SEIS MILLONES. PILAR CERNUDA


SEIS MILLONES
Se han cumplido los pronósticos, que no eran buenos: llegamos a 2013 con la tasa de paro más alta de la historia, con casi seis millones de parados, seis millones de dramas, seis millones de tragedias, seis millones de personas desesperadas. No por cumplir los pronósticos la cifra es más llevadera, la propia ministra de Empleo no ocultaba este jueves su preocupación por los millones de familias que se enfrentan a una agonía hasta que alguno de sus miembros encuentre empleo; o los millones de familias en las que los padres o los hijos se plantean marcharse de España para encontrar la oportunidad de salir adelante en países casi siempre muy lejanos.


Estamos haciendo bien los deberes, dicen las autoridades europeas y las de las distintas instituciones monetarias y financieras; pero ese consuelo se queda en nada cuando vemos que continúa el goteo de parados, y que más de un millón de jóvenes no han encontrado trabajo a pesar de que presumíamos de contar con la generación más preparada de nuestra historia. Un tercio de los parados del Eurogrupo son españoles.

Hay alguna lectura positiva que sirve de consuelo, aunque sea pobre consuelo: un porcentaje algo mayor de los nuevos parados pertenecen al sector público, que se está reestructurando para que España pueda encarar con cierto optimismo el futuro; por primera vez en el 2012 se ha incrementado el número de autónomos después de que desaparecieran más de medio millón en los tres últimos años; desde que se aprobó la reforma laboral el número de parados ha sido la mitad respecto al año anterior… Pero queda camino por recorrer hasta que podamos sentirnos satisfechos ante una EPA que nos demuestre con hechos, con altas, con nuevos empleos, que hay motivos para pensar que los españoles pueden encontrar trabajo en su país y que los jóvenes pueden echarse a la calle seguros de que encontrarán empleo una vez que finalicen sus estudios universitarios o completen su formación profesional.

Coincide la desazón de los malos datos con las noticias de importantes casos de corrupción, cuentas en Suiza, amnistía fiscal para desaprensivos y marcha atrás en la necesaria reforma de las administraciones local y autonómica, sobre todo en la segunda. Podemos aguantar -mal- los dos años que según los analistas faltan todavía para que se inicie la recuperación. Pero se hace insoportable aguantar tanta mala noticia cuando la Justicia tarda años en meter mano a quienes se lo están llevando crudo.
FUENTE: MÁLAGA HOY

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