GLORIA Y MISERIA DEL POMPIDOU
Trabajar en el Museo Pompidou después de presentar un
curriculum donde se requería de dos a tres idiomas y formación superior, seis
días a la semana, por 5 euros la hora... Tal vez eso debería agitar algo las
conciencias. Al menos el dato podría servir para enfocar las cosas desde otros
ángulos más allá de hacer la ola. Lo que distingue a los lugares más prósperos
del mundo no es inaugurar un museo más o menos –eso está bien, claro– sino
disfrutar de un alto nivel de bienestar, de riqueza colectiva. Dinamarca y tal.
Esto podría funcionar como premisa: una sociedad próspera se construye con PIB,
no con iconos. Como aquello de Costa de Marfil, donde se construyó una
imponente réplica de San Pedro del Vaticano; la diferencia, claro, es tener
detrás Roma o Yamusukru, capital de ese país que cuando no está en guerra civil
es porque prepara la próxima guerra civil. Donde en un sitio refleja el
poderío, en otro es megalomanía.
Málaga es una ciudad con problemas en una
comunidad con muchos problemas en un país…. empobrecido. Lo del Pompidou es
sintomático. En 2014, a pesar de las fanfarrias, los salarios retrocedieron de
nuevo en el país. Según Eurostat, España se aleja más de la UE. Aquí la hora
media no llega a 16€; en Europa se acerca a 22€. La mitad que Dinamarca. Los
datos son negativos en todas las estadísticas, salvo para el Ministerio, que
maquilla sus tablas como Montoro se emplea con el maquillaje de la realidad
mediante su ‘neolengua’ orwelliana en la que bajar los salarios se denomina
‘crecimiento moderado’. Según el INE, la media en contratos a tiempo parcial
baja a 10,5€ hora; y es el doble que en el Centro Pompidou de Málaga, donde se
cumple la regla: ‘cuanto más precario es un contrato, peor’. Por eso crece la
desigualdad. De hecho España es el país europeo en el que más ha aumentado. Son
datos significativos para una sociedad.
Ver detrás del Centro Pompidou –valorado
por todos, va de suyo– esas condiciones, casi miseria laboral, da que pensar.
Qatar es ahora el país que lleva la bandera de los museos, con pólvora pública
para atraer turismo, pero la cuestión es ¿qué modelo de sociedad? Algunos
confían en que hacer museos y aves y demás, generará riqueza hasta ser una
potencia; pero los datos no avalan eso. Las sociedades más prósperas no
invierten en iconos confiando en crear riqueza; sino que crean riqueza y luego
hacen iconos. Los destinos meramente turísticos, y Málaga se ha vuelto a
centrar ahí, son sociedades débiles. La precarización laboral desde luego no se
corresponde con un lugar próspero, aunque se atraiga cruceristas. No genera
mucha confianza ver detrás de ‘las joyas de la corona’ a trabajadores
precarios, y otros cientos peleando por entrar de vigilante. La duda amarga es
si al cabo nos retratan más los sueldos del Centro Pompidou que el propio
Centro Pompidou.
PUBLICADO EN DIARIO SUR
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