#JeSuisSusana
Ahora que estamos todos felices con el embarazo de la presidenta
Susana Díaz -basta oír sus entrevistas y mítines, valga la redundancia,
para comprender que ella se siente una auténtica madre para todos los
andaluces- hay que empezar a tomar medidas. No se trata ya de proteger a
ese niño que quizá llegará a ser presidente andaluz, una hipótesis
verosímil considerando la impronta cada vez más dinástica de los grandes
partidos; sino animar a la presidenta a cuidarse durante su embarazo
largamente deseado. Es lo que toca. Ella tiene que confiar ahora en sus
colaboradores. Es difícil, sí -su hijo vendrá al mundo con las mismas
licenciaturas que muchos de ellos-, pero no hay más remedio. Ahora debe
evitar los sobresaltos. Es mejor que se dedique a asuntos fáciles, como
pelear con Pedro Sánchez, que a problemas duros, como el paro andaluz.
Aunque en realidad eso ya lo viene haciendo desde hace meses. En todo
caso, un embarazo no es una patología, sino un chute de felicidad, y
Susana Díaz tiene la ventaja de contar con la Sanidad andaluza. Que no
se deje amedrentar por las insidias de la oposición con datos corrosivos
sobre el sistema. En el SAS no tendrá problemas de listas de espera,
falta de camas o elección de especialista; ella puede estar segura.
Hay que confiar también en la oposición. No es momento de atacar a la
presidenta; y cabe creer que Moreno Bonilla evitará la insensibilidad
de afearle la tasa más alta de paro del continente (+33%) sobre todo
para los jóvenes (+50%); el farolillo rojo de PISA; la peor ratio de
España de camas hospitalarias; la mayor presión fiscal, sobre la cota
20, doblando ya a Madrid, con más impuestos y más altos que en el resto
de España... Su embarazo, como ella ha dicho, no debe influir en la
actividad pública. Sería ventajista aprovecharse de ese estado para
reprocharle ahora cosas que son absolutamente ciertas. No es justo
hacerle ver que ella puede estar en estado de buena esperanza pero el
resto de andaluces no precisamente.
Hay que tener confianza. Otras mandatarias, ministras, alcaldables,
de Chacón a Soraya, han pasado por ahí. Se puede estar en estado y en
Estado. Y cabe congratularse de que ahora en San Telmo sí se está
gestando algo bueno de verdad. Además, no hay que dramatizar: si la
presidenta se ausenta, le sustituiría Valderas. Ya ven, qué
tranquilidad. En todo caso, parece que toca cortar los sarcasmos sobre
el embarazo, sin ponerla a parir prematuramente. Ayer no tardaron en
aparecer por Twitter mujeres del partido manifestándose contra las
humoradas. Una cosa es Mahoma, sobre el que se puede bromear, y otra un
embarazo de la líder socialista, que eso es sagrado. Superado el
#JeSuisCharlie, es el momento de proclamar #JeSuisSusana como un dique. Y
cabe imaginar que el día del nacimiento, como corresponde al aparato,
le llevarán oro, incienso y mirra.
PUBLICADO EN DIARIO SUR
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