NO ME COGERÉIS VIVO. ARTURO PÉREZ REVERTE
No me cogeréis vivo Artículo de Arturo Pérez-Reverte publicado en "El Semanal" el 20 de Abril de 2003.
Lo apuntaba el otro día: no estoy dispuesto a caer vivo en manos de los españoles, cuando sea anciano e indefenso. Porque vaya país peligroso, rediós. Cómo nos odiamos. He vuelto a comprobarlo estos días, con lo de Iraq. Observando a unos y a otros. Porque aquí, al final, todo acaba planteándose en términos de unos y otros.
Pero es mentira eso de las dos Españas, la derecha y la izquierda. No hay dos, sino infinitas Españas; cada una de su padre y de su madre, egoístas, envidiosas, violentas, destilando bilis y cuyo programa político es el exterminio del adversario. Que me salten un ojo, es la única ideología cierta, si le saltan los dos a mi vecino. A mi enemigo. Pues quien no está conmigo, incluso quien no está con nadie, está contra mí. Y cogida en medio, entre múltiples fuegos, está la pobre y buena gente -buena hasta que deja de serlo- que sólo quiere trabajar y vivir. Que sale a la calle con la mejor voluntad, dispuesta a defender con mesura y dignidad aquello en lo que cree; y que a los cuatro pasos ve -aunque nunca lo ve a tiempo- cómo una panda de oportunistas demagogos se apropia del grito y la pancarta. Cómo salta el ansia de degüello en cuanto hay oportunidad, y más si el tumulto facilita la impunidad, el navajazo sin riesgo, la agresión cobarde, el linchamiento.
Dudo que otro país europeo albergue tanta rabia y tanta violencia. Tal cantidad de hijos de puta por metro cuadrado. Qué cosas. Aquí nadie gana elecciones por su programa político ni por la bondad de sus líderes, sino que quien gobierna, al cabo, cae en la arrogancia del caudillismo, pierde el sentido de la realidad y se destruye a sí mismo. Entonces el otro partido emergente y el resto de la oposición se suman con entusiasmo a la tarea de apuntillarlo, en una pedrea donde vale todo; incluso ensuciar y destrozar, no sólo el respeto a este viejo y desgraciado lugar llamado España, sino también, con irresponsabilidad suicida, los mecanismos que hacen posible la esencia misma del juego democrático. Así ocurrió durante el desmoronamiento de aquel Pesoe víctima de su corrupción, de la soberbia y cobardía de un gerifalte y del silencio abyecto de las cabezas lúcidas que no osaron discrepar, renovar, adecentar. Y en la agonía de ese partido, del que tantos esperábamos que a España no la conociera ni la madre que la parió, entraron gozosos, a saco y con maneras bajunas que hicieron escuela, todos los buitres de la oposición, encabezados por quienes hoy gobiernan: a la degollina fácil, y maricón el último. Poniendo las instituciones, las reglas del juego y el sentido común en el cubo de la basura; dispuestos a llevárselo todo por delante con tal de derribar al enemigo, e infligiéndole a España -incluso a la idea que de España tiene la derecha- un daño irreparable del que todavía cojea, y cuyo precio paga ahora el Pepé en sus carnes morenas.
No puede extrañar que hoy se hayan invertido los papeles. En un lugar donde no hace falta programa político para ganar elecciones, sino que basta con esperar el suicidio del contrincante -o dejar que te lo acosen y maten otros, como hace el Peneuve-, la guerra de Iraq le ha venido al Pesoe de perlas para ajustar viejas cuentas y prepararse el futuro; y también a otras agrupaciones políticas, que habían perdido crédito por el signo de los tiempos o por su incompetencia o estupidez, y ahora disfrutan como un cochino en un maizal saliendo otra vez en los telediarios. Sin olvidar, por supuesto, la mala fe histórica de varios partidos periféricos, encantados de que les dinamiten gratis y por la cara esa España que no es la suya. Pero los comprendo. Ya me dirán ustedes de quién cojones van a proclamarse solidarios, en este paisaje. Recuerden aquella siniestra broma de cuando el franquismo: España, una; porque si hubiera dos, todos nos iríamos a la otra.
No importa que las pancartas o las banderas tengan razón o carezcan de ella. Aquí, razón, cultura, instituciones, no cuentan. Lo que importa es que llega el degüello, suena el clarín, y lo mismo que nadie se atreve solo con el toro de la Vega, y es la chusma enloquecida y cobarde que, armada con lanzas y hierros acuchilla mientras grita adivina quién te dio, ahora todo cristo empalma la chaira al olor de la sangre; dispuesto, una vez más, a llevarse por delante lo que sea, con tal de enterrar al enemigo. Todo vale, todo es presa legítima. Y el día que al fin esto se vaya a lápida grabarán tomar por saco, sobre nuestra: akí, tio, murio Sansón con tos los finisteos. Suponiendo -ésa es otra- que a quien le toque poner esa lápida todavía sepa quién era Sansón. Y que sepa escribir.
LAS NOTICIAS Y SU ECO. DIEGO LAFUENTE
DESDE ALFA CENTAURO
ARTÍCULO RECOMENDADO POR UN LECTOR DE LA REVISTA UTOPÍA
Soy un ateo convencido. No agnóstico, sino ateo. Niego la existencia de dios. Qué barbaridad, ¿cómo puedes negar la existencia de dios? Demuéstramelo. Parafraseando al gran Richard Dawkins en su legendaria charla de TED de 2002, respondo: no me corresponde a mí demostrar la no-existencia de dios. Sois vosotros, los creyentes, los que tenéis que probar que dios efectivamente existe. Personalmente, yo también niego la existencia de los unicornios, de los centauros y de los concejales de urbanismo honrados. Dios es simplemente una cosa más en la que no creo. Por qué no, yo podría defender la existencia de una cafetera orbitando alrededor de Marte, fundar una religión en torno a eso, acusar de hereje a todo aquél que lo niegue, y además pedirle que justifique esa no creencia con algún tipo de prueba so pena de quemarle en la hoguera. Es curioso que lo de la cafetera sideral le resulte un despropósito a cualquiera con dos dedos de frente, y lo de la religión no.
Conozco a unos cuantos eminentes científicos e ingenieros que además son profundamente religiosos. Gente que sabe de la eficiencia del método científico y que le confían a ese método la construcción de aviones, barcos y puentes de los que dependen vidas humanas. Y nunca les falla. Lo sorprendente es que esa misma gente luego trague con las inmensas ruedas de molinos de los dogmas religiosos. Si yo le digo a un físico teórico que he construido una máquina que contradice cualquiera de los principios de la termodinámica, me dirá que es imposible, me lo demostrará en un papel, y ni siquiera me dará la oportunidad de enseñarle mi diseño. Sin embargo si ese físico teórico es además católico en algún momento habrá tenido que tragar y asumir como ciertas cosas como que Jesús de Nazaret nació de una virgen, que hizo milagros que contradecían a la vez varios principios de la termodinámica y que resucitó y ascendió a los cielos, entre otras perlas.
Me sorprende tanto rigor para unas cosas y tan poco para otras. Tan meticulosos en unas cosas y tan relajados y permisivos en otras. Sobre todo cuando unas cosas y otras son contradictorias, porque la multiplicación de los panes y los peces y la ley de conservación de la masa no parecen, así a primera vista, demasiado compatibles. Al principio pensaba que estos científicos creyentes eran capaces de distinguir entre mito y realidad, pero me temo que estaba profundamente equivocado. Un creyente no piensa que su religión es un mito. Yo sí que pienso que su religión es un mito, pero ellos no, porque creen en ella.
Creo que es muy importante poder distinguir entre mito, parábola y realidad. Poder discernir entre hecho histórico contrastado, ley física probada empíricamente y personaje mitológico más o menos inventado con el objetivo de contar una historieta con moraleja. Se pueden extraer buenos hábitos y buenas enseñanzas de las religiones, incluso sin ser creyente. También se pueden extraer buenas enseñanzas de la trilogía de El Señor de los Anillos, y sin embargo saber que lo que se cuenta ahí realmente no sucedió. Si esto se toma demasiado en serio, se corre el peligro de que alguien llegue a creer de verdad que Gandalf fue un personaje histórico, que Sam, el hobbit, derrotó heroicamente a una araña gigante en la legendaria batalla de Torech Ungol durante su peregrinación anual a Módor, y acabar vendiendo estampitas conmemorando los triunfos de Sam, el hobbit, frente al reino de los artrópodos.
Hace no mucho que regresé de un viaje por Siria y Líbano, los dos países que me quedaban por conocer de Oriente Medio. Hay algo de esa zona del mundo que me atrae enormemente. Posiblemente el mar de contradicciones en el que viven todos y cada uno de sus habitantes. Unas contradicciones que resultarían muy divertidas de no ser por las demoledoras consecuencias políticas y sociales que están teniendo en la zona.
Hay 2 tipos de musulmanes en este mundo: los suníes, que representan al 90% del Islam y los chiíes que son el otro 10%. La principal diferencia entre ambos radica en un sobrino de Mahoma llamado Alí. Los chiíes creían que Alí era el sucesor legítimo de Mahoma, y los suníes no. ¿Ah, no? Pues me escindo. Y ya no te adjunto en Facebook. Desde el año 632 en el que sucedió esto hasta la fecha, no sólo no se han puesto de acuerdo, sino que se han ido distanciando cada vez más hasta el punto de haber provocado guerras por un “quítame de aquí a este sobrino”. Muy parecido a la rivalidad entre el Frente Judáico Popular y el Frente Popular de Judea de La Vida de Brian, pero en macabro. En 1948, la ONU metió con calzador al estado de Israel en lo que los británicos conocían como Palestina. En una especie de Principio de Arquímedes religioso, la entrada de los judíos desplazó a los palestinos (musulmanes suníes en su totalidad) fuera de su recipiente, y muchos de ellos fueron a caer a la cacerola del Líbano. Allí se encontraron con unos simpáticos falangistas cristianos y se lió la de dios es cristo (nunca mejor dicho) desencadenando la guerra civil del Líbano (1975-1990). Moros contra cristianos. Sólo hacía falta soltar una vaquilla por el pueblo.
Y esa vaquilla se llamó Israel, que aprovechó la confusión para meter unos pocos tanques en su país vecino con la excusa de ayudar a los cristianos. No es que los judíos se hayan llevado históricamente bien con los cristianos (fueron los judíos los que condenaron a Jesucristo a la cruz e hicieron rico a Mel Gibson), pero entre cristianos y palestinos, la verdad, no parecía haber mucho color. ¿Y los chiíes? Pues ahí está lo sorprendente: en lugar de tomar partido por los suníes (musulmanes como ellos, al fin y al cabo), salieron a la calle a jalear la entrada de los tanques Israelíes, simplemente porque iban a apoyar a los cristianos que iban en contra de los suníes. Están locos estos asirios. Estos mismos chiíes son los que en la actualidad forman Hezbolá, una ONG de carácter ecologista que recoge escombros del Líbano, los mete en un cohete y se los lanza al país vecino para que los recicle. Y vive dios que los reciclan. Los reciclan y los devuelven multiplicados por mil.
Hay una mezquita impresionante en la ciudad vieja de Damasco, la mezquita omeya (los omeyas fueron precisamente los que se cargaron a aquel famoso sobrino de Mahoma, Alí, al que siguen los chiíes). Al lado de esa mezquita hay varios carteles en los que sale Bashar Al-Assad (el cacique local Sirio y posiblemente el tipo más fotografiado del planeta) abrazando a Hassan Nasrallah, secretario general de Hezbolah, chií de pro, y por lo tanto seguidor acérrimo de Alí, al que, repito, se cargaron precisamente los omeyas. Es como si en la plaza de San Pedro hubiese una foto del Papa jugando al parchís con Lutero. Hemos perdido el norte.
Y no se puede decir que al otro lado del río Jordán estén mucho mejor de la cabeza. Es probable que no sea un hecho demasiado conocido, pero cuando David Ben Gurión fundó el estado de Israel en 1948 con el beneplácito de la ONU, encontró sus más rebeldes opositores en…los judíos ortodoxos. ¿Por qué? Siéntense que ésta es de traca. Según la versión de El Señor de los Anillos de los judíos, el estado de Israel se debe refundar sólo después de la llegada del mesías. ¿Y cómo nos enteraremos de la llegada del mesías? Pues muy sencillo: cuando llegue el mesías, se levantarán los muertos que hay enterrados en el Monte de los Olivos (actualmente un cementerio judío), que tras lavarse los dientes entrarán en Jerusalén por la Puerta Dorada, arrasarán la ciudad y, junto con el mesías, reconstruirán el Templo de David donde ahora mismo hay una mezquita refundando así el estado de Israel. Y no ahora, Ben Gurión, que no te enteras. Manda huevos. Con lo sencillo que sería que el mesías se apareciese en Twitter anunciando su buena nueva.
Lo cachondo es que los árabes se han tomado en serio esta majadería y, no se lo pierdan, han tapiado la Puerta Dorada de Jerusalén, porque oye, con el jet-lag que van a tener los muertos cuando se levanten, no creo que se pongan a trepar muros. Eso y construir un cementerio árabe al lado del Monte de los Olivos, que muy mal se nos tiene que dar para que llegue el salvador, despierte a los muertos judíos y deje a los árabes durmiendo. Desde luego, cuando llegue el mesías en cuestión, se va a montar la de Puerto Hurraco. En versión zombi. Esto y sólo esto (su oposición a la formación del estado de Israel en el 48) es la razón por la que los ortodoxos son los únicos judíos Israelíes que están exentos de hacer la mili, y que, además, reciben una subvención del estado por pasarse la vida golpeándose la cabeza contra un muro. Hay un estado que paga a sus ciudadanos para que se den cabezazos contra un muro mientras esperan la rebelión de los zombis. Muy fuerte.
Estos chiflados, que resultarían entrañables encerrados en cualquier manicomio, son los responsables de decenas de miles de muertos que se ha cobrado conflicto de Israel con Palestina y que dura ya más de 60 años. Estos tipos se llevan pegando tanto tiempo básicamente por culpa de una piedra. Una piedra que, según El Señor de los Anillos judío, fue donde Abraham intentó sacrificar a su único hijo Isaac como prueba de fe hacia dios, y donde un arcángel sin identificar (sospecho del Juez Garzón) le paró la mano y le puso un cordero donde antes estaba Isaac, porque oye, el caso era matar algo, y es de muy mala educación dejar a Abraham con el hacha en la mano. Encima de esa piedra Salomón construyó su templo, Nabuconodosor lo destruyó y David lo recalificó para que finalmente fueran los romanos los que pusiesen fin a tanta locura especulatoria.
Ya es mala suerte que esa misma piedra figure en El Señor de los Anillos islámico como el sitio en el que Mahoma ascendió a los cielos. La misma piedra, no la de al lado. Así que los árabes aprovecharon su paso por la zona para construir una templo islámico encima de la piedra en cuestión y lo rodearon de la famosa esplanada de las mezquitas, de forma que en la actualidad los musulmanes rezan justo encima de donde los judíos se golpean la cabeza. Y todo eso con el beneplácito de la comunidad internacional. Yo personalmente soy partidario de poner esa piedra en órbita y mandarlos a todos a pegarse por ella a la Estación Espacial Internacional.
La religión es una herramienta inventada por el hombre, y que en su día servía para morir más tranquilos, explicar lo inexplicable y dotarnos de cierta transcendencia. La humanidad ha ido evolucionando y la religión no. Su papel se ha ido reduciendo gracias al avance de la ciencia y aunque sigue siendo una herramienta útil para mucha gente hay que saber acotarla para que no se convierta en un boomerang y te acabe partiendo una ceja. Hay que educar muy bien a la gente en las artes profanas y tener mucho cuidado con lo que se cuenta sobre las religiones, porque es muy fácil mezclar a Jesucristo con los elfos, pensar que Gandalf es tan real como Sócrates o Julio César y estropear una sociedad entera cuya única obsesión será encontrar el anillo de poder y llevarlo a Mórdor para destruirlo.
ARTÍCULO RECOMENDADO POR UN LECTOR DE LA REVISTA UTOPÍA
Soy un ateo convencido. No agnóstico, sino ateo. Niego la existencia de dios. Qué barbaridad, ¿cómo puedes negar la existencia de dios? Demuéstramelo. Parafraseando al gran Richard Dawkins en su legendaria charla de TED de 2002, respondo: no me corresponde a mí demostrar la no-existencia de dios. Sois vosotros, los creyentes, los que tenéis que probar que dios efectivamente existe. Personalmente, yo también niego la existencia de los unicornios, de los centauros y de los concejales de urbanismo honrados. Dios es simplemente una cosa más en la que no creo. Por qué no, yo podría defender la existencia de una cafetera orbitando alrededor de Marte, fundar una religión en torno a eso, acusar de hereje a todo aquél que lo niegue, y además pedirle que justifique esa no creencia con algún tipo de prueba so pena de quemarle en la hoguera. Es curioso que lo de la cafetera sideral le resulte un despropósito a cualquiera con dos dedos de frente, y lo de la religión no.
