AMY MARTIN. THE MUSICAL
El salado
creador de la famosa columnista y analista política Amy Martin fue miembro del
grupo de economistas independientes que redactaron el programa económico de
Zapatero en las elecciones de 2004, quien lo nombró subdirector de la Oficina
Económica del Presidente en su primera legislatura. Posteriormente fue miembro
del comité de redacción del programa electoral socialista en 2008 y 2011. Se
comprende lo bien que marcharon los asuntos de las perras y las finanzas en los
mandatos de Zapatero con tan imaginativo talento como redactor de su programa y
subdirector de su oficina económica. Se comprende, sobre todo, la fantasía con
que se abordaron y la repugnancia hacia esa cosa tan grosera que quienes
carecen de imaginación llaman realidad.
Amy Martin
es fantástica. Un talento. Lo mismo escribe un artículo sobre la medición de la
felicidad que otro sobre la central nuclear de Fukushima, la crisis en la
Eurozona o -agárrense- El cine como sistema de desarrollo. La industria
cinematográfica de Nigeria. Toma ya. Le faltaba unir a sus virtudes
intelectuales el muslamen de las macizas de Forges para cumplir en superlativo
el ideal clásico: una mente perfecta en un cuerpo perfecto. Pero la política es
más dura que la literatura. Admiramos a Cervantes por haber creado a Alonso
Quijano y a Conan Doyle por haber dado tal vida a Holmes que hasta recibe
cartas en el 221-B de Baker Street. Sin embargo, al pobre Carlos Mulas la
creación de la polifacética Amy Martin le ha costado el despido y quizá una
denuncia.
Lo más
divertido es que estos pollos que tantas alegrías están dando al PP (al
enfangar o ridiculizar al PSOE) y al PSOE (al enfangar o ridiculizar al PP) no
eran unos cualesquiera en sus partidos. Bárcenas ha sido una persona clave en
el PP bajo dos presidentes y cuatro secretarios generales. Mulas, más modesto,
fue asesor y subdirector de la Oficina Económica de Zapatero. Digo que es lo
más divertido desde un punto de vista esperpéntico, claro. Aunque la situación
española, tras los escándalos en las cúpulas del PP, el PSOE y CiU, desborda ya
los esperpentos de don Ramón María del Valle-Inclán. Esto exige una comedia
musical negra, negrísima, tipo Cabaret o Chicago. Si yo fuera Carlos Mulas le
vendería al compositor de estos musicales, John Kander, que todavía vive, la
idea para que creara Amy Martin. The Musical. Lo de Bárcenas lo reservaría, en
cambio, para Coppola.
FUENTE: MÁLAGA HOY
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