UN PUEBLO, UNA NACIÓN, UN TERRITORIO,
UN GOBIERNO
No soy
jurista, no entiendo de leyes. Pero no soy un extraterrestre. Lo que pasa
aquí me afecta. Tengo derecho a decir ¡Basta! No es que no podamos seguir
así. Es que no quiero que sigamos así ni un día más. Las Autonomías han muerto,
¡Viva el Estado de Derecho! Las Autonomías,
-con una es suficiente-, han
desafiado a la Constitución (más de una
vez).
Me parece
tan absurda la declaración soberanista, como la impugnación de la misma, por el
Gobierno. Regir los destinos de un país, es hacer cumplir la ley y escuchar al
pueblo. El pueblo soberano no ha sido consultado. El pueblo tiene derecho a dar su opinión, antes y después del
Tribunal Constitucional. La mayoría de
los ciudadanos no es expoliador de minorías, ni van de víctima agraviada. Los políticos nos están llevando al caos. “Todo es escándalo” decía el 2 de
marzo, en El Mundo, un conocido director de cine.
Algo de
razón debe haber, pues dice el Ministro de Exteriores que no sabe cuántos
funcionarios trabajan en el extranjero, pero seguro que cobran. "Hemos podido pasar de una dictadura a
una democracia, pero no somos capaces de organizar nuestro servicio
exterior". Treinta tantos años y… ¡se dan cuenta ahora!
Añado por mi
cuenta, que tampoco sabemos los que lo hacen en España, porque entre Estado,
Autonomías, Diputaciones y Ayuntamientos, empresas estatales o autonómicas,
provinciales y locales ni los gestores controlan, ni la inspección es eficaz,
ni los ciudadanos sabemos por qué tubería se pierden los impuestos y el dinero
de todos.
Dice el
Gobierno que quiere que el conjunto de las instituciones actúen en el
extranjero bajo “una dirección política", con los mismos fines y
objetivos. ¡Perfecto! Nosotros, los
miembros de la sociedad civil, también.
Pero nosotros queremos ir más
allá: que ese mismo sea el criterio en el interior. Y que lo sea ¡ya! Debemos saber: "qué
nos interesa, por qué se actúa y cómo se debe actuar”.
Justo eso.
Sencillamente normal y lógico. Les tomo la palabra. Hay que ser consecuentes e
ir hasta el final. ¿Por qué no? 18 Reinos,( Estado y Autonomías) con sus 18
Presidentes, 18 Gobiernos, 18
Presidentes de Parlamentos, incontables Parlamentarios, Diputaciones y
Ayuntamientos, multiplicado por el infinito enjambre de asesores, funcionarios
y personal a dedo, en empresas estatales
o creadas para el camuflaje, palacios,
edificios de consejerías y de Juntas, chóferes y subalternos de toda laya, aquí
o en otras partes del planeta, sueldos respectivos y comilonas
o banquetes de trabajo, fiestas autonómicas, viajes, dietas y saraos,
han pensado que los ciudadanos somos
tontos, estamos dormidos y no tenemos más que hacer que seguir pagando este
despropósito o FIESTA DE LOCOS.
Ellos se ponen (se han puesto)los sueldos, las
exenciones tributarias, las prebendas, los regalos y pensiones -sin haber
cotizado como la mayoría de los ciudadanos de a pie-, son un robo a todas
luces. Nos han expoliado e impidiendo que tengamos cubiertos los derechos
constitucionales a la sanidad, la educación, el trabajo y la igualdad de
oportunidades. De ahí los impuestos y los recortes. ¡No hay dinero! Esta
desmesura politicosindical la pagamos todos, pero sobre todo los más débiles,
niños, enfermos, pobres, ancianos, jóvenes y parados y personas dependientes.
Desde el momento que la ley no es igual para todos, ni la misma en todo el
territorio, han perdido la legitimidad. Se han permitido endeudarnos para
muchos años. Han consagrado el clientelismo de casta política. Hay quien no
duda en llamarla “mafia política”: “grupos organizados que tratan de defender
sus intereses”. “Lo peor de las mafias es que están destruyendo todo rastro de
meritocracia en España, agravando el rápido empobrecimiento que padecemos. El
mafioso carece de méritos, sólo sabe militar en las filas de su organización,
ser buen correligionario y entusiasta lamebotas de su líder” (A. Vallvey).