Conozco a unos cuantos eminentes científicos e ingenieros que además son profundamente religiosos. Gente que sabe de la eficiencia del método científico y que le confían a ese método la construcción de aviones, barcos y puentes de los que dependen vidas humanas. Y nunca les falla. Lo sorprendente es que esa misma gente luego trague con las inmensas ruedas de molinos de los dogmas religiosos. Si yo le digo a un físico teórico que he construido una máquina que contradice cualquiera de los principios de la termodinámica, me dirá que es imposible, me lo demostrará en un papel, y ni siquiera me dará la oportunidad de enseñarle mi diseño. Sin embargo si ese físico teórico es además católico en algún momento habrá tenido que tragar y asumir como ciertas cosas como que Jesús de Nazaret nació de una virgen, que hizo milagros que contradecían a la vez varios principios de la termodinámica y que resucitó y ascendió a los cielos, entre otras perlas.
Me sorprende tanto rigor para unas cosas y tan poco para otras. Tan meticulosos en unas cosas y tan relajados y permisivos en otras. Sobre todo cuando unas cosas y otras son contradictorias, porque la multiplicación de los panes y los peces y la ley de conservación de la masa no parecen, así a primera vista, demasiado compatibles. Al principio pensaba que estos científicos creyentes eran capaces de distinguir entre mito y realidad, pero me temo que estaba profundamente equivocado. Un creyente no piensa que su religión es un mito. Yo sí que pienso que su religión es un mito, pero ellos no, porque creen en ella.
Creo que es muy importante poder distinguir entre mito, parábola y realidad. Poder discernir entre hecho histórico contrastado, ley física probada empíricamente y personaje mitológico más o menos inventado con el objetivo de contar una historieta con moraleja. Se pueden extraer buenos hábitos y buenas enseñanzas de las religiones, incluso sin ser creyente. También se pueden extraer buenas enseñanzas de la trilogía de El Señor de los Anillos, y sin embargo saber que lo que se cuenta ahí realmente no sucedió. Si esto se toma demasiado en serio, se corre el peligro de que alguien llegue a creer de verdad que Gandalf fue un personaje histórico, que Sam, el hobbit, derrotó heroicamente a una araña gigante en la legendaria batalla de Torech Ungol durante su peregrinación anual a Módor, y acabar vendiendo estampitas conmemorando los triunfos de Sam, el hobbit, frente al reino de los artrópodos.
Hace no mucho que regresé de un viaje por Siria y Líbano, los dos países que me quedaban por conocer de Oriente Medio. Hay algo de esa zona del mundo que me atrae enormemente. Posiblemente el mar de contradicciones en el que viven todos y cada uno de sus habitantes. Unas contradicciones que resultarían muy divertidas de no ser por las demoledoras consecuencias políticas y sociales que están teniendo en la zona.
Hay 2 tipos de musulmanes en este mundo: los suníes, que representan al 90% del Islam y los chiíes que son el otro 10%. La principal diferencia entre ambos radica en un sobrino de Mahoma llamado Alí. Los chiíes creían que Alí era el sucesor legítimo de Mahoma, y los suníes no. ¿Ah, no? Pues me escindo. Y ya no te adjunto en Facebook. Desde el año 632 en el que sucedió esto hasta la fecha, no sólo no se han puesto de acuerdo, sino que se han ido distanciando cada vez más hasta el punto de haber provocado guerras por un “quítame de aquí a este sobrino”. Muy parecido a la rivalidad entre el Frente Judáico Popular y el Frente Popular de Judea de La Vida de Brian, pero en macabro. En 1948, la ONU metió con calzador al estado de Israel en lo que los británicos conocían como Palestina. En una especie de Principio de Arquímedes religioso, la entrada de los judíos desplazó a los palestinos (musulmanes suníes en su totalidad) fuera de su recipiente, y muchos de ellos fueron a caer a la cacerola del Líbano. Allí se encontraron con unos simpáticos falangistas cristianos y se lió la de dios es cristo (nunca mejor dicho) desencadenando la guerra civil del Líbano (1975-1990). Moros contra cristianos. Sólo hacía falta soltar una vaquilla por el pueblo.
Y esa vaquilla se llamó Israel, que aprovechó la confusión para meter unos pocos tanques en su país vecino con la excusa de ayudar a los cristianos. No es que los judíos se hayan llevado históricamente bien con los cristianos (fueron los judíos los que condenaron a Jesucristo a la cruz e hicieron rico a Mel Gibson), pero entre cristianos y palestinos, la verdad, no parecía haber mucho color. ¿Y los chiíes? Pues ahí está lo sorprendente: en lugar de tomar partido por los suníes (musulmanes como ellos, al fin y al cabo), salieron a la calle a jalear la entrada de los tanques Israelíes, simplemente porque iban a apoyar a los cristianos que iban en contra de los suníes. Están locos estos asirios. Estos mismos chiíes son los que en la actualidad forman Hezbolá, una ONG de carácter ecologista que recoge escombros del Líbano, los mete en un cohete y se los lanza al país vecino para que los recicle. Y vive dios que los reciclan. Los reciclan y los devuelven multiplicados por mil.
Hay una mezquita impresionante en la ciudad vieja de Damasco, la mezquita omeya (los omeyas fueron precisamente los que se cargaron a aquel famoso sobrino de Mahoma, Alí, al que siguen los chiíes). Al lado de esa mezquita hay varios carteles en los que sale Bashar Al-Assad (el cacique local Sirio y posiblemente el tipo más fotografiado del planeta) abrazando a Hassan Nasrallah, secretario general de Hezbolah, chií de pro, y por lo tanto seguidor acérrimo de Alí, al que, repito, se cargaron precisamente los omeyas. Es como si en la plaza de San Pedro hubiese una foto del Papa jugando al parchís con Lutero. Hemos perdido el norte.
Y no se puede decir que al otro lado del río Jordán estén mucho mejor de la cabeza. Es probable que no sea un hecho demasiado conocido, pero cuando David Ben Gurión fundó el estado de Israel en 1948 con el beneplácito de la ONU, encontró sus más rebeldes opositores en…los judíos ortodoxos. ¿Por qué? Siéntense que ésta es de traca. Según la versión de El Señor de los Anillos de los judíos, el estado de Israel se debe refundar sólo después de la llegada del mesías. ¿Y cómo nos enteraremos de la llegada del mesías? Pues muy sencillo: cuando llegue el mesías, se levantarán los muertos que hay enterrados en el Monte de los Olivos (actualmente un cementerio judío), que tras lavarse los dientes entrarán en Jerusalén por la Puerta Dorada, arrasarán la ciudad y, junto con el mesías, reconstruirán el Templo de David donde ahora mismo hay una mezquita refundando así el estado de Israel. Y no ahora, Ben Gurión, que no te enteras. Manda huevos. Con lo sencillo que sería que el mesías se apareciese en Twitter anunciando su buena nueva.
Lo cachondo es que los árabes se han tomado en serio esta majadería y, no se lo pierdan, han tapiado la Puerta Dorada de Jerusalén, porque oye, con el jet-lag que van a tener los muertos cuando se levanten, no creo que se pongan a trepar muros. Eso y construir un cementerio árabe al lado del Monte de los Olivos, que muy mal se nos tiene que dar para que llegue el salvador, despierte a los muertos judíos y deje a los árabes durmiendo. Desde luego, cuando llegue el mesías en cuestión, se va a montar la de Puerto Hurraco. En versión zombi. Esto y sólo esto (su oposición a la formación del estado de Israel en el 48) es la razón por la que los ortodoxos son los únicos judíos Israelíes que están exentos de hacer la mili, y que, además, reciben una subvención del estado por pasarse la vida golpeándose la cabeza contra un muro. Hay un estado que paga a sus ciudadanos para que se den cabezazos contra un muro mientras esperan la rebelión de los zombis. Muy fuerte.
Estos chiflados, que resultarían entrañables encerrados en cualquier manicomio, son los responsables de decenas de miles de muertos que se ha cobrado conflicto de Israel con Palestina y que dura ya más de 60 años. Estos tipos se llevan pegando tanto tiempo básicamente por culpa de una piedra. Una piedra que, según El Señor de los Anillos judío, fue donde Abraham intentó sacrificar a su único hijo Isaac como prueba de fe hacia dios, y donde un arcángel sin identificar (sospecho del Juez Garzón) le paró la mano y le puso un cordero donde antes estaba Isaac, porque oye, el caso era matar algo, y es de muy mala educación dejar a Abraham con el hacha en la mano. Encima de esa piedra Salomón construyó su templo, Nabuconodosor lo destruyó y David lo recalificó para que finalmente fueran los romanos los que pusiesen fin a tanta locura especulatoria.
Ya es mala suerte que esa misma piedra figure en El Señor de los Anillos islámico como el sitio en el que Mahoma ascendió a los cielos. La misma piedra, no la de al lado. Así que los árabes aprovecharon su paso por la zona para construir una templo islámico encima de la piedra en cuestión y lo rodearon de la famosa esplanada de las mezquitas, de forma que en la actualidad los musulmanes rezan justo encima de donde los judíos se golpean la cabeza. Y todo eso con el beneplácito de la comunidad internacional. Yo personalmente soy partidario de poner esa piedra en órbita y mandarlos a todos a pegarse por ella a la Estación Espacial Internacional.
La religión es una herramienta inventada por el hombre, y que en su día servía para morir más tranquilos, explicar lo inexplicable y dotarnos de cierta transcendencia. La humanidad ha ido evolucionando y la religión no. Su papel se ha ido reduciendo gracias al avance de la ciencia y aunque sigue siendo una herramienta útil para mucha gente hay que saber acotarla para que no se convierta en un boomerang y te acabe partiendo una ceja. Hay que educar muy bien a la gente en las artes profanas y tener mucho cuidado con lo que se cuenta sobre las religiones, porque es muy fácil mezclar a Jesucristo con los elfos, pensar que Gandalf es tan real como Sócrates o Julio César y estropear una sociedad entera cuya única obsesión será encontrar el anillo de poder y llevarlo a Mórdor para destruirlo.
NEGRITO EN BLANCO Y NEGRO. MARÍA ISABEL CAMPOS R-LEHR
Negrito en blanco y negro.
Recuerdo la primera vez que los nuevos llegaron a casa, eso fue poco tiempo después de mi enfermedad. Cuando tuve fiebre y mucha tos. Apenas puedo acordarme con exactitud lo que ocurrió durante la noche, pero no he olvidado que mi madre me envolvió en una manta y finalmente acabé en una sala en el hospital, conectado a una máquina y deslumbrado por los focos. En verdad, sólo me quedan recuerdos vagos de aquellos días; creo que mi abuela volvió de Francia y me agarró fuera de sí como un muñeco. Todos lloraban mucho.
Yo les sonreía e incluso abracé varias veces a mi madre pero ella no reaccionó. Nadie se daba cuenta de que estaba ahí; de pie, mirándoles, todos me ignoraban y se agarraban a mi cuerpo en la cama. Mientras, yo gritaba desgañitándome y corriendo de un lado a otro de la habitación. Mi abuela rezaba. Al rato, porque estaba aburrido me fui a contar los coches que veía aparcados debajo de la ventana. A mamá después de aquel día no volví a verla. No sé adonde se fue. Yo regresé a casa solo, a píe, ocurrió como en un sueño, pero al despertar estaba de nuevo allí, en mi habitación jugando con mi escalextric.
Una semana después, los nuevos vinieron con todos sus bártulos. Trajeron primero las maletas, pero después nos inundaron con sus cajas de cartón, algunos muebles y muchos tablones de madera. Enseguida temí lo peor; habían llegado para quedarse. No quiero olvidar mencionar, que a partir de aquellas fechas en que la familia Ibranovic se iban apropiando de nuestra casa, el mundo interior entre nuestras paredes empapeladas se fue volviendo más oscuro y a la vez extrañamente más claro.
Todos los objetos que tenía a mí alrededor basculaban entre el negro y el blanco pasando por todos los matices de grises. Así la lámpara del salón que siempre había resaltado por su color azul intenso se convirtió en una araña con globos blancos y negros. El sofá en verde olivo cambió a un gris perlado que parecía sucio. Los rojos de los muebles de la cocina se mutaron en antracitas, los amarillos en blancos y hasta las puertas de taracea griseaban.
Yo esperaba ya harto a que llegase mamá, mientras ellos deambulaban como verdaderos fantasmas aburridos; del sofá se iban a la cama y por la mañana después del desayuno, el padre se iba a trabajar y la madre y el hijo se conectaban al ordenador. A Lukas, el hijo, que con el paso de los días se le iba volviendo el pelo rubio en color ceniza, no le gustaba practicar ningún deporte. No iba más allá de jugar al rugby con su consola. Entre tanto, aunque me parara quieto mirándoles fijamente a los ojos; ellos pasaban a través de mí como si me hubiera convertido en una cortina de humo transparente; así de fácil, sin ni siquiera echarse a un lado o pedir permiso.
Yo ya nunca tenía hambre, pero también sentía ya nostalgia por los guisos de mamá; esas ollas humeantes que borbotaban al cocinar durante horas. En lugar de eso, la señora Ibranovic almacenaba comida precocinada y de microondas. Hasta las salsas las compraba de bote y las dejaba siempre encima de la mesa para poder acceder a todas horas a los envases.
Así transcurrieron un par de semanas sin que mis intentos por contactar con ellos fueran efectivos. Pero por suerte llegó el cumpleaños de Lukas, y para mi sorpresa recibió como regalo un perro precioso. Era de color alabastro y muy lanoso con una mancha grande blanquecina en el cuello. Iba husmeando por todas partes; cosa que al principio me molestó porque siempre sabía donde yo estaba pero a la vez me hizo muy feliz, al comprobar que para él yo no era del todo invisible. Desde el primer día le llamé Negrito, y jugábamos al escondite, y ladraba cuando yo se lo pedía, e ignoraba a sus otros dueños cuando yo le llamaba. Sólo él sabía de mi existencia y me traía siempre su pelota para jugar conmigo.
Una noche Negrito no paraba de ladrar, se iba hacia la puerta de entrada y volvía a su cesta refunfuñando porque el señor Ibranovic le regañaba debido a que no le gustaba que ladrase, y menos cuando era de madrugada porque molestaba a los vecinos. Pero el perro estaba muy inquieto y daba vueltas y levantaba las patas en su canasta de mimbre. Corría a veces de nuevo en dirección a la entrada por el pasillo, daba un ladrido, pero inmediatamente huía con el rabo entre las piernas. Yo sabía que en esta ocasión su nerviosismo no estaba provocado por los gatos callejeros que a veces entraban en nuestro jardín, ni tampoco por los pájaros que siempre le ponían muy nervioso. A la vez siguiente que se atrevió de nuevo a acercarse a la puerta le acompañé, pero yo también tenía miedo, de modo que me aproximé primero a la ventana por si podía divisar entre los huecos de la persiana algo de lo que ocurría afuera.
En principio no vi nada, apenas podía reconocer los arbustos y la verja delante de la casa. Pero al darme la vuelta vi como mi abuela que vestía un traje bellísimo en blanco acariciaba el lomo de Negrito. Ella me miraba, sin dejar de acariciarle, con la misma dulzura como cuando me leía los cuentos al acostarme. Me contó que había estado buscándome, que a ella le había llegado la hora del último viaje pero estaba triste porque no había ido a esperarla. Me dio un abrazo y la vi feliz.
Me costó mucho trabajo despedirme de Negrito, verdaderamente había sido mi único compañero y amigo durante todos esos meses. Le prometí que un día cuando llegase el momento, yo también le haría compañía y vendría a buscarle.
Empezaba ya a amanecer y entonces a través de la ventana distinguí como el sol ya amarillo iba asomándose entre las nubes, y también las rosas eran ya rojas y la verja verde, y al mirar hacia atrás me percaté que negrito en verdad era marrón, un marrón canela como de café con mucha leche. Mi abuela me dio su mano y nos fuimos andando hacia el jardín, a lo lejos alguien que conocía a la abuela nos esperaba...
Recuerdo la primera vez que los nuevos llegaron a casa, eso fue poco tiempo después de mi enfermedad. Cuando tuve fiebre y mucha tos. Apenas puedo acordarme con exactitud lo que ocurrió durante la noche, pero no he olvidado que mi madre me envolvió en una manta y finalmente acabé en una sala en el hospital, conectado a una máquina y deslumbrado por los focos. En verdad, sólo me quedan recuerdos vagos de aquellos días; creo que mi abuela volvió de Francia y me agarró fuera de sí como un muñeco. Todos lloraban mucho.
Yo les sonreía e incluso abracé varias veces a mi madre pero ella no reaccionó. Nadie se daba cuenta de que estaba ahí; de pie, mirándoles, todos me ignoraban y se agarraban a mi cuerpo en la cama. Mientras, yo gritaba desgañitándome y corriendo de un lado a otro de la habitación. Mi abuela rezaba. Al rato, porque estaba aburrido me fui a contar los coches que veía aparcados debajo de la ventana. A mamá después de aquel día no volví a verla. No sé adonde se fue. Yo regresé a casa solo, a píe, ocurrió como en un sueño, pero al despertar estaba de nuevo allí, en mi habitación jugando con mi escalextric.
Una semana después, los nuevos vinieron con todos sus bártulos. Trajeron primero las maletas, pero después nos inundaron con sus cajas de cartón, algunos muebles y muchos tablones de madera. Enseguida temí lo peor; habían llegado para quedarse. No quiero olvidar mencionar, que a partir de aquellas fechas en que la familia Ibranovic se iban apropiando de nuestra casa, el mundo interior entre nuestras paredes empapeladas se fue volviendo más oscuro y a la vez extrañamente más claro.
