ALCALDES, ¡AHORA A TRABAJAR!
Anote la fecha: 24 de mayo de 2015. Elecciones municipales.
Durante los próximos 264 días, todo apuntará a ese objetivo, obsesivamente.
Desde ahora ese es el Día D en los estados mayores; más de 6.300 horas por
delante para volcarse en ganar. Estos comicios van a tener un impacto
determinante como antesala de las generales; en 2011, estaban descontados como
tumba del zapaterismo, pero ahora es una incógnita si marcarán el declive del
PP apuntado en las europeas -ya se especula que quizá sin Rajoy en el cartel-
aunque está por ver que el PSOE remonte con el cambio de líder o prosiga el
ascenso irresistible de Podemos animando a su vez el 'voto del miedo' en la
derecha, o cuál es el impacto si al fin hay un golpe de BOE para la elección
directa. De momento algo es seguro: los alcaldes están pasando directamente de
agosto a las trincheras. Más madera... es la guerra.
El plan es simple como el mecanismo de un botijo: bajar
impuestos impúdicamente tras el saqueo de los tres años previos; trazar una
hoja de ruta descarada de inauguraciones; y exprimir torticeramente los fondos
de publicidad institucional, léase propaganda. Ya vale todo. El alcalde de
Málaga es un estereotipo: su perfil de tecnócrata formal se transforma en una
fiera electoralista, y más esta vez, sin sondeos seguros. Lleva quince años,
pero aspira al récord. Tras una legislatura muy pobre, su agenda 'ganadora'
pasa por obras menores pero muy visibles en los barrios -el ajardinamiento del
acueducto de San Telmo para comenzar en Ciudad Jardín, y después el skate park
en el Parque Norte, el centro de petanca en Teatinos, el Soho en el Centro...-
y sobre todo dos hitos: Campamento Benítez y Pompidou. Claro que la improvisación
chapucera del mandato contamina los planes: en el Campamento hay un informe
negativo de Aviación Civil; y en el Cubidou, el vodevil bochornoso de las obras
sin licencia. Pero urge una calle Larios, un Museo Thyssen, un hito a poco de
las urnas.
De momento el alcalde encara el reto con el 'regalo' de un
cheque de 15 millones para inversiones con las que financiarse esta campaña
bajo el paraguas de la institución. Su delegada de Economía ha rastreado hasta
el último céntimo en los presupuestos. Parte significativa del dinero procede
del 'fondo de contingencias' reservado para desastres graves. El alcalde ha
dicho, sin cortarse, que «este año no ha habido catástrofes, así que hemos
podido disponer de este dinero». Se le ha olvidado decir «no ha habido catástrofes
ni las va a haber», en plan bruja Lola, porque quedan cuatro meses en los que
puede pasar cualquier cosa. Pero en la campaña, como en el amor y la guerra, no
hay reglas. El fin justifica los medios; porque además los medios van a cargo
de los ciudadanos, pagadores de ida y vuelta de este circo.
PUBLICADO EN DIARIO SUR
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