EL HASTÍO DE LOS FUNCIONARIOS MALAGUEÑOS
La jornada de ayer estuvo marcada por una paradoja
crucial a la hora de calibrar el alcance de la huelga. Y es que el colectivo de
los funcionarios, uno de los más afectados por los recortes del Gobierno, dio
la espalda de forma mayoritaria a la convocatoria. Solo los trabajadores de la
Universidad y de algunos ayuntamientos de la provincia, como el de Ojén, que no
descontaron el día de sueldo a los huelguistas, se desmarcaron de la tónica
general en colegios, institutos, hospitales y administraciones locales,
autonómicas y centrales. El principal sindicato del sector público, CSI-F, no
apoyó la convocatoria.
En cambio, ya por la tarde, los trabajadores
públicos no dudaron en apoyar la manifestación. Docentes de la Marea Verde,
médicos con sus batas blancas y administrativos se encontraban tras las
pancartas y los gritos de rechazo, en un gesto que manifiesta, a un tiempo, su
desencanto con las medidas del Gobierno y con las fórmulas de acción de los
sindicatos. Sin obviar el hecho de que, tras recortes de nóminas y pagas extra,
muchos ya se lo piensan cuando se trata de perder un solo día de sueldo.
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