Todos los objetos que tenía a mí alrededor basculaban entre el negro y el blanco pasando por todos los matices de grises. Así la lámpara del salón que siempre había resaltado por su color azul intenso se convirtió en una araña con globos blancos y negros. El sofá en verde olivo cambió a un gris perlado que parecía sucio. Los rojos de los muebles de la cocina se mutaron en antracitas, los amarillos en blancos y hasta las puertas de taracea griseaban.
Yo esperaba ya harto a que llegase mamá, mientras ellos deambulaban como verdaderos fantasmas aburridos; del sofá se iban a la cama y por la mañana después del desayuno, el padre se iba a trabajar y la madre y el hijo se conectaban al ordenador. A Lukas, el hijo, que con el paso de los días se le iba volviendo el pelo rubio en color ceniza, no le gustaba practicar ningún deporte. No iba más allá de jugar al rugby con su consola. Entre tanto, aunque me parara quieto mirándoles fijamente a los ojos; ellos pasaban a través de mí como si me hubiera convertido en una cortina de humo transparente; así de fácil, sin ni siquiera echarse a un lado o pedir permiso.
Yo ya nunca tenía hambre, pero también sentía ya nostalgia por los guisos de mamá; esas ollas humeantes que borbotaban al cocinar durante horas. En lugar de eso, la señora Ibranovic almacenaba comida precocinada y de microondas. Hasta las salsas las compraba de bote y las dejaba siempre encima de la mesa para poder acceder a todas horas a los envases.
Así transcurrieron un par de semanas sin que mis intentos por contactar con ellos fueran efectivos. Pero por suerte llegó el cumpleaños de Lukas, y para mi sorpresa recibió como regalo un perro precioso. Era de color alabastro y muy lanoso con una mancha grande blanquecina en el cuello. Iba husmeando por todas partes; cosa que al principio me molestó porque siempre sabía donde yo estaba pero a la vez me hizo muy feliz, al comprobar que para él yo no era del todo invisible. Desde el primer día le llamé Negrito, y jugábamos al escondite, y ladraba cuando yo se lo pedía, e ignoraba a sus otros dueños cuando yo le llamaba. Sólo él sabía de mi existencia y me traía siempre su pelota para jugar conmigo.
Una noche Negrito no paraba de ladrar, se iba hacia la puerta de entrada y volvía a su cesta refunfuñando porque el señor Ibranovic le regañaba debido a que no le gustaba que ladrase, y menos cuando era de madrugada porque molestaba a los vecinos. Pero el perro estaba muy inquieto y daba vueltas y levantaba las patas en su canasta de mimbre. Corría a veces de nuevo en dirección a la entrada por el pasillo, daba un ladrido, pero inmediatamente huía con el rabo entre las piernas. Yo sabía que en esta ocasión su nerviosismo no estaba provocado por los gatos callejeros que a veces entraban en nuestro jardín, ni tampoco por los pájaros que siempre le ponían muy nervioso. A la vez siguiente que se atrevió de nuevo a acercarse a la puerta le acompañé, pero yo también tenía miedo, de modo que me aproximé primero a la ventana por si podía divisar entre los huecos de la persiana algo de lo que ocurría afuera.
En principio no vi nada, apenas podía reconocer los arbustos y la verja delante de la casa. Pero al darme la vuelta vi como mi abuela que vestía un traje bellísimo en blanco acariciaba el lomo de Negrito. Ella me miraba, sin dejar de acariciarle, con la misma dulzura como cuando me leía los cuentos al acostarme. Me contó que había estado buscándome, que a ella le había llegado la hora del último viaje pero estaba triste porque no había ido a esperarla. Me dio un abrazo y la vi feliz.
Me costó mucho trabajo despedirme de Negrito, verdaderamente había sido mi único compañero y amigo durante todos esos meses. Le prometí que un día cuando llegase el momento, yo también le haría compañía y vendría a buscarle.
Empezaba ya a amanecer y entonces a través de la ventana distinguí como el sol ya amarillo iba asomándose entre las nubes, y también las rosas eran ya rojas y la verja verde, y al mirar hacia atrás me percaté que negrito en verdad era marrón, un marrón canela como de café con mucha leche. Mi abuela me dio su mano y nos fuimos andando hacia el jardín, a lo lejos alguien que conocía a la abuela nos esperaba...
¡AH! ¿PERO ALLÍ HABÍA DICTADORES? JUAN TORRES
¡AH! ¿PERO ALLÍ HABÍA DICTADORES?
Blog Ganas de Escribir
Tan ocupados están los gobiernos de los países más poderosos en defender los derechos humanos en Cuba y Venezuela, los únicos lugares del mundo en donde parece que le interesa comprobar que se puedan violar, que no se dieron cuenta de que ellos mismos sostenían dictaduras salvajes en todo el norte de África.
En Túnez, en Marruecos, el Libia, en Egipto...torturaban y asesinaban a los disidentes policías bien formados en las academias francesas o españolas. Allí se reprimían las manifestaciones populares y las huelgas con materiales antidisturbios fabricados en la moderna industrial militar de la OTAN. Los dictadores nos visitaban constantemente y Berlusconi, Sarkozy, Bush, Aznar, Zapatero y demás defensores de la libertad los agasajaban y firmaban suculentos contratos con ellos o se aseguraban el suministro de petróleo a cambio, eso sí, de hacer un poco más ricos por vías poco confesables a los dictadores. Los monarcas europeos tratan de hermanos a sátrapas criminales y utilizan sus agendas para ayudarles a poner a salvo sus fortunas logradas a base de robar a sus pueblos.
Ahora los pueblos se levantan y los que durante decenios habían mantenido esos regímenes criminales se hacen los tontos sin saber a ciencia qué decir. Creían que la historia que sus socios les contaban cuando afirmaban que todo estaba en paz en sus naciones era cierto y que todo permanecería siempre bajo control.
Ben Ali, Mubarak, Gadafi y compañía pasarán a la historia como lo que son, dictadores que asesinaban y robaban a sus conciudadanos, pero la historia quedará a medias si no ponemos igualmente en la picota a quienes realmente los han mantenido durante tanto tiempo en el poder, a quienes los encumbraron y luego los han protegido contra la ira reprimida de sus pueblos. Los gobiernos de Francia, de Italia, de Francia, de España, de Estados Unidos... son los que han armado a los dictadores, los que manejaban en realidad su mano sucia de sangre. Por eso no habrá justicia hasta que sus dirigentes sigan el mismo camino que ellos y den cuentas de su responsabilidad ante la historia y ante los pueblos.
Exactamente igual que la ciudadanía de estos países norteafricanos se enfrenta a los dictadores, la europea debe hacer frente a sus gobiernos para decirle, por ejemplo a nuestra Ministra de Asuntos Exteriores, que nos avergonzamos de sus palabras de complicidad con Marruecos, o, al presidente Zapatero, que sus manos también están manchadas de sangre después de vender armas a gobiernos criminales. Y a todos ellos, que da asco su cinismo.
¡Que se vayan para siempre los dictadores pero también sus cómplices!
Blog Ganas de Escribir
Tan ocupados están los gobiernos de los países más poderosos en defender los derechos humanos en Cuba y Venezuela, los únicos lugares del mundo en donde parece que le interesa comprobar que se puedan violar, que no se dieron cuenta de que ellos mismos sostenían dictaduras salvajes en todo el norte de África.
En Túnez, en Marruecos, el Libia, en Egipto...torturaban y asesinaban a los disidentes policías bien formados en las academias francesas o españolas. Allí se reprimían las manifestaciones populares y las huelgas con materiales antidisturbios fabricados en la moderna industrial militar de la OTAN. Los dictadores nos visitaban constantemente y Berlusconi, Sarkozy, Bush, Aznar, Zapatero y demás defensores de la libertad los agasajaban y firmaban suculentos contratos con ellos o se aseguraban el suministro de petróleo a cambio, eso sí, de hacer un poco más ricos por vías poco confesables a los dictadores. Los monarcas europeos tratan de hermanos a sátrapas criminales y utilizan sus agendas para ayudarles a poner a salvo sus fortunas logradas a base de robar a sus pueblos.
Ahora los pueblos se levantan y los que durante decenios habían mantenido esos regímenes criminales se hacen los tontos sin saber a ciencia qué decir. Creían que la historia que sus socios les contaban cuando afirmaban que todo estaba en paz en sus naciones era cierto y que todo permanecería siempre bajo control.
Ben Ali, Mubarak, Gadafi y compañía pasarán a la historia como lo que son, dictadores que asesinaban y robaban a sus conciudadanos, pero la historia quedará a medias si no ponemos igualmente en la picota a quienes realmente los han mantenido durante tanto tiempo en el poder, a quienes los encumbraron y luego los han protegido contra la ira reprimida de sus pueblos. Los gobiernos de Francia, de Italia, de Francia, de España, de Estados Unidos... son los que han armado a los dictadores, los que manejaban en realidad su mano sucia de sangre. Por eso no habrá justicia hasta que sus dirigentes sigan el mismo camino que ellos y den cuentas de su responsabilidad ante la historia y ante los pueblos.
Exactamente igual que la ciudadanía de estos países norteafricanos se enfrenta a los dictadores, la europea debe hacer frente a sus gobiernos para decirle, por ejemplo a nuestra Ministra de Asuntos Exteriores, que nos avergonzamos de sus palabras de complicidad con Marruecos, o, al presidente Zapatero, que sus manos también están manchadas de sangre después de vender armas a gobiernos criminales. Y a todos ellos, que da asco su cinismo.
¡Que se vayan para siempre los dictadores pero también sus cómplices!
INTELIGENCIA Y ESTUPIDEZ. TOMÁS MORALES
INTELIGENCIA Y ESTUPIDEZ.
Constituyen el anverso y el reverso.
Yo creo que el pecado original del género humano no fue la desobediencia al jefe que había prohibido comer del árbol de la CIENCIA (conocimiento) del BIEN y del MAL (comportamiento). Se supone que era un manzano cuando, como se sabe, no existían los manzanos en el Irak actual, donde se supone que estaba el Paraíso Terrenal, entre el Éufrates y el Tigris.
Saber y obrar, por sí mismo, de manera autónoma, sin necesidad de preguntar y esperar respuestas del jefe, sobre lo que las cosas sean (la verdad) y poder obrar por sí mismo (la bondad), libre y responsablemente, ese era el pecado, poder prescindir de Dios en la vida, el mostrar que no era necesario para vivir la vida, que la humanidad podía arreglárselas por sí misma.
Creo que el pecado original del género humano fue el germen de estupidez, a la hora de pensar, y el germen de pereza, a la hora de obrar.
Y, así como se podía pecar, según la tradición, de pensamiento, de palabra, de obra y de omisión, también se puede ser estúpido de palabra, de obra y de omisión.
Creo, incluso, que si se ha tratado de la evolución de la humanidad desde el orden de la búsqueda de la verdad es porque, en el fondo, todos sabemos que en nuestra biografía, en la de todos y cada uno, hay estupideces, en mayor o menor grado, que nos cuesta reconocer (¿mentar la soga en casa del ahorcado?, ¿tratar de la estupidez cuando uno…?).
El propio Einstein comparaba la magnitud de la estupidez humana con la magnitud del universo.
En el obrar estúpido siempre hay un grado de ceguera que impide ver la realidad de manera objetiva y tomar decisiones coherentes.
Esa ceguera, que se interpone entre el sujeto que ve y la cosa vista, pueden ser los prejuicios, las supersticiones, los dogmatismos, que distorsionan el pensamiento. Pero esta ceguera también puede ser producida por interferencias emocionales. Tanto en el enamorado como en el que odia, la sangre hirviendo del corazón desfigura la realidad, se la ve subjetivada, (lo del color del cristal con que se mira).
Le pregunto al Diccionario de la R.A.E. por “estúpido” y me dice que es “el necio, el torpe, el falto de inteligencia”; y cuando le pregunto por “estupefacto” me dice que es “el atónito, el pasmado, el incapaz de reaccionar”. El primero se mueve más en el orden del conocimiento (no ve o no ve bien), mientras el segundo se mueve en el orden del comportamiento (no reacciona, alelado como está, o reacciona de manera incoherente).
De ahí que lo más peligroso con lo que uno puede toparse, en la vida, es con un “estúpido con iniciativa y con poder”, sobre todo si, además, es gobernante. Por eso hay que distinguir entre: Estupidez Individual y Estupidez Social. La suma de estupideces individuales dará, como resultado, una sociedad estúpida. De la misma manera que la suma de inteligencias individuales dará, como resultado, una sociedad inteligente.
Decían los antiguos que el hombre no es ni ángel ni bestia, sino ambas cosas a la vez. Mente y cuerpo, lo psíquico y lo somático, lo intelectual y lo emocional, lo cognitivo y lo emotivo, razón y pasión…. El inteligente es el que es capaz de armonizarlos, mientras el estúpido lo mezcla todo.
Podemos afirmar, pues, que “la estupidez perjudica seriamente la salud”. Existen cuatro tipos de personas:
a.- Los Inteligentes, que son los que saben conseguir beneficio para los demás y para sí mismo.
b.- Los Estúpidos, que son los que perjudican a todo el mundo, sin obtener provecho alguno (son los estúpidos perniciosos), incluso se perjudican a sí mismos (son los estúpidos ingenuos).
Son el anverso y el reverso.
c.- Los Incautos (a los que les falla la inteligencia, por hipotrofia)
d.- Los malvados (a los que les falla la conducta, por hipertrofia).
Un terrorista etarra posee una inteligencia individual pero es un malvado, es un estúpido social pernicioso. Así como hay Estúpidos Individuales y Estúpidos Sociales, también hay Inteligentes Individuales e Inteligentes Sociales. Es verdad. Hay una Inteligencia Privada y una Inteligencia Social. Son dos paradigmas, que no podemos/no debemos identificar.
Hitler y Napoleón, eran dos Inteligencias Privadas de Matrícula de honor. Uno fue capaz de encandilar, de fascinar,… a todo un pueblo, que veía por sus ojos, mientras el otro fue uno de los estrategas más reconocidos, de toda la historia, (junto a Alejandro Magno y Julio César). Sin embargo Hitler mostró una Inteligencia Social de un débil mental, de un loco, de un destructor, llevando al pueblo alemán al desastre que todos conocemos. Igualmente Napoleón mostró una Inteligencia Social de un estúpido, destrozando a Francia, llevando a la muerte a millones de personas, sin ningún provecho para su nación.
El que es capaz de ponerle los cuernos a su esposa sin que nadie se entere, muestra una alta Inteligencia Privada pero es un estúpido en Inteligencia Social, al poner en peligro el capital afectivo matrimonial y familiar.
El filósofo (al que sigo), José Antonio Marina, acaba de publicar su última obra “Las sociedades fracasadas”, que lleva como subtítulo “el talento y la estupidez de las sociedades”.
Me he preguntado, muchas veces, si nuestras sociedades, municipales, autonómicas o nacionales son talentosas, inteligentes, o estúpidas, fracasadas. Las sociedades inteligentes son las sociedades que saben resolver los problemas sociales, cuando aparecen; que son capaces de prever los problemas y abortarlos antes de que aparezcan; que crean capital comunitario, y que amplían las posibilidades de sus miembros.
Las sociedades estúpidas son lo contrario. Son las que crean más problemas de los que resuelven, las que son capaces de intentar matar moscas a cañonazos, las que destruyen capital comunitario, las que entontecen a los ciudadanos. El fracaso proviene tanto de no hacer las cosas, como de no hacerlas bien, o de hacerlas tarde o a destiempo. La inteligencia es la capacidad de resolver problemas.
Yo soy Inteligente si sé prever los problemas, para evitarlos, antes que aparezcan, o si, una vez presentes, sé plantearlos bien y dar con la solución pronta y adecuada. Yo soy Estúpido si…..
Igualmente las sociedades Inteligentes respecto a los problemas sociales. Y las sociedades Estúpidas, que son las que no prevén las consecuencias del no obrar, del obrar mal, del obrar tarde.
Sociedades estúpidas son las que están gobernadas por tiranos/dictadores, cuya voluntad es ley o están infectadas de colectivos antisociales.
1.- Las tiranías, a las que les interesa tener entontecidos a los súbditos para que no sean conscientes, para así mantenerse ellos en el poder. Envilecen su alma al tiempo que los empobrecen materialmente. Se rodean y miman a las fuerzas armadas y cuerpos de seguridad, para no estar ellos en peligro. Regalan chucherías de benefactor, en forma de “panem et circenses” o de “fútbol, toros y tele”.
2.- Los corruptos, que también pueden abundar en las democracias. Con la diferencia de que en las tiranías no pueden aflorar a la superficie (léase la prensa, hoy mismo, de Túnez, Egipto,… (y los que sigan), siendo una de las causas de la rebelión), manteniéndose impunes y atribuyéndole a sus enemigos la falsedad y la mentira de la “pretendida” corrupción, mientras en las democracias existen mecanismos para llevar a los tribunales, con pruebas, con consecuencias civiles, económicas, penales,… a los corruptos (hoy mismo, en Málaga, el caso Malaya).
