TAMBIÉN EL GRIEGO
“La educación es el motor que promueve la
competitividad de la economía. Mejorar el nivel educativo de los ciudadanos
representa una apuesta por el crecimiento económico y por conseguir ventajas
competitivas en el mercado global”. (Preámbulo de la LOMCE).
Con una visión tan ramplona sorprende que el nuevo
plan de estudios no se haya reducido a solo dos materias: segundo idioma (o
tercero o cuarto), para salir huyendo a donde sea, e informática, para mandar
currículos online por todo el orbe. Toda disciplina que no sea un mero
instrumento, sino un fin en sí misma, como las humanísticas, se descarta en
estos tiempos de crisis como un lujo inadmisible.
El Griego es cursado actualmente en Bachillerato,
allí donde todavía se oferta, por menos de un 1% de los alumnos. Su degradación
a optativa de oferta no obligada en el nuevo proyecto, junto con la supresión
de la materia de Cultura Clásica, significa la desaparición definitiva de esta
lengua en la Enseñanza Secundaria y la eliminación de todos los departamentos
de Griego en los institutos donde todavía sobreviven. Quizá, en su simpleza.
Wert se ha confundido de griegos y quiere rebajar
también a los antiguos a la categoría de bonos basura. O quizá no, y lo que
pretende es evitar a toda costa que nuestros jóvenes oigan hablar siquiera de
un pueblo que, ayer igual que hoy, se resiste tercamente a que lo aplasten y
que ya sabe lo que es derrotar por dos veces a los bárbaros.
PUBLICADO EN EL PAÍS
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