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