3.- Los gorrones, que son los que toman los beneficios sociales, sin pagar coste alguno, los parásitos sociales, los “chupópteros” o sanguijuelas.
4.- Los mentirosos, que son los grandes tramposos y timadores, que hacen promesas sabiendo que no van a poder cumplirlas, a cambio de votos que legitimen su elección como gobernante.
Si eres consumista, materialista, marquista, vago vocacional, egotista, crédulo, relativista, superficial, aprovechado, partidista, televidente asiduo de Belén Esteban, de las Princesas de Barrio o de gran hermano, si eres un parásito social, un mentiroso empedernido, si eres un Vicente, si…. considérate estúpido. Para y da marcha atrás, reflexiona, antes de que sea demasiado tarde y seas más estúpido, todavía.
DESCUBRIENDO LAS PALOMAS. JUANA GODOY
Descubriendo las Palomas
Carnaval 2011. Plaza de la Constitución. Privilegio de una balconada. De rojo. No más de tres años.De pie, sobre la representación en metal de una de las hojas de periódico, donde se anuncia el triunfo de la constitución española, después de casi medio siglo de oscuridad. Sorpresa ante el aleteo de alas. Celebración del movimiento de libertad que supone el batir de alas y la elevación en el aire de seres tan diminutos (comparados con su estatura de niño de aproximadamente tres años).
Un padre satisfecho comunicando por teléfono el descubrimiento de su hijo. De rojo. Un señor haciendo fotos al vacío y haciendo ojos ciegos al milagro de la consciencia. Tres jóvenes bucaneras acercan al infante el loro multicolor y sin vida para que sea acariciado por la mano del inocente. Placidez de una tarde sin prisa. Calidez de un frío saludable. Y la ciudad más viva de lo acostumbrado. Bullir de dos actrices de teatro.La más alta manipulando a Sabina, la marioneta de inmensos ojos profundos. Con movimientos estudiados, simula la falta de vida. Muñeca de cabello inquieto y belleza sin límite. Maquillaje blanco para ocultar la fuente de la vida... y de la suerte... y de la eternidad. En un segundo, espectadora del resto de un segundo. Y gozar... Y celebrar estar viva después de la muerte más sentida. La más placentera muerte vivida, rodeada de los suyos... Y de las suyas.
Y al caer la noche, un fumador de pipa y de amarillo se pasea por la plaza y despliega un panfleto en el suelo. Velas encendidas (rememorando la coexistencia pacífica de las tres culturas) sobre el cartel que exige a Europa: Basta ya de apoyar a los dictadores árabes. Y un señor que lee atentamente el pasquín que entrega a la ciudadanía, un chico con melenas...
A Nati Aguilera Escobar, in memoriam.
JUANA AGUILERA
Carnaval 2011. Plaza de la Constitución. Privilegio de una balconada. De rojo. No más de tres años.De pie, sobre la representación en metal de una de las hojas de periódico, donde se anuncia el triunfo de la constitución española, después de casi medio siglo de oscuridad. Sorpresa ante el aleteo de alas. Celebración del movimiento de libertad que supone el batir de alas y la elevación en el aire de seres tan diminutos (comparados con su estatura de niño de aproximadamente tres años).
Un padre satisfecho comunicando por teléfono el descubrimiento de su hijo. De rojo. Un señor haciendo fotos al vacío y haciendo ojos ciegos al milagro de la consciencia. Tres jóvenes bucaneras acercan al infante el loro multicolor y sin vida para que sea acariciado por la mano del inocente. Placidez de una tarde sin prisa. Calidez de un frío saludable. Y la ciudad más viva de lo acostumbrado. Bullir de dos actrices de teatro.La más alta manipulando a Sabina, la marioneta de inmensos ojos profundos. Con movimientos estudiados, simula la falta de vida. Muñeca de cabello inquieto y belleza sin límite. Maquillaje blanco para ocultar la fuente de la vida... y de la suerte... y de la eternidad. En un segundo, espectadora del resto de un segundo. Y gozar... Y celebrar estar viva después de la muerte más sentida. La más placentera muerte vivida, rodeada de los suyos... Y de las suyas.
Y al caer la noche, un fumador de pipa y de amarillo se pasea por la plaza y despliega un panfleto en el suelo. Velas encendidas (rememorando la coexistencia pacífica de las tres culturas) sobre el cartel que exige a Europa: Basta ya de apoyar a los dictadores árabes. Y un señor que lee atentamente el pasquín que entrega a la ciudadanía, un chico con melenas...
A Nati Aguilera Escobar, in memoriam.
JUANA AGUILERA
CANCELADO. CONTROLADORES ÁEREOS.
La huelga de los controladores aéreos
J.M.G.P - Médico. Santa Cruz de Tenerife - 07/12/2010 . ARTÍCULO DE LA WEB
Soy licenciado en Medicina y Cirugía tras seis años de estudios, especialista en Medicina Interna y en Nefrología tras otros ocho años y doctor en Medicina. Trabajo en un hospital público desde hace 25 años con enfermos trasplantados o con insuficiencia renal. He visto morir a pacientes bajo mi responsabilidad de todas las edades. Soy delegado sindical y sé lo que es tratar con la Administración. He visto en televisión cómo un representante de los controladores aéreos, hablaba de presión y estrés, llevándoles al límite: "Abandonar el puesto de trabajo alegando problemas de salud".
Espero que ninguno de los controladores o sus familiares acuda a un hospital y le digan que no le pueden atender porque casi todos los profesionales sanitarios están "enfermos". Podrán alegar que mi responsabilidad es distinta, y yo les diré por qué mi sueldo es muy inferior al suyo trabajando más de 2.100 horas al año. Por la crisis nos han bajado el sueldo y otras mejoras laborales, pero nunca, nunca, he pensado en abandonar mis obligaciones con los pacientes.
Les reto a que acudan a un hospital y vean trabajar a médicos y enfermeros con pacientes graves. Que acudan a cualquier quirófano donde se está realizando un trasplante, o extrayendo un riñón a un donante sano que se lo dona a un familiar, y así un largo etcétera, para que vean lo que es el estrés. No hay nada más estresante que ver morir un paciente a pesar de los esfuerzos realizados.
Lo que han hecho tiene un nombre: falta de ética y profesionalidad. Todo lo demás es demagogia.
J.M.G.P - Médico. Santa Cruz de Tenerife - 07/12/2010 . ARTÍCULO DE LA WEB
Soy licenciado en Medicina y Cirugía tras seis años de estudios, especialista en Medicina Interna y en Nefrología tras otros ocho años y doctor en Medicina. Trabajo en un hospital público desde hace 25 años con enfermos trasplantados o con insuficiencia renal. He visto morir a pacientes bajo mi responsabilidad de todas las edades. Soy delegado sindical y sé lo que es tratar con la Administración. He visto en televisión cómo un representante de los controladores aéreos, hablaba de presión y estrés, llevándoles al límite: "Abandonar el puesto de trabajo alegando problemas de salud".
Espero que ninguno de los controladores o sus familiares acuda a un hospital y le digan que no le pueden atender porque casi todos los profesionales sanitarios están "enfermos". Podrán alegar que mi responsabilidad es distinta, y yo les diré por qué mi sueldo es muy inferior al suyo trabajando más de 2.100 horas al año. Por la crisis nos han bajado el sueldo y otras mejoras laborales, pero nunca, nunca, he pensado en abandonar mis obligaciones con los pacientes.
Les reto a que acudan a un hospital y vean trabajar a médicos y enfermeros con pacientes graves. Que acudan a cualquier quirófano donde se está realizando un trasplante, o extrayendo un riñón a un donante sano que se lo dona a un familiar, y así un largo etcétera, para que vean lo que es el estrés. No hay nada más estresante que ver morir un paciente a pesar de los esfuerzos realizados.
Lo que han hecho tiene un nombre: falta de ética y profesionalidad. Todo lo demás es demagogia.
LA VERGÜENZA DE LA TELEVISIÓN ESPAÑOLA
Lo que en realidad nos importa... ALBA PÉREZ ESCALONA
Hoy no nos importa lo que ocurre en el mundo, ni si quiera lo que ocurre en nuestro propio país... Lo único que nos entretiene y nos causa curiosidad son frases como “Andreita cómete el pollo”. Gracias a estas frases, a éstos personajes, cada día somos más pobres intelectualmente hablando, nos dejamos guiar por éstos “shows” montados en muchos programas dónde degradan a famosos a costa de rumores que van creando sin importar el coste humano que suponen muchas de éstas informaciones.
Programas que están perjudicando a la “caída” del periodismo, con sus descomunales cifras de audiencias en cada enfrentamiento, y descomunales cantidades de dinero que ofrecen a los personajes por acudir a éstos programas y discutir durante dos horas, incluso, aumenta el “caché” si llegan, incluso, a insultarse o faltarse el respeto.
Señores, eso no es periodismo.
Eso es un espectáculo que crece cada día más por nuestra culpa, pero por favor, ¿a quién se le ocurre proponer a Belén Esteban como representante del Gobierno?
Pues hasta aquí llega muchas veces la ignorancia, cómo muchos la votarían para ser la “defensora” del pueblo, estos hechos que son normales o que tomamos como bromas, en el día a día de los medios no facilitan nada el trabajo de verdaderos profesionales que luchan día a día por conseguir informaciones en lugares que resulta muchas veces hasta peligroso para la vida del periodista, mientras numerosos “periodistas” se sientan en un plató de televisión a comer pasteles y atacar, muchas veces, gratuitamente a cualquiera que se les coloque delante, sin respeto a nadie. Cuando están ocurriendo hechos tan importantes en el mundo como la dimisión de Mubarak en Egipto, o en España como la posible aplicación de la ley Sinde, algo que nos afecta de lleno a todos.
Por esto, vamos a centrarnos en lo que vemos, la información que recibimos, y no basarnos en sentarnos delante de la televisión a esperar que nos bombardeen con discusiones y críticas absurdas, sino que hay que recibirlas y acoger una actitud crítica antes ellas. Eso es lo que debe importarnos...
EDUCACIÓN Y MENTIRAS.
EDUCACIÓN Y MENTIRAS. JESÚS MARTÍN OSTIOS
Escuchaba atentamente en el debate político del programa de radio La Ventana de la cadena Ser, dirigido por Gemma Nierga. El debate derivó hacia la situación de la educación. Al respecto me gustaría hacer una serie de matizaciones.
1). Ese debate debe establecerse en torno a los profesionales de la educación y deben ser ellos los que hablen al respeto. La clase política ha demostrado hace tiempo que está muy alejada del tema y los diferentes sistemas educativos que han llevado a cabo son prueba evidente de su distancia con la educación.
2). Los culpables de la situación de la educación española. Los culpables del desastre educativo español son la clase política española que en más de treinta años de democracia no han sido capaces de llegar a un acuerdo a nivel educativo. Y que emplean su tiempo en criticar al otro partido, no habiéndoles un servidor escuchar hacer autocrítica en ningún momento. Los tímidos intentos de llegar a un pacto educativo siempre se han centrado en la asignatura de religión y posteriormente en educación para la ciudadanía, la autoridad del maestro y muy poquito más. Cualquiera que pise las aulas sabe que ese no es el verdadero problema educativo español.
El desastre educativo español que se muestra cada año en el famoso informe PISA se debe a unas ratios (número de alumnos de por clase) elevadísimas, a un sistema que no atiende las necesidades de todo el alumnado y que obliga a tener sentado en el aula a alumnos que no quieren estudiar, a un sistema que se gasta muchísimo dinero en la compra de ordenadores que sólo sirven para ganar votos pues en la mayoría de los casos (lo digo por experiencia propia) no se llegan a encender y si se hace un porcentaje muy alto no funciona o se bloquea al instante. Eso y mucho más.
3). Cuando hablamos del alumnado, he de decir que más del 90 % del alumnado no presenta problemas de conducta. El problema es que se les obliga a estar sentados durante seis horas cada día a alumnos que se niegan sistemáticamente a trabajar y que lo único que hacen es perder el tiempo y hacer perder el tiempo a sus compañeros. Estos alumnos están perdiendo un tiempo precioso en otro tipo de formación que les procure un beneficio futuro. Lo único que están haciendo es alargar su llegada al paro, cuando podrían estar realizando diferentes cursos de formación que les garantizase un futuro.
4). Hay que valorar a aquellos alumnos que a pesar de este sistema educativo, a pesar de políticos incompetentes, a pesar de padres que ignoran a sus hijos, a pesar del síndrome del profesor quemado, a pesar de pedagogos que saben mucho de teoría y poco de realidad… y a pesar de muchas otras cosas, son capaces de superar con esfuerzo y dedicación sus estudios. Es a ellos a los que debemos darle la enhorabuena y creo que es también de ellos de los que hay que hablar cuando se menciona el problema educativo en España, pues mejor que nadie saben la realidad educativa española. Aunque su voz no se escuche y prefiramos oír a pedagogos, psicólogos o políticos que están muy alejados de la realidad.
Escuchaba atentamente en el debate político del programa de radio La Ventana de la cadena Ser, dirigido por Gemma Nierga. El debate derivó hacia la situación de la educación. Al respecto me gustaría hacer una serie de matizaciones.
1). Ese debate debe establecerse en torno a los profesionales de la educación y deben ser ellos los que hablen al respeto. La clase política ha demostrado hace tiempo que está muy alejada del tema y los diferentes sistemas educativos que han llevado a cabo son prueba evidente de su distancia con la educación.
2). Los culpables de la situación de la educación española. Los culpables del desastre educativo español son la clase política española que en más de treinta años de democracia no han sido capaces de llegar a un acuerdo a nivel educativo. Y que emplean su tiempo en criticar al otro partido, no habiéndoles un servidor escuchar hacer autocrítica en ningún momento. Los tímidos intentos de llegar a un pacto educativo siempre se han centrado en la asignatura de religión y posteriormente en educación para la ciudadanía, la autoridad del maestro y muy poquito más. Cualquiera que pise las aulas sabe que ese no es el verdadero problema educativo español.
El desastre educativo español que se muestra cada año en el famoso informe PISA se debe a unas ratios (número de alumnos de por clase) elevadísimas, a un sistema que no atiende las necesidades de todo el alumnado y que obliga a tener sentado en el aula a alumnos que no quieren estudiar, a un sistema que se gasta muchísimo dinero en la compra de ordenadores que sólo sirven para ganar votos pues en la mayoría de los casos (lo digo por experiencia propia) no se llegan a encender y si se hace un porcentaje muy alto no funciona o se bloquea al instante. Eso y mucho más.
3). Cuando hablamos del alumnado, he de decir que más del 90 % del alumnado no presenta problemas de conducta. El problema es que se les obliga a estar sentados durante seis horas cada día a alumnos que se niegan sistemáticamente a trabajar y que lo único que hacen es perder el tiempo y hacer perder el tiempo a sus compañeros. Estos alumnos están perdiendo un tiempo precioso en otro tipo de formación que les procure un beneficio futuro. Lo único que están haciendo es alargar su llegada al paro, cuando podrían estar realizando diferentes cursos de formación que les garantizase un futuro.
4). Hay que valorar a aquellos alumnos que a pesar de este sistema educativo, a pesar de políticos incompetentes, a pesar de padres que ignoran a sus hijos, a pesar del síndrome del profesor quemado, a pesar de pedagogos que saben mucho de teoría y poco de realidad… y a pesar de muchas otras cosas, son capaces de superar con esfuerzo y dedicación sus estudios. Es a ellos a los que debemos darle la enhorabuena y creo que es también de ellos de los que hay que hablar cuando se menciona el problema educativo en España, pues mejor que nadie saben la realidad educativa española. Aunque su voz no se escuche y prefiramos oír a pedagogos, psicólogos o políticos que están muy alejados de la realidad.
SOBRE CUESTIONES HUMANITARIAS Y ECONÓMICAS
LIBIA
Respecto a las causas, hay que irse al siglo XIX. En 1885 los países europeos se reúnen en Berlín y se reparten el continente africano. Si te fijas bien en el mapa de África, las fronteras parecen estar hechas a escuadra y cartabón y eso se hizo así, los países europeos se repartieron África a su antojo sin tener en cuenta la situación de la población indígena. Es decir, muchos pueblos quedaron separados y otros que eran enemigos quedaron unidos en el mismo país. Durante años no pasó nada, pues si intentaban cualquier tipo de protesta automáticamente eran represaliados por las potencias europeas, con mucho mejor armamento.
El problema surgió después de la II Guerra Mundial (1945) cuando los países europeos comenzaron a dar la Independencia teórica a estos países. Y digo teórica porque en la práctica los nuevos líderes de estos países mantuvieron acuerdos económicos con sus antiguos dueños. Es decir, Francia. Gran Bretaña y otros países seguían dirigiendo realmente la economía de estos países. A ello añadir que aquellos pueblos que eran enemigos pasaron a enfrentarse abiertamente, el mejor ejemplo Ruanda con las luchas entre hutus y tutsis (bien reflejadas en la película Hotel Ruanda).
