GLORIA Y MISERIA DEL POMPIDOU. TEODORO LEÓN GROSS

GLORIA Y MISERIA DEL POMPIDOU
Trabajar en el Museo Pompidou después de presentar un curriculum donde se requería de dos a tres idiomas y formación superior, seis días a la semana, por 5 euros la hora... Tal vez eso debería agitar algo las conciencias. Al menos el dato podría servir para enfocar las cosas desde otros ángulos más allá de hacer la ola. Lo que distingue a los lugares más prósperos del mundo no es inaugurar un museo más o menos –eso está bien, claro– sino disfrutar de un alto nivel de bienestar, de riqueza colectiva. Dinamarca y tal. Esto podría funcionar como premisa: una sociedad próspera se construye con PIB, no con iconos. Como aquello de Costa de Marfil, donde se construyó una imponente réplica de San Pedro del Vaticano; la diferencia, claro, es tener detrás Roma o Yamusukru, capital de ese país que cuando no está en guerra civil es porque prepara la próxima guerra civil. Donde en un sitio refleja el poderío, en otro es megalomanía.


Málaga es una ciudad con problemas en una comunidad con muchos problemas en un país…. empobrecido. Lo del Pompidou es sintomático. En 2014, a pesar de las fanfarrias, los salarios retrocedieron de nuevo en el país. Según Eurostat, España se aleja más de la UE. Aquí la hora media no llega a 16€; en Europa se acerca a 22€. La mitad que Dinamarca. Los datos son negativos en todas las estadísticas, salvo para el Ministerio, que maquilla sus tablas como Montoro se emplea con el maquillaje de la realidad mediante su ‘neolengua’ orwelliana en la que bajar los salarios se denomina ‘crecimiento moderado’. Según el INE, la media en contratos a tiempo parcial baja a 10,5€ hora; y es el doble que en el Centro Pompidou de Málaga, donde se cumple la regla: ‘cuanto más precario es un contrato, peor’. Por eso crece la desigualdad. De hecho España es el país europeo en el que más ha aumentado. Son datos significativos para una sociedad.


Ver detrás del Centro Pompidou –valorado por todos, va de suyo– esas condiciones, casi miseria laboral, da que pensar. Qatar es ahora el país que lleva la bandera de los museos, con pólvora pública para atraer turismo, pero la cuestión es ¿qué modelo de sociedad? Algunos confían en que hacer museos y aves y demás, generará riqueza hasta ser una potencia; pero los datos no avalan eso. Las sociedades más prósperas no invierten en iconos confiando en crear riqueza; sino que crean riqueza y luego hacen iconos. Los destinos meramente turísticos, y Málaga se ha vuelto a centrar ahí, son sociedades débiles. La precarización laboral desde luego no se corresponde con un lugar próspero, aunque se atraiga cruceristas. No genera mucha confianza ver detrás de ‘las joyas de la corona’ a trabajadores precarios, y otros cientos peleando por entrar de vigilante. La duda amarga es si al cabo nos retratan más los sueldos del Centro Pompidou que el propio Centro Pompidou.

PUBLICADO EN DIARIO SUR

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