EL FÚTBOL:
PRÓXIMO PINCHAZO
Cada vez son
más la voces que apuestan por que la siguiente burbuja en estallar va a ser la
del fútbol. Aunque para muchos ya ha explotado, si bien todavía a cámara lenta.
Las alegrías con las que algunos clubes han gastado en los últimos años, los
fichajes y los salarios estratosféricos que se han firmado son, con toda
seguridad, cosa del pasado.
La base
principal de las entradas de las sociedades deportivas -los ingresos derivados
de la televisión-corren un peligro cierto ante la disminución de los paiperviú,
resultado asimismo de una crisis social sin precedentes. Se calcula que las
bajas de los abonados a las plataformas televisivas alcanzó un 20% sólo en el
último año. El castillo de naipes, a nada que no se sea previsor en la gestión,
se puede desmoronar en poco tiempo. Bien es cierto que esas sociedades no
solamente son gestoras de balances y resultados, sino también de ilusiones y
sueños, pero no lo es menos que los tiempos de bonanza y/o manga ancha con las
deudas han terminado.
Así las
cosas no resulta fácil conjugar la doble aspiración de un club de fútbol:
generar entusiasmo y cierto punto de demencia; mantener saneadas las cuentas,
presentar cuentas equilibradas. En este sentido, conservar cierto grado de
realismo en las declaraciones de los dirigentes y los entrenadores puede ayudar
sin duda a aquilatar las expectativas a su justa medida. A final de temporada,
salvo excepciones que denotan una gestión excelente de recursos escasos, la
clasificación suele ir acompasada con los presupuestos de los respectivos
equipos.
En este
sentido, el diario Expansión (www.expansion.com ) se hacía eco esta semana de
que, el próximo 28 de junio, los clubes que tengan deudas con jugadores y
técnicos descenderán de categoría, y que, según publican, Hacienda y la UEFA
son cada vez menos comprensivas con las cuentas de aquellos. De estas medidas
tampoco, señala la información, se salvarán los clubes que estén en concurso,
ya que "una disposición de la reforma concursal lo impide".
Varios
equipos se encuentran en una situación especialmente delicada: el Deportivo ha
presentado concurso y se le han embargado las taquillas; el Málaga ha sido
sancionado por la UEFA de acuerdo con su Reglamento de Financial Fair Play; y
el Atlético de Madrid debe más de 99 millones de euros a Hacienda, lo que no le
impidió contratar a Falcao por 40 millones. Un dislate.
Pero lo que
resulta disparatado en tiempos en los que se cierran aulas de colegios y se
recorta en sanidad es que la Generalitat Valenciana (La Generalitat Club de
Fútbol; Diario El País) pague 118 millones de euros del Valencia, Hércules y
Elche tras avalar su créditos casi fallidos. No es de recibo.
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