¿Qué ocurrió entonces? Pues que la inmensa mayoría de la población siguió viviendo en unas condiciones de vida pésimas, mientras un grupo muy reducido controlaba el poder de manera dictatorial y de acuerdo con los países europeos. Te preguntarás que por qué Europa o la ONU o quién fuera no intervino. La respuesta es sencilla. Estos países tienen algo que nos interesa: materias primas, por ejemplo Petróleo o gas natural. Era conveniente que estos personajes se mantuvieran en el poder para así no tener problemas con el suministro de estas materias primas. Por eso era muy habitual que Gadafi (Libia), Mubarak (Egipto) o Hasam II (Marruecos) fueran recibidos en los países europeos con todos los honores. Nuestro rey llama a Hasam II hermano del alma, mientras que Gadafi le regaló unos caballos a Aznar y Zapatero lo recibió hace unos años en la Moncloa. Una curiosidad, cuando uno de estos dictadores intentaba salirse del tiesto, ahí si intervenían las potencias europeas. El propio Gadafi en sus primeros momentos no tuvo buena relación con Estados Unidos, ¿sabes cómo respondió EEUU? Tirando una bomba en el propio palacio de Gadafi donde murió uno de sus hijos. A partir de ahí la situación volvió a lo de siempre.
Si te acuerdas de la guerra de Iraq, EEUU intervino poniendo como excusa que Saddam tenía armas de destrucción masiva y que había que llevar la libertad a Iraq. ¿Por qué no ha intervenido entonces en todos los países donde hay dictaduras que son muchos? Allí los diferentes gobiernos no ponen pegas al control económico de EEUU o de la UE.
¿Por qué no ha intervenido todavía la ONU? Estamos en lo mismo, tienen miedo de que los nuevos dirigentes de estos países cambien las reglas del juego económico y no les vendan a ellos sus materias primas o le suban el precio. Además, otros datos, España por ejemplo compra el 10 % del petróleo a Libia (ello ha provocado en la actualidad la nueva normativa enlas carreteras de limitar la velocidad a 110 km /h), Holanda y la propia España son suministradoras de armas a estos países, además de otros intereses económicas que explican la importancia de que Gadafi y el resto de señores sigan en el poder.
Consecuencias
1- La Unión Europea, EEUU y la ONU siguen sin intervenir. Hace una semana hubo una reunión y ¿sabes cuál fue el tema de la reunión? ¿Plantear una intervención en Libia? No. El tema de la reunión fue ver que se iba a hacer con los inmigrantes libios que iban a salir de Libia y con dirección probablemente a Europa. Es decir, solo se están preocupando de lo que nos afecta. (Hoy día 17 de Abril, el consejo de seguridad de la ONU después de una importante presión popular ha decidido intervenir)
2- Los países ricos esperaban que esto no fuera nada, pero me temo que si los rebeldes siguen resistiendo a Gadafi tendrán que intervenir pues la opinión pública se les puede echar encima y exigir la paz en la zona. Mientras tanto han estado mareando la perdiz. Una curiosidad, cuando tuvo lugar la Guerra Civil española en 1936 los países europeos como Francia y Gran Bretaña se negaron a intervenir en España. Mientras el pueblo español estaba siendo represaliado, Gran Bretaña ordenó a Francia la no intervención. ¿Cuál fue el motivo? Tenían miedo a la instauración de un sistema comunista en nuestro país y dejaron a España sola ante el fascismo. ¿Miraban los intereses democráticos? No, miraban solamente sus intereses.
La conomía, es lo que mueve el mundo y explica la no intervención.
Me pide un amigo que le explique lo de Libia y todas las revoluciones que han tenido lugar en el continente africano. A ver Pablito, intento resumirte lo de de Libia y el resto de países del Norte de África. Voy a tratar de contarte en qué consisten estos movimientos, las causas de estas protestas y sus consecuencias. Pero para eso tenemos que darnos una vuelta por la Historia.
La revolución ha tenido lugar en diferentes países del Norte de África, pero el origen de este movimiento de protesta es Túnez, concretamente cuando un joven comerciante se quema a lo bonzo como protesta por la situación económica en la que se encuentra. A partir de ahí se extienden una serie de revoluciones de carácter democrático, es decir, exigiendo una serie de derechos y libertades de la que la mayoría de la población de estos países no goza.
Respecto a las causas, hay que irse al siglo XIX. En 1885 los países europeos se reúnen en Berlín y se reparten el continente africano. Si te fijas bien en el mapa de África, las fronteras parecen estar hechas a escuadra y cartabón y eso se hizo así, los países europeos se repartieron África a su antojo sin tener en cuenta la situación de la población indígena. Es decir, muchos pueblos quedaron separados y otros que eran enemigos quedaron unidos en el mismo país. Durante años no pasó nada, pues si intentaban cualquier tipo de protesta automáticamente eran represaliados por las potencias europeas, con mucho mejor armamento.
El problema surgió después de la II Guerra Mundial (1945) cuando los países europeos comenzaron a dar la Independencia teórica a estos países. Y digo teórica porque en la práctica los nuevos líderes de estos países mantuvieron acuerdos económicos con sus antiguos dueños. Es decir, Francia. Gran Bretaña y otros países seguían dirigiendo realmente la economía de estos países. A ello añadir que aquellos pueblos que eran enemigos pasaron a enfrentarse abiertamente, el mejor ejemplo Ruanda con las luchas entre hutus y tutsis (bien reflejadas en la película Hotel Ruanda).
¿Qué ocurrió entonces? Pues que la inmensa mayoría de la población siguió viviendo en unas condiciones de vida pésimas, mientras un grupo muy reducido controlaba el poder de manera dictatorial y de acuerdo con los países europeos. Te preguntarás que por qué Europa o la ONU o quién fuera no intervino. La respuesta es sencilla. Estos países tienen algo que nos interesa: materias primas, por ejemplo Petróleo o gas natural. Era conveniente que estos personajes se mantuvieran en el poder para así no tener problemas con el suministro de estas materias primas. Por eso era muy habitual que Gadafi (Libia), Mubarak (Egipto) o Hasam II (Marruecos) fueran recibidos en los países europeos con todos los honores. Nuestro rey llama a Hasam II hermano del alma, mientras que Gadafi le regaló unos caballos a Aznar y Zapatero lo recibió hace unos años en la Moncloa. Una curiosidad, cuando uno de estos dictadores intentaba salirse del tiesto, ahí si intervenían las potencias europeas. El propio Gadafi en sus primeros momentos no tuvo buena relación con Estados Unidos, ¿sabes cómo respondió EEUU? Tirando una bomba en el propio palacio de Gadafi donde murió uno de sus hijos. A partir de ahí la situación volvió a lo de siempre.
Si te acuerdas de la guerra de Iraq, EEUU intervino poniendo como excusa que Saddam tenía armas de destrucción masiva y que había que llevar la libertad a Iraq. ¿Por qué no ha intervenido entonces en todos los países donde hay dictaduras que son muchos? Allí los diferentes gobiernos no ponen pegas al control económico de EEUU o de la UE.
¿Por qué no ha intervenido todavía la ONU? Estamos en lo mismo, tienen miedo de que los nuevos dirigentes de estos países cambien las reglas del juego económico y no les vendan a ellos sus materias primas o le suban el precio. Además, otros datos, España por ejemplo compra el 10 % del petróleo a Libia (ello ha provocado en la actualidad la nueva normativa enlas carreteras de limitar la velocidad a 110 km /h), Holanda y la propia España son suministradoras de armas a estos países, además de otros intereses económicas que explican la importancia de que Gadafi y el resto de señores sigan en el poder.
Consecuencias
1- La Unión Europea, EEUU y la ONU siguen sin intervenir. Hace una semana hubo una reunión y ¿sabes cuál fue el tema de la reunión? ¿Plantear una intervención en Libia? No. El tema de la reunión fue ver que se iba a hacer con los inmigrantes libios que iban a salir de Libia y con dirección probablemente a Europa. Es decir, solo se están preocupando de lo que nos afecta. (Hoy día 17 de Abril, el consejo de seguridad de la ONU después de una importante presión popular ha decidido intervenir)
2- Los países ricos esperaban que esto no fuera nada, pero me temo que si los rebeldes siguen resistiendo a Gadafi tendrán que intervenir pues la opinión pública se les puede echar encima y exigir la paz en la zona. Mientras tanto han estado mareando la perdiz. Una curiosidad, cuando tuvo lugar la Guerra Civil española en 1936 los países europeos como Francia y Gran Bretaña se negaron a intervenir en España. Mientras el pueblo español estaba siendo represaliado, Gran Bretaña ordenó a Francia la no intervención. ¿Cuál fue el motivo? Tenían miedo a la instauración de un sistema comunista en nuestro país y dejaron a España sola ante el fascismo. ¿Miraban los intereses democráticos? No, miraban solamente sus intereses.
La conomía, es lo que mueve el mundo y explica la no intervención.
ENTRE POLÍTICOS, SINDICALISAS Y CURAS NOS ESTÁN ARRUINANDO
MACHACAR EN HIERRO FRÍO
TOMÁS MORALES
“Entre los políticos, los sindicalistas y los curas, nos están arruinando” – algo que oímos a diario.
1.- LOS POLÍTICOS.
La política es, absolutamente, necesaria, imprescindible. Una polis exige políticos que la conduzcan a la consecución del Bien Común.
¿Son así nuestros políticos?. ¿O son prescindibles?.
No se trata de explotar el globo, de suprimir a los políticos, se trata de prescindir de muchos de ellos, hay demasiados, se debería desinflar parte del globo.
Tomen nota. Tenemos:
- 259 Senadores.
- 350 Diputados.
- 54 Parlamentarios Europeos.
- 78.004 entre Alcaldes y Concejales.
- 1.206 Parlamentarios Autonómicos.
- 1.031 Diputados Provinciales.
- 139 Responsables de Cabildos y Consejos Insulares.
- 13 Consejeros del Valle de Arán.
Y, todos ellos, proponiendo y poniéndose sueldos (que no son bajos, ni siquiera medios), por unanimidad, durante toda la legislatura. Mas las sinecuras o dietas varias. Y no olviden lo de su jubilación, máxima, sin apenas años cotizados.
¿Cuánto NOS cuestan a los españoles, tantos políticos?. ¿De verdad que TODOS son necesarios?
Desde este mismo lugar he criticado, muchas veces, la Inutilidad del Senado y las Diputaciones.
¡Ah¡. Se me olvidaban los ASESORES.
Cualquier concejal de pedanía es capaz de contratar a su cuñado para que le asesore.
¿Cuántos miles de ASESORES, con minutas elevadas, existen en España, en todos los escalones políticos?
2.-LOS SINDICATOS
¿Cuántos sindicalistas hay?. Es el primer secreto mejor guardado, tanto por los Sindicatos como por la C.E.O.E.
Se estima que el número no es menor de 57.000.
El segundo secreto, igual de bien guardado, es cuántos millones reciben del Estado. No pregunten ni a Méndez ni a Toxo, que no van a contestarte ninguno de los dos a ninguno de los dos secretos.
No es que sea un enigma, es que es un misterio.
Eso sí, uno 57.000, pero entre Delegados Sindicales y Liberados Sindicales, que no son lo mismo (porque los que nunca hemos estado metidos en ellos, solemos no distinguirlos).
(Espero que mi amigo Andrés me corrija en lo que voy a decir, si estoy en un error y es falso lo que afirmo).
Los Delegados Sindicales son elegidos por los trabajadores para que los representen ante la empresa y les paga la empresa en que trabajan. Disponen de 20 horas al mes para reuniones o para lo que consideren oportuno.
Los Liberados Sindicales, en cambio, trabajan a tiempo total para el Sindicato al que pertenecen. El sueldo se lo paga el Sindicato. Pero ¿con qué?, ¿con las cuotas de los afiliados?. Evidentemente No. Son las subvenciones del estado (que pagamos todos) para evitar movilizaciones, mirar para otro lado, hacer la vista gorda, no hacer confrontación constante, no ocupar demasiado tiempo la calle….
Una duda que me ronda. ¿Ningún sindicalista se enteró de los ERES andaluces?.
¿De verdad?
Y, por si faltara algo, C.C.O.O. y U.G.T. apoyan a la Junta de Andalucía y al P.S.O.E. en el asalto de los enchufados a la categoría de funcionarios sin una triste selección de personal (oposiciones) sino por simple “digitalización”.
¿Es que son de los suyos?. ¿Cuánto van a recibir a cambio?.
¡Por Dios¡
Tanto los POLÍTICOS, como los SINDICATOS, independientemente del SUELDO que perciben, otra cosa es el GASTO que ocasionan.
3.- LA IGLESIA.
Éste suele ser el dardo que más fuerte se lanza, contra la Iglesia.
Quien me conoce sabe de mi agnosticismo. Pero, como tengo una formación filosófica clásica, suelo aplicar el adagio: “Nunca niegues, raramente afirmes, siempre distingue”.
Si cuando hablo de Jesús siempre suelo distinguir entre el Jesús Histórico (Jesús de Nazaret) y el Jesús de la Fe (Cristo), igualmente cuando hablo de la Iglesia suelo distinguir entre la Iglesia como Poder (la Jerarquía eclesiástica, el Vaticano) y la Iglesia Militante, la de los fieles, que, muchas veces, o casi nunca coinciden.
¿Cuánto le cuesta la Iglesia al Estado (o sea, a nosotros)?.
Voy a responder dándole la vuelta.
¿Cuánto se ahorra el Estado si tuviera que gestionar él los servicios que hace la Iglesia?.
La Iglesia tiene abiertos y atiende:
- 5.141 Centros de Enseñanza, con 990.774 alumnos. (Ya sé lo del Ideario de los Centros, que no existía en mi Instituto ni en las Escuelas estatales. Pero también sé lo que yo cobraba como profesor de bachillerato y lo que cobraba un profesor de la Escuela Privada. Evidentemente yo cobraba más y trabajaba menos horas en contacto con los alumnos). Si tuviera que atender el Estado, todo lo que atiende y gestiona la Iglesia, saldría mucho más caro. Le ahorra dinero.
- 107 Hospitales y Clínicas (idem de idem).
- 1.040 Centros (entre dispensarios, asilos, comedores, atención a minusválidos, transeúntes, enfermos de SIDA, orfanatos, centros de ex-toxicámanos, ex-prostitutas, ex-presidiarios,...) con 51.312 camas. ¿Cuánto se ahorra el Estado al no tener que hacerlo él?.
- El 80% del gasto de conservación y mantenimiento del Patrimonio Histórico- Artístico, de Iglesias, Catedrales y Museos lo pone la Iglesia.
- Cáritas y Manos Unidas, organizaciones eclesiásticas. Aunque reciben Ayuda o Subvención estatal, nada que ver con lo que reciben otras O.N.Gs, sin ser mayor ni mejor los servicios prestados. Más aún, los trabajadores de estas organizaciones son del voluntariado, no tienen sueldo, y gratuitamente le dedican horas de su tiempo. Son las donaciones de particulares, las limosnas,… de lo que, fundamentalmente, se nutren y con lo que se sostienen.
(¿No han leído en la prensa, ahora mismo, en Málaga, con tanto paro, cuántas personas acuden, a diario, a comer o a recibir alimentos?)
Si algún pobre, emigrante, vagabundo,…. necesita comer un bocadillo, ¿creen Uds que van a ir a la sede del P.P. o a la del P.S.O.E.? Por supuesto que tampoco a las sedes de C.C.O.O. ni de a U.G.T.
Preguntarán por Cáritas o por el comedor de Santo Domingo, ese que pone en azulejo califal: “tuve hambre y me disteis de comer” y con el que “graciosamente” y por Obligación Moral AMADUMA colabora todos los años.
Así que, JUZGUEN USTEDES.
TOMÁS MORALES
“Entre los políticos, los sindicalistas y los curas, nos están arruinando” – algo que oímos a diario.
1.- LOS POLÍTICOS.
La política es, absolutamente, necesaria, imprescindible. Una polis exige políticos que la conduzcan a la consecución del Bien Común.
¿Son así nuestros políticos?. ¿O son prescindibles?.
No se trata de explotar el globo, de suprimir a los políticos, se trata de prescindir de muchos de ellos, hay demasiados, se debería desinflar parte del globo.
Tomen nota. Tenemos:
- 259 Senadores.
- 350 Diputados.
- 54 Parlamentarios Europeos.
- 78.004 entre Alcaldes y Concejales.
- 1.206 Parlamentarios Autonómicos.
- 1.031 Diputados Provinciales.
- 139 Responsables de Cabildos y Consejos Insulares.
- 13 Consejeros del Valle de Arán.
Y, todos ellos, proponiendo y poniéndose sueldos (que no son bajos, ni siquiera medios), por unanimidad, durante toda la legislatura. Mas las sinecuras o dietas varias. Y no olviden lo de su jubilación, máxima, sin apenas años cotizados.
¿Cuánto NOS cuestan a los españoles, tantos políticos?. ¿De verdad que TODOS son necesarios?
Desde este mismo lugar he criticado, muchas veces, la Inutilidad del Senado y las Diputaciones.
¡Ah¡. Se me olvidaban los ASESORES.
Cualquier concejal de pedanía es capaz de contratar a su cuñado para que le asesore.
¿Cuántos miles de ASESORES, con minutas elevadas, existen en España, en todos los escalones políticos?
2.-LOS SINDICATOS
¿Cuántos sindicalistas hay?. Es el primer secreto mejor guardado, tanto por los Sindicatos como por la C.E.O.E.
