CONTROLAR EL DINERO PÚBLICO
Sale a luz otro informe de la Cámara de Cuentas de
Andalucía sobre actividades de la Consejería de Empleo y, con él, otra censura
al modo y manera en que se han estado manejando los fondos públicos en este
departamento del Gobierno autonómico.
La Cámara ya
había detectado graves irregularidades en las ayudas a los expedientes de
regulación de empleo, tan graves que son sustento fundamental del famoso caso
de los ERE fraudulentos, hoy en el ámbito judicial penal y con una ristra de
imputados de alto nivel político. También las encontró en la gestión de las
subvenciones para la promoción del empleo que la Consejería realizó a través
del Servicio Andaluz de Empleo, igualmente investigados.
Esto de
ahora es de menor relevancia. Se trata de que la Cámara de Cuentas -órgano
fiscalizador de las finanzas públicas, dependiente del Parlamento regional- ha
descubierto, y así lo ha hecho constar en su correspondiente informe, que de
los 44 millones de euros concedidos por la Junta en los años 2008 y 2009 para
el funcionamiento de catorce escuelas de formación para el empleo más de 3,5
millones no se justificaron. Los auditores se han topado con facturas no
debidamente justificadas, otras que no corresponden a las actividades objeto de
la subvención (por ejemplo, atenciones protocolarias o indemnización a un
directivo cesante) y, en general, falta de seguimiento por la administración de
las subvenciones, que a veces se concedían después de que las acciones
subvencionables ya se hubieran puesto en marcha, sin la preceptiva autorización
previa.
De menor
relevancia, sí, pero no irrelevante. Nada puede serlo cuando se refiere al uso
diligente del dinero público. Si hay algo en lo que los gobernantes tienen que
ser especialmente rigurosos -vamos, como mujeres de césares: no sólo ser
honrados, sino parecerlo- es en el cuidado y la buena administración de los
presupuestos que la sociedad pone en sus manos, a modo de préstamo que ha de
ser devuelto en forma de gestión escrupulosa, eficiente y socialmente
beneficiosa.
Ojalá sea
verdad que, como ha declarado el portavoz de la Junta, después de recibir estos
informes de la Cámara ya se han extremado los mecanismos de control y
verificación de los fondos. La impresión que uno ha de sacar, inevitablemente,
es que en el pasado el reparto de dinero público ha sido irregular a veces,
delictivo alguna vez y demasiadas veces frívolo y descontrolado.
FUENTE
MÁLAGA HOY
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