TRAGEDIAS ARTIFICIALES. JUANA GODOY AGUILERA

TOMATE VERDES FRITOS


En la peli TOMATES VERDES FRITOS, uno de los personajes pierde un brazo al ser arrollado por un tren. Sus amistades y su familia se reúnen en el entierro de la extremidad y acto seguido organizan una merienda para celebrar que la persona sigue viva (EL TRUCO del entorno DEL MANCO).

Narciso se avergüenza de su cuerpo. No le gusta su metro ochenta de estatura, ni sus músculos fibrosos, ni el color dorado de su piel, ni sus ojos almendrados y negros (preferiría tenerlos azules), ni sus guedejas rubias. Ha declinado la invitación a una merienda, de su amiga Violeta, para celebrar que ha cumplido un año más de vida. Prefiere quedarse en su casa viendo la peli MUERTE EN VENECIA.

Mariví tiene trece años y un linfoma. Ha ido cortándose, poco a poco, la melena sedosa y lisa que tenía para ir adaptándose a la situación actual en la que tiene el cráneo desnudo. Juana, la madre de su amiga Irene, ha organizado una merienda para celebrar que Mariví ha terminado las sesiones de quimio y sigue viva... y en proceso de recuperar su BELLEZA ROBADA.

La semana pasada, ELIZABETH insultó a sus compañeros de trabajo porque el Coloso de Rodas ha dejado de existir. Se suspendió la merienda organizada para celebrar que El Arte (también el contemporáneo) ayuda a sofocar el dolor de estar vivos.

ANA DE LAS TEJAS VERDES forzó demasiado la máquina y por eso descuidó sus ganas de vivir. En NOVIEMBRE, organizó una merienda para celebrar que sigue viva y con LOS mismos PÁJAROS en la cabeza.

En la peli EL LECTOR, la protagonista se avergüenza, ante el tribunal que la juzga, de no saber leer y confiesa una mentira para que no se descubra su ignorancia. No se avergüenza de haber dejado morir a trescientas mujeres judías dentro de una iglesia en llamas, formaba parte d su trabajo de guardiana en la Alemania nacionalsocialista. Su joven amante, ATANDO CABOS, comprende en el juicio (al que asiste como alumno en prácticas de la carrera de Derecho) que cuando le pedía que le leyera era porque ella misma no sabía hacerlo. Pero él no desvela esta circunstancia en el juicio y por eso la condenan a una pena prolongada de cárcel. No hay merienda... Pero sí hay reparación: Él le lee ante un magnetófono las novelas que ella escuchó cuando eran amantes y le envía las cintas de audio a la cárcel. Ella aprende a leer sola (con la única ayuda de las cintas) antes de suicidarse.

JUANA GODOY AGUILERA

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