Se estima que el número no es menor de 57.000.
El segundo secreto, igual de bien guardado, es cuántos millones reciben del Estado. No pregunten ni a Méndez ni a Toxo, que no van a contestarte ninguno de los dos a ninguno de los dos secretos.
No es que sea un enigma, es que es un misterio.
Eso sí, uno 57.000, pero entre Delegados Sindicales y Liberados Sindicales, que no son lo mismo (porque los que nunca hemos estado metidos en ellos, solemos no distinguirlos).
(Espero que mi amigo Andrés me corrija en lo que voy a decir, si estoy en un error y es falso lo que afirmo).
Los Delegados Sindicales son elegidos por los trabajadores para que los representen ante la empresa y les paga la empresa en que trabajan. Disponen de 20 horas al mes para reuniones o para lo que consideren oportuno.
Los Liberados Sindicales, en cambio, trabajan a tiempo total para el Sindicato al que pertenecen. El sueldo se lo paga el Sindicato. Pero ¿con qué?, ¿con las cuotas de los afiliados?. Evidentemente No. Son las subvenciones del estado (que pagamos todos) para evitar movilizaciones, mirar para otro lado, hacer la vista gorda, no hacer confrontación constante, no ocupar demasiado tiempo la calle….
Una duda que me ronda. ¿Ningún sindicalista se enteró de los ERES andaluces?.
¿De verdad?
Y, por si faltara algo, C.C.O.O. y U.G.T. apoyan a la Junta de Andalucía y al P.S.O.E. en el asalto de los enchufados a la categoría de funcionarios sin una triste selección de personal (oposiciones) sino por simple “digitalización”.
¿Es que son de los suyos?. ¿Cuánto van a recibir a cambio?.
¡Por Dios¡
Tanto los POLÍTICOS, como los SINDICATOS, independientemente del SUELDO que perciben, otra cosa es el GASTO que ocasionan.
3.- LA IGLESIA.
Éste suele ser el dardo que más fuerte se lanza, contra la Iglesia.
Quien me conoce sabe de mi agnosticismo. Pero, como tengo una formación filosófica clásica, suelo aplicar el adagio: “Nunca niegues, raramente afirmes, siempre distingue”.
Si cuando hablo de Jesús siempre suelo distinguir entre el Jesús Histórico (Jesús de Nazaret) y el Jesús de la Fe (Cristo), igualmente cuando hablo de la Iglesia suelo distinguir entre la Iglesia como Poder (la Jerarquía eclesiástica, el Vaticano) y la Iglesia Militante, la de los fieles, que, muchas veces, o casi nunca coinciden.
¿Cuánto le cuesta la Iglesia al Estado (o sea, a nosotros)?.
Voy a responder dándole la vuelta.
¿Cuánto se ahorra el Estado si tuviera que gestionar él los servicios que hace la Iglesia?.
La Iglesia tiene abiertos y atiende:
- 5.141 Centros de Enseñanza, con 990.774 alumnos. (Ya sé lo del Ideario de los Centros, que no existía en mi Instituto ni en las Escuelas estatales. Pero también sé lo que yo cobraba como profesor de bachillerato y lo que cobraba un profesor de la Escuela Privada. Evidentemente yo cobraba más y trabajaba menos horas en contacto con los alumnos). Si tuviera que atender el Estado, todo lo que atiende y gestiona la Iglesia, saldría mucho más caro. Le ahorra dinero.
- 107 Hospitales y Clínicas (idem de idem).
- 1.040 Centros (entre dispensarios, asilos, comedores, atención a minusválidos, transeúntes, enfermos de SIDA, orfanatos, centros de ex-toxicámanos, ex-prostitutas, ex-presidiarios,...) con 51.312 camas. ¿Cuánto se ahorra el Estado al no tener que hacerlo él?.
- El 80% del gasto de conservación y mantenimiento del Patrimonio Histórico- Artístico, de Iglesias, Catedrales y Museos lo pone la Iglesia.
- Cáritas y Manos Unidas, organizaciones eclesiásticas. Aunque reciben Ayuda o Subvención estatal, nada que ver con lo que reciben otras O.N.Gs, sin ser mayor ni mejor los servicios prestados. Más aún, los trabajadores de estas organizaciones son del voluntariado, no tienen sueldo, y gratuitamente le dedican horas de su tiempo. Son las donaciones de particulares, las limosnas,… de lo que, fundamentalmente, se nutren y con lo que se sostienen.
(¿No han leído en la prensa, ahora mismo, en Málaga, con tanto paro, cuántas personas acuden, a diario, a comer o a recibir alimentos?)
Si algún pobre, emigrante, vagabundo,…. necesita comer un bocadillo, ¿creen Uds que van a ir a la sede del P.P. o a la del P.S.O.E.? Por supuesto que tampoco a las sedes de C.C.O.O. ni de a U.G.T.
Preguntarán por Cáritas o por el comedor de Santo Domingo, ese que pone en azulejo califal: “tuve hambre y me disteis de comer” y con el que “graciosamente” y por Obligación Moral AMADUMA colabora todos los años.
Así que, JUZGUEN USTEDES.
ÉREse una vez. Juan Bonilla. Diario Sur.
ÉREse una vez. Juan Bonilla
Diario Sur 20 de Febrero 2011
Voy a resumirlo mucho, porque les supongo enterados, por otras secciones de este periódico, de lo que pasa en Andalucía: resulta que aprovechando Expedientes de Regulación de Empleo, alguien, amigos casi todos de diversos mandatarios andaluces o familiares bien avenidos, conseguían cuantiosas prejubilaciones en empresas en las que nunca habían trabajado -e incluso en algún caso ni siquiera existían ya mientras seguían amparando las vidas laborales de los agraciados.
Las preguntas sin contestar sobre el caso de los ERE en Andalucía son muchas, y pertenecen todas a un laberinto en el que informes jurídicos, millones de euros manejados por un director general que no tenía que dar cuenta de lo que hacía a sus superiores, extorsiones a ex directivos de Mercasevila, y otras golosinas, se enrevesan en un argumento que bien podría dar para una temporada entera de The Wire, pero que no va a inspirar ni un soneto. El asunto, como no podía ser menos, por mucho esfuerzo que hicieran las autoridades andaluzas por impedir que se investigara, saltó la barrera natural de Despeñaperros y llegó a Madrid, al Congreso de los Diputados, donde el joven látigo de la oposición, Soraya Saenz, preguntó al viejo látigo del Gobierno, Rubalcaba, qué pasaba en Andalucía. El gobernante le respondió a la opositora, que con los dineros de la trama Gurtel se hubieran podido pagar miles de salarios mínimos. O sea, pregunta, ¿cuál es la capital de Guinea?, respuesta, los esquimales tienen noventa maneras de decir blanco.
Hasta aquí, condensado hasta la banalidad el asunto. La tragicomedia es lo que queda: porque puesta de acuerdo la oposición en el Parlamento Andaluz para exigir una comisión de investigación que nos aclara a todos lo que ha ocurrido, el Gobierno del Sr. Griñán ha dicho: ni mijita. Ni siquiera el potente argumento de Javier Arenas para quebrar el 'no' de la Junta de Andalucía ha servido: decía Arenas, «señores, tienen ustedes la mayoría absoluta, las conclusiones de la investigación van a ser suyas, puede que hasta les venga bien y escriban una verdad oficial que se ponga de su parte, pero déjennos investigar». No, en Andalucía, prohibido investigar esas cosas. De hecho la Junta ha dicho 'no' ciento diez veces a comisiones de investigación. Somos unamunianos sin saberlo, que investiguen ellos, es la enseña del país.
En fin, como se puede comprender, el desencanto en el que ya cabalgábamos a buen ritmo hacia la desesperación, ha aumentado su velocidad. Porque, ¿cómo se come que los mismos que ponen el grito en el cielo clamando contra el presidente de la Comunidad Valenciana por aceptar unos trajes, traten de disculpar o de taparse los ojos ante lo que parece a todas luces un clamoroso caso de corrupción política para favorecer a unos cuantos ciudadanos bien situados por lazos familiares o amicales? ¿Cómo se puede impedir una comisión de investigación sobre un caso tan flagrante -y fragante- de corrupción e inepcia política? Es fácil responder: porque aunque las conclusiones vayan a ser redactadas por la mayoría, antes o después se oirán cosas que podrían hacer daño a los gobernantes, y es mejor el silencio, tapar la basura, que darle acogida en el templo de todos -lo digo con ironía- que es el Parlamento.
Para hacerlo es necesario una virtud que entre nosotros se ha vuelto imprescindible para triunfar en político: la cara dura. Es una virtud que uno se va encontrando cada vez más, a pesar de lo cansados que estamos todos del ambiente político y de la casta gobernante, a pesar de lo triturada que está nuestra confianza en lo que puedan hacer con la cosa pública. Dicen algunos cronistas, muy amigos de políticos, de esos que cenan con políticos y se saben el nombre de sus hijos y las fechas de sus cumpleaños, que somos injustos cuando tratamos a toda la clase política por unos cuantos casos de corrupción que afectan a un porcentaje mínimo de políticos. Puede que sea cierto. Pero por eso mismo, no se entiende que cuando llega la hora de aprobar una comisión de investigación que arroje luz a un entramado corrupto, en vez de ponerse del lado de los que quieren saber a toda costa y caiga quien caiga, los políticos profesionales se pongan del lado de la oscuridad, por si algún coágulo de mierda les cae en el planchado y bonito traje.
¿No son estos que ahora han dicho nanay a la investigación del fraude de los ERE, los mismos que se echaban las manos a la cabeza porque la Iglesia Católica no se atrevía a investigar a la luz pública los casos de curas pederastas? Sí, se ve, como siempre, que las acciones no son buenas o malas en sí mismas, sino convenientes o no, dependiendo de cómo afecten al grupo al que pertenecemos.
Por eso es muy difícil mantener la confianza hoy en ninguna empresa -digo bien, empresa- política: porque se ve que los códigos de la mafia rigen en ellas con mayor elocuencia que los códigos del sistema al que se deben. Así pues, los fraudes del ERE no se investigarán en el Parlamento Andaluz: el Parlamento Andaluz ha dicho que no quiere saber lo que pasó, o que quiere saberlo sólo cuando ya sea tarde, cuando los jueces dictaminen, cuando nadie pueda pedirle responsabilidades a todos esos que el otro día dijeron: No, no se investiga, o prefieren convertirlo todo en un cuento, Érese una vez, donde el lobo, por supuesto, tiene dientes de periodista y hambre de oposición, y la niña Caperucita, tan buena ella, cruza un bosque lleno de peligros -corruptos, gente deshonesta- sin querer saber nada, no vaya a enterarse, de que ella -o su abuela, que amasa una fortuna- son las verdaderas culpables.
Las preguntas sin contestar sobre el caso de los ERE en Andalucía son muchas, y pertenecen todas a un laberinto en el que informes jurídicos, millones de euros manejados por un director general que no tenía que dar cuenta de lo que hacía a sus superiores, extorsiones a ex directivos de Mercasevila, y otras golosinas, se enrevesan en un argumento que bien podría dar para una temporada entera de The Wire, pero que no va a inspirar ni un soneto. El asunto, como no podía ser menos, por mucho esfuerzo que hicieran las autoridades andaluzas por impedir que se investigara, saltó la barrera natural de Despeñaperros y llegó a Madrid, al Congreso de los Diputados, donde el joven látigo de la oposición, Soraya Saenz, preguntó al viejo látigo del Gobierno, Rubalcaba, qué pasaba en Andalucía. El gobernante le respondió a la opositora, que con los dineros de la trama Gurtel se hubieran podido pagar miles de salarios mínimos. O sea, pregunta, ¿cuál es la capital de Guinea?, respuesta, los esquimales tienen noventa maneras de decir blanco.
Hasta aquí, condensado hasta la banalidad el asunto. La tragicomedia es lo que queda: porque puesta de acuerdo la oposición en el Parlamento Andaluz para exigir una comisión de investigación que nos aclara a todos lo que ha ocurrido, el Gobierno del Sr. Griñán ha dicho: ni mijita. Ni siquiera el potente argumento de Javier Arenas para quebrar el 'no' de la Junta de Andalucía ha servido: decía Arenas, «señores, tienen ustedes la mayoría absoluta, las conclusiones de la investigación van a ser suyas, puede que hasta les venga bien y escriban una verdad oficial que se ponga de su parte, pero déjennos investigar». No, en Andalucía, prohibido investigar esas cosas. De hecho la Junta ha dicho 'no' ciento diez veces a comisiones de investigación. Somos unamunianos sin saberlo, que investiguen ellos, es la enseña del país.
En fin, como se puede comprender, el desencanto en el que ya cabalgábamos a buen ritmo hacia la desesperación, ha aumentado su velocidad. Porque, ¿cómo se come que los mismos que ponen el grito en el cielo clamando contra el presidente de la Comunidad Valenciana por aceptar unos trajes, traten de disculpar o de taparse los ojos ante lo que parece a todas luces un clamoroso caso de corrupción política para favorecer a unos cuantos ciudadanos bien situados por lazos familiares o amicales? ¿Cómo se puede impedir una comisión de investigación sobre un caso tan flagrante -y fragante- de corrupción e inepcia política? Es fácil responder: porque aunque las conclusiones vayan a ser redactadas por la mayoría, antes o después se oirán cosas que podrían hacer daño a los gobernantes, y es mejor el silencio, tapar la basura, que darle acogida en el templo de todos -lo digo con ironía- que es el Parlamento.
Para hacerlo es necesario una virtud que entre nosotros se ha vuelto imprescindible para triunfar en político: la cara dura. Es una virtud que uno se va encontrando cada vez más, a pesar de lo cansados que estamos todos del ambiente político y de la casta gobernante, a pesar de lo triturada que está nuestra confianza en lo que puedan hacer con la cosa pública. Dicen algunos cronistas, muy amigos de políticos, de esos que cenan con políticos y se saben el nombre de sus hijos y las fechas de sus cumpleaños, que somos injustos cuando tratamos a toda la clase política por unos cuantos casos de corrupción que afectan a un porcentaje mínimo de políticos. Puede que sea cierto. Pero por eso mismo, no se entiende que cuando llega la hora de aprobar una comisión de investigación que arroje luz a un entramado corrupto, en vez de ponerse del lado de los que quieren saber a toda costa y caiga quien caiga, los políticos profesionales se pongan del lado de la oscuridad, por si algún coágulo de mierda les cae en el planchado y bonito traje.
¿No son estos que ahora han dicho nanay a la investigación del fraude de los ERE, los mismos que se echaban las manos a la cabeza porque la Iglesia Católica no se atrevía a investigar a la luz pública los casos de curas pederastas? Sí, se ve, como siempre, que las acciones no son buenas o malas en sí mismas, sino convenientes o no, dependiendo de cómo afecten al grupo al que pertenecemos.
Por eso es muy difícil mantener la confianza hoy en ninguna empresa -digo bien, empresa- política: porque se ve que los códigos de la mafia rigen en ellas con mayor elocuencia que los códigos del sistema al que se deben. Así pues, los fraudes del ERE no se investigarán en el Parlamento Andaluz: el Parlamento Andaluz ha dicho que no quiere saber lo que pasó, o que quiere saberlo sólo cuando ya sea tarde, cuando los jueces dictaminen, cuando nadie pueda pedirle responsabilidades a todos esos que el otro día dijeron: No, no se investiga, o prefieren convertirlo todo en un cuento, Érese una vez, donde el lobo, por supuesto, tiene dientes de periodista y hambre de oposición, y la niña Caperucita, tan buena ella, cruza un bosque lleno de peligros -corruptos, gente deshonesta- sin querer saber nada, no vaya a enterarse, de que ella -o su abuela, que amasa una fortuna- son las verdaderas culpables.
PEATONALIZACIÓN. JOSÉ MANUEL BAENA GALLÉ
EL PEATÓN EN LA CIUDAD DEL “PROGRESO”
Uno de los temas de mayor debate público en los últimos tiempos es el relativo a los procesos de peatonalización en las diferentes ciudades. Desde instancias políticas se ha querido plantear que éste es un fenómeno indicativo y privativo de ciertas ideologías y que son actuaciones concretas de algunos partidos políticos. Pero lo cierto es que con mayor o menor ímpetu todas las grandes ciudades de nuestro país están viviendo estos cambios, sean cuales sean los partidos que las gobiernan.
SORTU Y LA LEY DE PARTIDOS. SERGIO RUIZ MATEO
REFLEXIONANDO SOBRE LA LEY DE PARTIDOS.
La ley de partidos se ha mostrado como uno de los instrumentos más eficaces, junto a la acción policial, en la lucha contra el terrorismo de ETA. En los últimos días la abogacía del estado ha remitido al tribunal supremo su informe en el que afirma el vínculo existente entre SORTU, la nueva marca de la izquierda abertzale y ETA. Esta acción, encaminada a evitar la participación política de los terroristas y su entorno, es una suma y sigue en la estrategia de los grandes partidos españoles que han actuado de forma similar en las anteriores convocatorias electorales, siempre frente a partidos de diversa nomenclatura pero idéntica naturaleza. Parece más que probable que en esta ocasión los hechos seguirán el mismo derrotero, y acabemos presenciando una nueva ilegalización.
