¡QUÉ ASCO!
¡Qué asco! Caso
Matesa: Se descubre que la empresa Matesa tenía una deuda de 10 000 millones de
pesetas con un banco público. Esta empresa había adquirido la patente de un
tipo de telar francés, había enviado 1500 telares…la cosa es que solo había
vendido 120. Para poder cobrar los créditos de exportación que le había cedido
el banco, falsificó una serie de documentos.
Polígono
Campo de Gibraltar: Nuevamente en época de la Dictadura, cuando Franco cerró el
acceso a Gibraltar, media Cádiz se quedó en paro; para solucionarlo se planificó construir un
polígono industrial en el Campo de Gibraltar, y digo que se planificó, porque
se quedó la cosa en planes, ya que lo único que se construyó fue una refinería.
Caso Gürtel:
Parece ser que el señor Francisco Correa y tres hombres de confianza suyos se
habían montado en entramado de negocios con objeto de rapiñar un poquillo de la
administración pública (ayuntamiento y demás)
Podría
seguir…y sería infinito…pero mejor paro. La cosa es simple, nosotros vemos
estos casos por la tele, decimos que los políticos son todos unos ladrones que
hacen lo que quieren…pero, ¿hay alguien honrado? Seamos sinceros con nosotros
mismos, porque si hay algo que hace de España una nación es la poca vergüenza.
Sí, catalanes, andaluces, valencianos, gallegos, vascos… ¡no se libra ni uno!
¡Todos con una cara que se la van pisando! Y digo yo, ¿cómo pretendemos que
nuestros políticos sean honrados?
¡Los
políticos también son españoles! En este país hay dos cosas que tenemos
grabadas desde la edad media. La primera: no dar palo. La segunda: si no me
pillan es legal. Y eso es lo que somos, un país lleno de sinvergüenzas,
ignorantes, y sobretodo, que es lo peor,
flojos, vemos las cosas mal, cada vez peor y no hacemos nada y lo que hacemos
¡no vale para nada!
Este país
necesita un cambio, peor no económico ni social, ¡necesita un cambio de
mentalidad! Pero eso es como encender fuego con nieve.
No me
juzguen, solo recuerden esa gran frase de que una persona que ama algo en lo
profundo, se permite hablar amargamente de ello.
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