Por ello, es
obligatorio pedir: eliminación del Senado, Autonomías y Diputaciones. Pero
además eliminación también de la corte chaqueteros aplaudidores, informadores
“imparciales”, emisoras de radio, televisiones,
periódicos y revistas, para “informar” y
distraer o embaucar al respetable, en el perímetro territorial e
informático, controlado o sombreado, para gloria del que manda ese espacio, y
pagados con dinero público
Pues nada, 24 horas para que recojan la carpeta con que llegaron sus señorías y a sus casas. Y la
policía vigilando, porque si nada trajeron, con eso deben marchar, como todo el
trabajador de una empresa cuando quiebra. España está en quiebra. No les puede
extrañar, porque “ellos y sus predecesores” la han llevado a esta situación
irreversible. ¡Nada de prejubilaciones doradas! El Estado no puede consentir
que ningún hombre o mujer, con ocho años en política, en el puesto que sea,
deje su actividad y se prejubile con un sueldo superior o equiparable a un
ministro en activo. ¿Cómo que no hay dinero para la educación y la
investigación? Lo que no hay es voluntad de atajar el problema, antes de que
sea demasiado tarde.
En el fondo,
hasta podemos coincidir con lo que dijeron los ministros tras el último
Consejo. A su juicio, es necesario que el conjunto de las instituciones del
Estado actúen "bajo una dirección política, de forma coordinada con los
mismos fines y los mismos objetivos". Efectivamente, ¡Ya era hora! ¡Es lo
que estamos pidiendo y lo que pide Europa y no nos oyen!
Para ello
volvamos al principio: Un pueblo soberano, una nación, un territorio y un
gobierno. Nunca debimos claudicar esos principios a favor de las minorías,
nunca. Tal vez con buena voluntad pero con debilidad y sin demasiada visión de
futuro, se hicieron las concesiones y el
“café para todos” sin límites ni techos. La consecuencia es que nada era
suficiente. Crecieron las diferencias. Y ahora, el desafío. Y…no será el
último.
Pues, desde ahora, los experimentos, con
gaseosa. No queremos nuevos parches. Lo digo porque la Vicepresidenta Sáenz de
Santamaría, lo insinúa. Parece que su
idea es que se adapten y se acometa el proceso de reforma de las
administraciones públicas ante la necesidad
de dar respuesta a los retos de un entorno internacional cambiante y
complejo. Se puede estar de acuerdo.
Pero no más parches, a recomenzar. Es verdad que no todos son iguales. Pero,
por favor, que sean menos. Y que traten de remar en la misma dirección.
Si Alemania lo consiguió, no es tan difícil.
Es un reto para valientes, incluso para hacer historia. Si este gobierno no es
capaz de tomar esa iniciativa, porque levantará polémica, tiene en sus manos
convocar un Referéndum. Consulten al pueblo que es soberano.
Y los
jueces a lo suyo. Una ley igual para
todos y sobre todos, nativos y también inmigrantes. Y el que no la acate,
libertad y puerta. A nadie se le obliga ni a venir ni a estar. Pero si se está
en este país, con todas las consecuencias.
A los
partidos, y sindicatos, ni una subvención más, ni donaciones anónimas. Se ha
convertido en una cueva inmunda de
chanchullos, sobres negros, y compra de favores:”te doy para que me des”. La
política es libre y la ideología también. El que entre o esté ahí que viva
con las cuotas de sus socios y de su
trabajo.
Los
españoles no hemos cambiado, evolucionado sí, y escarmentado también. Muchos hemos anunciado este fracaso hace
bastantes años. No interesaba escuchar al pueblo. Solo que votara y que pagara.
¡Punto y final! ¡A su casa!
Esperamos la convocatoria de Elecciones
Generales, para el Gobierno de España. Eso sí, lo primero, para no volver a las andadas: Reforma de la
Ley Electoral. Que un voto tenga el mismo valor en cualquier parte del territorio
que se emita. Y que gobierne la mayoría, o que haya segunda vuelta. Esa baza ha
sido clave para los desequilibrios periféricos y la debilidad del Estado.
Pero… un temor. Vistos los antecedentes históricos y políticos del
PP y su congruencia, en los recursos contra el matrimonio gay y la ley del aborto, se puede considerar que no hará nada
y que muy pronto el Partido Popular admitirá la citada declaración
"soberanista" del Parlamento de Cataluña. Con la lógica del
mentiroso, cualquier verdad hay que ponerla en duda. ¿Estoy equivocado?
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