ENTREVISTA A LORENZO SILVA
ENTREVISTA A LORENZO SILVA
¿Cuáles son los referentes literarios de Lorenzo Silva, que seguro tendrá? ¿Qué libro recomendaría a los lectores de Utopía?
Muchos, más de los que podría enumerar aquí. Pero siempre vuelvo a Chandler, a Proust y sobre todo a Kafka. (Y a Cervantes y a Homero, pero esto es una obviedad). Recomiendo las Obras Completas de Kafka, leídas por cualquier página, que las abran al azar. Después de un rato de lectura, saldrán más sabios y mejores personas.
¿Qué supuso para usted el premio Nadal con el alquimista impaciente?
El acceso al gran público. Algo que sinceramente tenía completamente descartado que me sucediese. Y más con unas novelas en las que los protagonistas eran guardias civiles, que a algunos les resultan demasiado problemáticos como personajes.
Muchos nos hemos sentido identificados en alguna vez con lo que usted cuenta en la flaqueza del bolchevique ¿Es tan difícil romper las reglas marcadas por la sociedad?
Difícil no, más bien imposible. Uno puede crear espacios privados o semiprivados, con las complicidades adecuadas, para escapar a ellas. Para mí la escritura, por ejemplo, es uno de esos espacios. Pero afuera sigue el inexorable transcurso de lo colectivo, a veces más piadoso, a veces más despótico. Y cuando viene un revolucionario y cree haber cambiado algo, el orden se reajusta, como decía Kafka, para hacerse más implacable.
Usted es abogado, ¿cómo compaginó su trabajo con el de escritor en los primeros momentos?
Como pude. Dormía poco, escribía en cualquier parte, en cualquier momento hurtado a la obligación. Pero no tuvo mérito. Eran ratos que robaba para hacer lo que amo.
Relacionado con tu labor a lo largo de estos años, ¿qué momento recuerdas con mayor alegría? Por el contrario, ¿qué es lo que menos te ha gustado?
Con alegría, el encuentro con cualquiera de las personas que me han hecho sentir la felicidad que les habían dado mis libros. Lo que menos me gusta es tropezarme con quien no sabe criticar a otro sin despreciarlo y/o agredir. Sé que normalmente son personas que tienen un problema y procuro olvidarlas, pero no es agradable. Yo nunca he sentido la necesidad de escupirle a nadie a la cara mi desprecio, por eso no logro entenderlos.
Desde hace varios años dirige la sección de Cartas al Director de la revista XL Semanal que muchos leemos, ¿qué ha aprendido de las cartas de los lectores?
Mucho. Un ángulo alternativo o, mejor dicho, muchos ángulos alternativos para leer la realidad. Es lo que trato de aportar con mi trabajo. La mirada de los que no son ideólogos, ni periodistas, ni profesionales del relato de la actualidad en cualquiera de sus formas. Porque a veces esa mirada es la más certera, o es más certera que la de quien mira a partir de unos cálculos e intereses “profesionales” que no siempre le ayudan a ver.
A lo largo de estos años, has conocido a mucha gente y has escuchado muchos relatos, ¿Hay alguna carta que recuerde especialmente?
La que elegí como carta de la semana del número 1.000, hace un tiempo. Se titulaba “El joven eterno” y la escribía un nonagenario, que lamentablemente ya murió. Estaba tan llena de vida, lucidez e inocencia que era toda una lección. Pero recuerdo muchas más.
Es muy habitual escuchar discursos contra la indiferencia de la juventud. Sin embargo en XL Semanal he leído muchas cartas de adolescentes que salen de los cánones que establecen los medios de comunicación sobre la juventud.
Publico, y es deliberado, muchas cartas de adolescentes. Porque ellos no suelen tener voz en los medios, sus miradas son por definición de esas “alternativas” a las que me refería antes. Además, se les ha reducido a la condición de icono publicitario o de “target” comercial de bienes de consumo, una doble degradación de la que hay que sacarlos. Y para eso, nada mejor que mostrarlos como entes pensantes, observantes, escuchantes… y escribientes. Sus cartas son de las que más esperanza me proporcionan.
Hay algo que nos ocurre cada vez más a muchos, el habituarme a escuchar siempre el mismo discurso de los políticos. ¿No te parece siempre el mismo diálogo el de la clase política?
Lo peor no es que sea siempre el mismo. Es que cada vez tiene menos contenido real. Y cada vez parece que se sienten menos obligados a dárselo. Recitan tres o cuatro mantras, cada vez más inertes, sin esmerarse apenas. Eso es lo que más preocupa.
¿Cómo se explica Lorenzo Silva las altas audiencias que presentan programas de corazón y cotilleo?
Somos morbosos y nos arrastra lo fácil. Para saber disfrutar de otras cosas hay que estar instruido. Y ese es el talón de Aquiles de esta sociedad: su deficiente instrucción.
¿Por qué cree Lorenzo Silva que el estudio de la guerra civil sigue provocando tanta polémica? ¿Dónde se posiciona al respecto Lorenzo Silva?
Porque no se cerró bien, en ningún sentido. La transición fue una buena labor desde el punto de vista político y de gestión de una sociedad conflictiva, pero chapucera en términos históricos. A quienes llegaron al poder a lomos de Hitler y Mussolini, y después habilitaron sus propios campos de concentración para neutralizar a los disidentes (que para no pocos de ellos fueron también de exterminio), no se les exigió que se avergonzaran de ello.
Y a cambio, a las izquierdas se les consintió, más o menos a regañadientes, construir una historia idílica de sus antecesores, sin sombras, errores ni crímenes. Al cabo, surgen los revisionistas de ambos lados y es inevitable que se echen todo a la cara. Yo lo tengo más o menos claro: el 18 de julio del 36 había en España un gobierno elegido democráticamente, que gobernaba como podía y que debería haber seguido gobernando, porque era el único que en ese momento podía invocar una legitimidad razonable. A su cuello se echaron primero los militares rebeldes (que no eran todos los militares) y quienes los espoleaban, y luego una caterva de torpes revolucionarios (y gentes de peor calaña) que como estaban en minoría no podían dirigir la República desde las urnas y esperaban la ocasión para hacerlo con los fusiles. Y entre todos la mataron y ella sola se murió.
Esa confrontación también lo encontramos a nivel de medios de comunicación. Soy profesor de Historia y mis alumnos se preguntan por qué cada canal de radio o tv dice la misma noticia de manera tan diferente.
Sí, es una pena, y empieza a ser una lata. Pero bueno, siempre se pueden acostumbrar a hacer lo que hacemos los mayores, a leer a unos y a otros y comparar quién es en cada caso más convincente. Es un buen ejercicio de conocimiento crítico.
Hay una cosa que nos llama la atención, a pesar de la gestión económica del gobierno frente a la crisis con cifras cercanas a los 5 millones de parados y los escándalos de corrupción que asolan a los dos principales partidos de España, el ciudadano español parece ser indiferente a todo ello, y cuando hay elecciones ambos partidos siguen repartiéndose la mayoría de los escaños en el Parlamento.
No hay otro partido con una base tan amplia de electores irreductibles e inasequibles a cualquier desaliento como tienen los dos mayoritarios, por lo que es imposible que el poder se les escape. Pero harán mal, unos y otros, se lleve quien se lleve al agua el gato esta vez, en pensar que convencen. Muchos de los suyos les votan porque votan contra el otro, y cada vez más gente se queda en tierra de nadie: abstención, blanco y partidos sin posibilidades de influir. Si esa fracción del electorado se sigue ampliando, el sistema se verá comprometido. Espero que no sean tan insensatos como para dejar que pase.
¿Es indiferente la sociedad española a todo lo que pasa?
No, no creo que lo sea. Aunque sí me parece una sociedad de movilización pesada, torpe y a veces arbitraria. Se subleva contra la prohibición del tabaco o las restricciones a descargarse cosas gratis (el discurso sobre los derechos fundamentales aquí está muy impostado; la intimidad –derecho fundamental- la viola Facebook todos los días a mansalva, y cada vez tiene más clientes), pero no contra una gestión de la crisis que no reparte bien las cargas ni soluciona más problemas que los de los poderosos.
Los políticos hablan de igualdad, libertad, paz, derechos… sin embargo, cuando tienen que actuar en conflictos internacionales no suelen mojarse mucho. Los intereses económicos terminan privando sobre los de los pueblos. El Sáhara o la venta de armas son buen ejemplo de ello. ¿Por qué cree que seguimos creyendo esa demagogia?
El mundo es un sistema complicado de equilibrios de intereses, que puede irse al garete en cualquier momento, con penosas consecuencias. Los políticos están aterrados por ello, porque no sabrían explicarle a la población, por ejemplo, que en pleno invierno no hay gas para calentarnos porque Marruecos (o Argelia) ha cortado el gasoducto del Magreb. O que las empresas españolas que tanto éxito cosechan, tanto empleo dan y tan bien nos abastecen dejan de tener mano de obra barata (o semiesclava) para fabricar sus productos, que queremos y necesitamos.
El gran problema es que en términos globales vivimos en una oligarquía de los fuertes a costa de los débiles. Y ese mensaje no se puede mandar (ni lo queremos recibir), aunque no haya alternativa. Por eso son tan esperanzadores los movimientos en el mundo árabe. Los propios oprimidos parecen haberse hartado de aguantar ese doble rasero, de la democracia y la libertad repartida a conveniencia. La pregunta es, ¿serán capaces de alterar el programa que ha venido funcionando hasta aquí? ¿Su revuelta forzará a quienes mandan a urdir algo menos indigno?
¿Y qué visión general tiene Lorenzo Silva del mundo actual?
Un sistema en crisis, definitivamente. El mundo antiguo, gestionado a través de esos compartimentos estancos llamados fronteras, que permitían todo tipo de diferencias arbitrarias, ha saltado en pedazos. Ahora nos vemos todos. Nos tocamos todos. Hay que inventar algo diferente. Y tendrá que ser un sistema más justo para todos los seres humanos, sin distinción de color de la piel o de pasaporte, o bien una tiranía global extremadamente sofisticada, eficaz e inmisericorde. Los paños calientes con que hasta ahora nos arreglábamos están dejando de servir.
¿Cuál es para Lorenzo Silva la gran Utopía del mundo actual?
Lorenzo Manuel Silva Amador nació en el barrio madrileño de Carabanchel. Estudió Derecho en la Universidad Complutense de Madrid y ejerció como abogado de empresa desde 1992 hasta 2002.
Ha escrito numerosos relatos, artículos y ensayos literarios, así como varias novelas, que le han valido reconocimiento internacional. Una de ellas, El alquimista impaciente, obtuvo el Premio Nadal del año 2000. Esta es la segunda en la que aparecen los que quizá sean sus personajes más conocidos: la pareja de la Guardia Civil formada por el sargento Bevilacqua y la cabo (en la última novela) Virginia Chamorro. Otra de sus obras, La flaqueza del bolchevique, fue finalista del Premio Nadal 1997 y ha sido adaptada al cine por el director Manuel Martín Cuenca.
Buenas tardes señor Silva, son ya algunos los años dedicados al trabajo de escritor ¿desde el principio tenías clara la vocación?
Bastante clara, desde el momento en que empecé a escribir en serio, allá por los 13-14 años. Sobre todo, tenía muy claro que leer buenos libros era una de las cosas que más feliz me hacían, y que si existía una mínima posibilidad, por mínima que fuera, de darle ese placer a otro con mi esfuerzo, debía echar el resto. Y echándolo llevo 31 años.
Ha escrito numerosos relatos, artículos y ensayos literarios, así como varias novelas, que le han valido reconocimiento internacional. Una de ellas, El alquimista impaciente, obtuvo el Premio Nadal del año 2000. Esta es la segunda en la que aparecen los que quizá sean sus personajes más conocidos: la pareja de la Guardia Civil formada por el sargento Bevilacqua y la cabo (en la última novela) Virginia Chamorro. Otra de sus obras, La flaqueza del bolchevique, fue finalista del Premio Nadal 1997 y ha sido adaptada al cine por el director Manuel Martín Cuenca.
Buenas tardes señor Silva, son ya algunos los años dedicados al trabajo de escritor ¿desde el principio tenías clara la vocación?
Bastante clara, desde el momento en que empecé a escribir en serio, allá por los 13-14 años. Sobre todo, tenía muy claro que leer buenos libros era una de las cosas que más feliz me hacían, y que si existía una mínima posibilidad, por mínima que fuera, de darle ese placer a otro con mi esfuerzo, debía echar el resto. Y echándolo llevo 31 años.
¿Cuáles son los referentes literarios de Lorenzo Silva, que seguro tendrá? ¿Qué libro recomendaría a los lectores de Utopía?
Muchos, más de los que podría enumerar aquí. Pero siempre vuelvo a Chandler, a Proust y sobre todo a Kafka. (Y a Cervantes y a Homero, pero esto es una obviedad). Recomiendo las Obras Completas de Kafka, leídas por cualquier página, que las abran al azar. Después de un rato de lectura, saldrán más sabios y mejores personas.
¿Qué supuso para usted el premio Nadal con el alquimista impaciente?
El acceso al gran público. Algo que sinceramente tenía completamente descartado que me sucediese. Y más con unas novelas en las que los protagonistas eran guardias civiles, que a algunos les resultan demasiado problemáticos como personajes.
Muchos nos hemos sentido identificados en alguna vez con lo que usted cuenta en la flaqueza del bolchevique ¿Es tan difícil romper las reglas marcadas por la sociedad?
Difícil no, más bien imposible. Uno puede crear espacios privados o semiprivados, con las complicidades adecuadas, para escapar a ellas. Para mí la escritura, por ejemplo, es uno de esos espacios. Pero afuera sigue el inexorable transcurso de lo colectivo, a veces más piadoso, a veces más despótico. Y cuando viene un revolucionario y cree haber cambiado algo, el orden se reajusta, como decía Kafka, para hacerse más implacable.
Usted es abogado, ¿cómo compaginó su trabajo con el de escritor en los primeros momentos?
Como pude. Dormía poco, escribía en cualquier parte, en cualquier momento hurtado a la obligación. Pero no tuvo mérito. Eran ratos que robaba para hacer lo que amo.
Relacionado con tu labor a lo largo de estos años, ¿qué momento recuerdas con mayor alegría? Por el contrario, ¿qué es lo que menos te ha gustado?
Con alegría, el encuentro con cualquiera de las personas que me han hecho sentir la felicidad que les habían dado mis libros. Lo que menos me gusta es tropezarme con quien no sabe criticar a otro sin despreciarlo y/o agredir. Sé que normalmente son personas que tienen un problema y procuro olvidarlas, pero no es agradable. Yo nunca he sentido la necesidad de escupirle a nadie a la cara mi desprecio, por eso no logro entenderlos.
Desde hace varios años dirige la sección de Cartas al Director de la revista XL Semanal que muchos leemos, ¿qué ha aprendido de las cartas de los lectores?
Mucho. Un ángulo alternativo o, mejor dicho, muchos ángulos alternativos para leer la realidad. Es lo que trato de aportar con mi trabajo. La mirada de los que no son ideólogos, ni periodistas, ni profesionales del relato de la actualidad en cualquiera de sus formas. Porque a veces esa mirada es la más certera, o es más certera que la de quien mira a partir de unos cálculos e intereses “profesionales” que no siempre le ayudan a ver.
A lo largo de estos años, has conocido a mucha gente y has escuchado muchos relatos, ¿Hay alguna carta que recuerde especialmente?
La que elegí como carta de la semana del número 1.000, hace un tiempo. Se titulaba “El joven eterno” y la escribía un nonagenario, que lamentablemente ya murió. Estaba tan llena de vida, lucidez e inocencia que era toda una lección. Pero recuerdo muchas más.
Es muy habitual escuchar discursos contra la indiferencia de la juventud. Sin embargo en XL Semanal he leído muchas cartas de adolescentes que salen de los cánones que establecen los medios de comunicación sobre la juventud.
Publico, y es deliberado, muchas cartas de adolescentes. Porque ellos no suelen tener voz en los medios, sus miradas son por definición de esas “alternativas” a las que me refería antes. Además, se les ha reducido a la condición de icono publicitario o de “target” comercial de bienes de consumo, una doble degradación de la que hay que sacarlos. Y para eso, nada mejor que mostrarlos como entes pensantes, observantes, escuchantes… y escribientes. Sus cartas son de las que más esperanza me proporcionan.
Hay algo que nos ocurre cada vez más a muchos, el habituarme a escuchar siempre el mismo discurso de los políticos. ¿No te parece siempre el mismo diálogo el de la clase política?
Lo peor no es que sea siempre el mismo. Es que cada vez tiene menos contenido real. Y cada vez parece que se sienten menos obligados a dárselo. Recitan tres o cuatro mantras, cada vez más inertes, sin esmerarse apenas. Eso es lo que más preocupa.
¿Cómo se explica Lorenzo Silva las altas audiencias que presentan programas de corazón y cotilleo?
Somos morbosos y nos arrastra lo fácil. Para saber disfrutar de otras cosas hay que estar instruido. Y ese es el talón de Aquiles de esta sociedad: su deficiente instrucción.
¿Por qué cree Lorenzo Silva que el estudio de la guerra civil sigue provocando tanta polémica? ¿Dónde se posiciona al respecto Lorenzo Silva?
