YA
HAY UN RESPONSABLE: EL VIENTO
Apenas ha comenzado el verano. Llevamos
miles de hectáreas arrasadas por el fuego.
Intencionados o no, los incendios
arrasan por igual las zonas afectadas.
La gravedad de los incendios no se mide sólo por los parajes arrasados,
los vecinos evacuados, y los daños en la
fauna y en la flora. No se puede hablar únicamente de daños materiales, aunque
éstos son más fáciles de cuantificar. En los devastadores incendios de los últimos
días en levante, tenemos ya un muerto, el piloto de un helicóptero, caído al agua, mientras
participaba en las labores de extinción.
Hay también otros heridos en un segundo accidente.
El fuego devora lo que encuentra a su
paso, y es más devastador si tiene como aliado el viento y una gran sequía. Si “la tierra pertenece al viento”, el incendios
también. Si es intencionado, pueden
rastrearse las intenciones perversas, incluso políticas, de los pirómanos. Pero
el fuego, por muy rojas que sean las llamas es apolítico, y no sabe ni de
alcaldes, ni de autonomías, ni de gaitas.
Pues bien, ayer, quinto día del incendio
de Valencia, acudieron a la zona los primeros representantes de la Administración Central, los ministros de
Defensa y de Agricultura y Medio Ambiente.
Mantuvieron una reunión con el presidente valenciano, Alberto Fabra,
antes de volar a Murcia, afectada por otro grave incendio. Valencia y Murcia son
términos de dos Autonomías gobernadas por los populares.
Coinciden estos desastres, con el inicio del juicio por el incendio de
Guadalajara en 2005. El incendio de Guadalajara, comenzó el 16 de julio y ardieron
13.000 hectáreas de pinares. Pero además, el 17 de julio de 2005 fallecieron en
dicho incendio 11 personas, miembros del retén de Cogolludo. “La gestión que
del incendio tuvo el gobierno de Castilla-La Mancha fue duramente criticada
desde distintos ámbitos alegando que no se enviaron los medios aéreos y
terrestres necesarios durante las primeras horas. Dichas críticas se basaban entre otras, en las
grabaciones del 112
y a que sólo se elevó el nivel de alerta y se solicitó ayuda al gobierno
central cuando se conoció la trágica noticia de los once muertos, como
reconoció el entonces vicepresidente de la Junta Máximo Díaz Cano”.
Siete años después de los hechos, se está
juzgando a los 3 excursionistas que hicieron una barbacoa, que supuestamente
pudo ser causante del inicio de dicho
incendio el día 16 de julio de 2005. Aunque ninguno de los tres ha reconocido
ser el responsable del inicio del fuego.
Aunque se llegó a imputar a 29 personas, al final sólo los excursionistas, que
encendieron la barbacoa en un lugar autorizado, pagarán. Ni los ciudadanos, ni
las familias de los fallecidos sabremos qué falló el 17 de julio de 2005 para
que murieran once personas. ¿Cómo se puede prevenir desastres de esta magnitud,
si la justicia renuncia a saber otra cosa que quien prendió un fuego
imprudente, 24 horas antes de la tragedia?
Los políticos, gestionan bien las
cuentas de todos, aunque la situación sea un desastre,-ni por lo político ni
por lo penal hay responsables-.
Consiguientemente los incendios también han sido bien gestionados, o al menos
bien tapados. Decidirán los jueces, -porque en España la justicia también es
independiente-. “Y-como dice Mario
Conde-, no vale con que una Constitución diga no se que de ciertos derechos
fundamentales. Lo que cuenta es que han hecho con ellos, como los han manejado,
como han utilizado el Derecho para cercenar posiciones discrepante, como han
controlado a las personas encargadas de acusar (Fiscales) y de administrar la
llamada Justicia, a la policía, a los inspectores y recaudadores tributarios, a
ciertos abogados del Estado que se han dejado, al banco de España. En fin, al
circuito de poder al que llamo el Sistema”. Pero, el dinero de la declaración
de zona catastrófica, las indemnizaciones, las reforestaciones, etc. se hace
con dinero público, es decir de todos, también con el mío. Aunque no fuera más
que por esta razón tengo derecho a opinar y por supuesto a preguntar.
Pueden
seguirse las sesiones en El HERALDO DEL HENARES. http://www.elheraldodelhenares.es/pag/noticia.php?cual=13949
Una cosa es cierta y cada vez más
palpable, los incendios y los desastres naturales no se han traspasado a
ninguna autonomía. ¿Por qué no se gestionan desde una unidad central operativa,
que pueda disponer de todos los medios, y todos los efectivos, se encuentren
donde se encuentren, desde el primer momento?
He podido leer en internet, estos días, críticas a la actuación
política, de alcaldes y gobiernos. En el incendio de Guadalajara no se
movilizaron esos medios, más que cuando se conocieron los fallecimientos. ¿No
se está demostrando que en los incendios, las Autonomías, más que una solución
son una rémora, y un problema? ¿Siempre las llamas respetan los artificiales
límites políticos? ¿Si tenemos medios, están capacitados, porque no atajar el
núcleo del problema desde el primer momento? Los políticos, en general, no
están preparados para estos desastres, ¿por qué no se dejan estas cuestiones
totalmente en manos de los técnicos? La crisis ha desvelado a la ciudadanía,
que las Autonomías no han sido una buena solución, ni política, ni económica,
ni administrativa.
Pero ahí siguen. Los incendios también.
¿Por qué no se eliminan, o en su caso se comienza por devolver competencias al
Estado? ¿No está Europa en condiciones de echar una mano, en vigilancia vía
satélite, y en efectivos potentes, antes de que sigamos con la destrucción
ecológica de nuestra península? ¿Por qué tanta vigilancia monetaria ante nuestros desmanes, y tan poca ante el
avance de la desertización y la mengua –año tras año- de nuestra masa
forestal? ¿Por qué no se emprende una
decidida política de reforestación a nivel nacional? ¿Es más rentable tirarse
los trastos a la cabeza sobre el agua y los trasvases? ¿No tienen los bosques
una función hidrológica? ¿Es que no hay 5 millones de parados repartidos por
todo el territorio? ¿Es preferible dejar que se pudra todo y que no podamos
respirar, pero que podamos “cobrar” el paro? ¿No hay un 52% de juventud que no
tienen trabajo? La emigración, e incluso los reclusos ¿no pueden plantar
árboles?
¿Cuántas personas tienen que morir en un
incendio, para que éste se afronte con todos los efectivos de un país serio? La
recuperación natural de esas zonas se calcula en casi 100 años. ¿Hay peor sequía que la de las ideas? ¿No hay
otros héroes anónimos, que sudan la camiseta y
“se juegan” la vida por todos?
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