RECIBIDO.
ACÁ SE QUEDA. DECÍAMOS AYER… (04/01)
Desde el primer aliento fuera del útero,
asimismo contagiado,
aceptamos inocentes
amorosamente subyugados,
la explicación de las cosas que vemos,
de todas las que tocamos,
de las que oímos,
olemos o gustamos.
Así se siente, nos dicen,
y sentimos como está ordenado.
Peaje desde el inicio
exige el manejo de las máscaras
en el infecto enredo vertical
donde quedamos integrados,
vivos y felizmente aprobados.
Definidos.
Numerados.
Socializados, en tan ingenioso
y original contagio.
Y, callaron los discutidores gazapos
-¿galgos serán o serán podencos?- Por esta vez
salvaron.
Todo silencio reflexivo les ayudará mas
tarde. Hasta sentir.
Tanto que desaprender.... Rutinas instaladas como cookies.... Sistema
operativo cerrado...
Memoria cautiva
"voluntariamente" en la urdimbre... Sin memoria, sin entender nada,
no hay presencia de la voluntad liberadora. Exabruptos, discusiones, el mundo
de las máscaras y la importancia personal.
Mas trabajo... Mas trabajo.
Un abrazo.
Salud.
Camino por el desierto y me encuentro con una botella dentro de una vitrina que no puedo abrir, me pregunto si lo de dentro es agua y de serlo si va a estar salada... porque al veneno ya soy inmune.
ResponderEliminar¡Menos metáforas si piensas, coño que lo que hace falta es alguien que diga las cosas como son sin darse aires!
Las discusiones no tienen porque servir a la máscara, alguna rara vez son para aprender, o un intento de señal que dice "queda cerebro", o un acto reflejo en busca de conversación real.
La programación profunda funciona mejor siendo simple, no sencilla... y mejor empezar por cambiar los errores más graves que destetar de golpe puede dar mal resultado. ¿cómo narices hago para encontrar a alguien con seso? ¡Que alguien responda esto narices, si me basta una confirmación!