Porque no se cerró bien, en ningún sentido. La transición fue una buena labor desde el punto de vista político y de gestión de una sociedad conflictiva, pero chapucera en términos históricos. A quienes llegaron al poder a lomos de Hitler y Mussolini, y después habilitaron sus propios campos de concentración para neutralizar a los disidentes (que para no pocos de ellos fueron también de exterminio), no se les exigió que se avergonzaran de ello.
Y a cambio, a las izquierdas se les consintió, más o menos a regañadientes, construir una historia idílica de sus antecesores, sin sombras, errores ni crímenes. Al cabo, surgen los revisionistas de ambos lados y es inevitable que se echen todo a la cara. Yo lo tengo más o menos claro: el 18 de julio del 36 había en España un gobierno elegido democráticamente, que gobernaba como podía y que debería haber seguido gobernando, porque era el único que en ese momento podía invocar una legitimidad razonable. A su cuello se echaron primero los militares rebeldes (que no eran todos los militares) y quienes los espoleaban, y luego una caterva de torpes revolucionarios (y gentes de peor calaña) que como estaban en minoría no podían dirigir la República desde las urnas y esperaban la ocasión para hacerlo con los fusiles. Y entre todos la mataron y ella sola se murió.
Esa confrontación también lo encontramos a nivel de medios de comunicación. Soy profesor de Historia y mis alumnos se preguntan por qué cada canal de radio o tv dice la misma noticia de manera tan diferente.
Sí, es una pena, y empieza a ser una lata. Pero bueno, siempre se pueden acostumbrar a hacer lo que hacemos los mayores, a leer a unos y a otros y comparar quién es en cada caso más convincente. Es un buen ejercicio de conocimiento crítico.
Hay una cosa que nos llama la atención, a pesar de la gestión económica del gobierno frente a la crisis con cifras cercanas a los 5 millones de parados y los escándalos de corrupción que asolan a los dos principales partidos de España, el ciudadano español parece ser indiferente a todo ello, y cuando hay elecciones ambos partidos siguen repartiéndose la mayoría de los escaños en el Parlamento.
No hay otro partido con una base tan amplia de electores irreductibles e inasequibles a cualquier desaliento como tienen los dos mayoritarios, por lo que es imposible que el poder se les escape. Pero harán mal, unos y otros, se lleve quien se lleve al agua el gato esta vez, en pensar que convencen. Muchos de los suyos les votan porque votan contra el otro, y cada vez más gente se queda en tierra de nadie: abstención, blanco y partidos sin posibilidades de influir. Si esa fracción del electorado se sigue ampliando, el sistema se verá comprometido. Espero que no sean tan insensatos como para dejar que pase.
¿Es indiferente la sociedad española a todo lo que pasa?
No, no creo que lo sea. Aunque sí me parece una sociedad de movilización pesada, torpe y a veces arbitraria. Se subleva contra la prohibición del tabaco o las restricciones a descargarse cosas gratis (el discurso sobre los derechos fundamentales aquí está muy impostado; la intimidad –derecho fundamental- la viola Facebook todos los días a mansalva, y cada vez tiene más clientes), pero no contra una gestión de la crisis que no reparte bien las cargas ni soluciona más problemas que los de los poderosos.
Los políticos hablan de igualdad, libertad, paz, derechos… sin embargo, cuando tienen que actuar en conflictos internacionales no suelen mojarse mucho. Los intereses económicos terminan privando sobre los de los pueblos. El Sáhara o la venta de armas son buen ejemplo de ello. ¿Por qué cree que seguimos creyendo esa demagogia?
El mundo es un sistema complicado de equilibrios de intereses, que puede irse al garete en cualquier momento, con penosas consecuencias. Los políticos están aterrados por ello, porque no sabrían explicarle a la población, por ejemplo, que en pleno invierno no hay gas para calentarnos porque Marruecos (o Argelia) ha cortado el gasoducto del Magreb. O que las empresas españolas que tanto éxito cosechan, tanto empleo dan y tan bien nos abastecen dejan de tener mano de obra barata (o semiesclava) para fabricar sus productos, que queremos y necesitamos.
El gran problema es que en términos globales vivimos en una oligarquía de los fuertes a costa de los débiles. Y ese mensaje no se puede mandar (ni lo queremos recibir), aunque no haya alternativa. Por eso son tan esperanzadores los movimientos en el mundo árabe. Los propios oprimidos parecen haberse hartado de aguantar ese doble rasero, de la democracia y la libertad repartida a conveniencia. La pregunta es, ¿serán capaces de alterar el programa que ha venido funcionando hasta aquí? ¿Su revuelta forzará a quienes mandan a urdir algo menos indigno?
¿Y qué visión general tiene Lorenzo Silva del mundo actual?
Un sistema en crisis, definitivamente. El mundo antiguo, gestionado a través de esos compartimentos estancos llamados fronteras, que permitían todo tipo de diferencias arbitrarias, ha saltado en pedazos. Ahora nos vemos todos. Nos tocamos todos. Hay que inventar algo diferente. Y tendrá que ser un sistema más justo para todos los seres humanos, sin distinción de color de la piel o de pasaporte, o bien una tiranía global extremadamente sofisticada, eficaz e inmisericorde. Los paños calientes con que hasta ahora nos arreglábamos están dejando de servir.
¿Cuál es para Lorenzo Silva la gran Utopía del mundo actual?
Que todos los pasaportes pesen lo mismo en un puesto aduanero. O mejor, que no haya puestos aduaneros. Si eso fuera así, habríamos arreglado todo lo demás.
RECOMENDACIÓN LITERARIA. LA NOCHE DESNUDA. JUAN CARLOS ARCE
LA NOCHE DESNUDA. JUAN CARLOS ARCE
Juan Carlos Arce pone de manifiesto complejas cuestiones de la historia reciente de nuestro país con su habitual y exquisito manejo de los artificios narrativos.
La novela narra de forma veraz, cercana y ágil, los acontecimientos que se sucedieron en torno al secuestro y posterior asesinato de Andreu Nin, del que el pasado 2007 se cumplieron 70 años. El autor aprovecha el hecho histórico de la participación en la guerra civil de George Orwell para mostrar la extrañeza con la que un extranjero vive las desavenencias entre los diferentes partidos de izquierdas que ponen en riesgo la libertad en un momento tan delicado, y para manifestar la corrupción existente también en el gobierno Republicano y en el
PCE.
El autor logra equilibrar la novela alternando la narración de los hechos políticos con la narración de los sentimientos y pensamientos de la viuda de Andreu Nin, que aporta a la trama un contrapunto emocional y conmovedor. El autor, además, como letrado del consejo General del Poder Judicial y antiguo letrado del Tribunal Supremo, describe el proceso al que se vieron sometidos los demás miembros del POUM con pleno conocimiento de los entresijos de un juicio y logrando mantener el interés en el lector conforme se va acercando el final del proceso.
Juan Carlos Arce pone de manifiesto complejas cuestiones de la historia reciente de nuestro país con su habitual y exquisito manejo de los artificios narrativos.
La novela narra de forma veraz, cercana y ágil, los acontecimientos que se sucedieron en torno al secuestro y posterior asesinato de Andreu Nin, del que el pasado 2007 se cumplieron 70 años. El autor aprovecha el hecho histórico de la participación en la guerra civil de George Orwell para mostrar la extrañeza con la que un extranjero vive las desavenencias entre los diferentes partidos de izquierdas que ponen en riesgo la libertad en un momento tan delicado, y para manifestar la corrupción existente también en el gobierno Republicano y en el
PCE.
El autor logra equilibrar la novela alternando la narración de los hechos políticos con la narración de los sentimientos y pensamientos de la viuda de Andreu Nin, que aporta a la trama un contrapunto emocional y conmovedor. El autor, además, como letrado del consejo General del Poder Judicial y antiguo letrado del Tribunal Supremo, describe el proceso al que se vieron sometidos los demás miembros del POUM con pleno conocimiento de los entresijos de un juicio y logrando mantener el interés en el lector conforme se va acercando el final del proceso.
FOTOGRAFÍA. VARI CARAMÉS. SILVIA JIMÉNEZ ESTÉBAN
Vari Caramés http://www.varicarames.com/
Cuando la técnica pasa a un segundo plano entra en escena el mundo evocador de sugerencias, misterios y sueños de este fotógrafo autodidacta nacido en Ferrol, A Coruña, que opina que en el mundo hay falta de poesía y que la felicidad es la búsqueda de la belleza.
Para él la fotografía no es la realidad, sino el punto de vista que tiene cualquier persona sobre ese mundo físico que percibe y experimenta, independientemente del talento que tenga. Sus temas recurrentes son lo cotidiano, lo próximo, no prepara la escena, simplemente la capta. Le fascinan esas cosas poco importantes que generalmente pasan desapercibidas.
Cuando la técnica pasa a un segundo plano entra en escena el mundo evocador de sugerencias, misterios y sueños de este fotógrafo autodidacta nacido en Ferrol, A Coruña, que opina que en el mundo hay falta de poesía y que la felicidad es la búsqueda de la belleza.
Para él la fotografía no es la realidad, sino el punto de vista que tiene cualquier persona sobre ese mundo físico que percibe y experimenta, independientemente del talento que tenga. Sus temas recurrentes son lo cotidiano, lo próximo, no prepara la escena, simplemente la capta. Le fascinan esas cosas poco importantes que generalmente pasan desapercibidas.
UTOPÍA. MARZO 2011. NÚMERO XVII
¿QUÉ MÁS ESPERAMOS PARA DAR EL PASO?Me dice un amigo que cree que la sociedad española va a responder ante la situación social, política, económica y cultural ante la que nos enfrentamos. Me dice que la gente va a mostrar su desacuerdo y que se va a producir un cambio. Yo soy algo más pesimista, pero quiero agarrarme a ese amigo que pide un cambio para creer que hay muchos que quieren también un cambio. Un nuevo mayo del 68 o la revolución del Magreb.
LA REFORMA DE LAS PENSIONES. JUAN TORRES LÓPEZ.
La reforma de las pensiones públicas y el engaño de las privadas.
El argumento demográfico que se viene dando para justificar la reforma de las pensiones lo puso en marcha el Banco Mundial hace casi tres décadas cuando se comprobó que la propuesta de privatizar completamente los sistemas públicos que deseaban las entidades financieras era demasiado cara y que podía acarrear gran rechazo y conflictos sociales. Se empezó a decir que la población iba a envejecer mucho y que el gasto público en pensiones iba a llegar a ser insoportable.
En España, un puñado de economistas financiados siempre por la banca han hecho un buen número de predicciones con resultados muy alarmistas que anunciaban déficits en las cuentas de la Seguridad Social en 1995, 2000, 2005, 2010 y hasta 2050. Nunca han acertado, ni siquiera en éste último ejercicio de 2010, en el que a pesar de que hay más de cuatro millones de parados, el sistema ha tenido un mínimo déficit de 278 millones de euros pero compensado sobradamente por el ingreso de los intereses del fondo, obteniendo finalmente un superávit de 2.383 millones de euros.
Es verdad que el gasto público en pensiones aumenta normalmente a medida que envejece la población porque depende de dos factores: del número de pensionistas, que suele ser mayor cuanto mayor sea la longevidad de la población, y de la cuantía de la pensión que reciban (así mismo, puede aumentar el envejecimiento y no el gasto si al mismo tiempo baja la cuantía de la pensión, que es lo que se busca).
Por tanto, es lógico que, a medida que un país se desarrolla y dispone de un mejor sistema sanitario y de condiciones de vida más saludables, aumenten los años de vida de su población y que eso suponga que haya un mayor número de personas que queden al margen de la vida laboral a partir de un determinado momento. También es lógico, aunque esto se lo están callando, que a medida que se va dando este proceso de desarrollo, aumente la productividad, de modo que cada vez un menor número de personas empleadas pueden sostener con su actividad a mayor número de personas inactivas.
En lugar de presentarnos esas dos circunstancias de manera conjunta, insisten en la primera como el origen de un futuro desastre financiero afirmando que el envejecimiento continuado de la población hará que llegue un momento (ahora dicen que en torno a 2050) en el que el gasto público en pensiones (dado el número de pensionistas y la "generosidad" de nuestras pensiones) será insoportable. De ahí deducen que no queda más remedio que empezar ya a reducir la cuantía de la pensión (ampliando el periodo de cálculo) y el número de pensionistas (aumentando la edad de jubilación).
Puesto que esto implica lógicamente que la pensión será más tardía y de menor cuantía, al mismo tiempo se recomienda a la población que suscriba pensiones privadas. Así lo hizo expresamente hace unos meses el anterior ministro de Trabajo: Corbacho -informó la prensa- recomienda contratar un plan privado para completar la pensión (Cinco Días 10-3-2010).
Todo esto parece muy lógico. Tanto, que la población está asustada y tiene la convicción de que eso será lo que ocurra: nos hacemos demasiado viejos y el estado ya no podrá garantizarnos la pensión que ahora reciben los actuales pensionistas cuando nosotros nos jubilemos. Convendrá, pues, que suscribamos algún fondo de pensión privado.
Pero es importante saber que detrás de estos argumentos hay un monumental engaño. Según las predicciones más alarmistas (de esos que nunca han acertado lo que iba a ocurrir ni en los cinco años próximos) el gasto "insoportable" al que llevaría el envejecimiento previsto de la población española supondría gastar en 2050 un 15% o un 17% de nuestro PIB. Parece mucho, pero Italia gasta en estos momentos alrededor del 14%. Es tan irreal decir que ese porcentaje sería insostenible en 2050 que incluso alguno de los economistas que han firmado el manifiesto de los 100 solicitando reformas liberales de las pensiones pública ha reconocido que ese no es el auténtico problema del sistema.
Pero lo más grave es que a la hora de sacar conclusiones sobre las consecuencias de ese mayor gasto público en pensiones no se tienen en cuenta otros factores o simplemente se minimizan. Si de verdad se quisiera garantizar el equilibrio financiero del sistema público de pensiones, que depende de sus gastos e ingresos, no se deberían poner sobre la mesa solo propuestas para la reducción de los gastos sino también otras dirigidas a incrementar los ingresos del sistema. Tal y como se está haciendo, solo proponiendo recortar gastos, simplemente se consigue empeorar la condición de vida de la población pensionista, ahora y en el futuro, una forma bastante torticera de resolver los problemas del sistema. Lo correcto, por el contrario, sería hablar también de los factores de los que dependen sus ingresos. A saber: cómo aumentar el empleo y sobre todo el de la población femenina, cómo aumentar el peso de los salarios en la renta total para que así haya más capacidad de aportar cotizaciones sociales, o cómo incrementar la productividad. O incluso, aunque es un mecanismo de financiación de las pensiones públicas a mi juicio menos adecuado, cómo mejorar el sistema fiscal para hacer ingresos al sistema por la vía de los Presupuestos Generales del Estado. Mientras no se hable de todo esto sino solo de aumentar la edad de jubilación y alargar el periodo de cotización se estará planteando un debate injusto y falso que no beneficia al futuro de la seguridad social sino que lo debilita.
Y lo importante es saber que ese debate no se está haciendo así por casualidad. Se hace, como he dicho, para incentivar la suscripción de los llamados planes de pensiones privadas. Es lógico que las personas que una y otra vez oyen que cuando llegue su jubilación no van a tener suficiente pensión pública traten de ahorrar para tener una privada. Pero ahí también hay dos trampas.
La primera es obvia: no todos tienen la posibilidad de ahorrar. De hecho, es imposible que lo haga el casi 60% de las familias españolas que afirma que no llega a fin de mes. La segunda trampa es la que se está ocultando a los incautos que suscriben pensiones privadas: su rentabilidad es mínima, casi siempre negativa en términos reales al tener en cuenta la subida de precios.
La Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (INVERCO) hizo públicos el pasado 31 de diciembre los datos sobre rentabilidades medias anuales ponderadas de los Planes de Pensiones del Sistema Individual, en función de una muestra de 1.229 Planes que representa aproximadamente el 99% de su patrimonio total.
En el cuadro 1 que se presenta más abajo se resumen dichas rentabilidades y en el 2 la de los planes garantizados de algunos de los fondos de pensiones del Banco de Santander. Confirman los resultados de un estudio de Pablo Fernández y Javier del Campo sobre la rentabilidad de los fondos privados de pensiones (Rentabilidad de los Fondos de Pensiones en España. 1994-2009) que comenté hace unos meses en TEMAS PARA EL DEBATE. Mostraba este estudio que en los últimos diez años, el 93% de los fondos del sistema individual obtuvo una rentabilidad inferior a la inflación y el 99,3% obtuvo una rentabilidad inferior a la de los bonos del Estado a 10 años.
Es evidente, pues, que estos planes privados de pensiones que quieren convertirse en sustitutos de las pensiones públicas son una verdadera engañifa financiera. La inversión que se hace en ellos solo se puede llegar a compensar, si acaso, con la desgravación fiscal tremendamente injusta (porque la disfrutan solo los contribuyentes de rentas más altas) que llevan consigo, y que supuso en 2010 un gasto fiscal de 1.443 millones de euros, casi la misma cantidad del recorte en las pensiones (1.500 millones de euros) que sufrieron, sobre todo, las clases de menos ingresos.
Los bancos crean primero el alarmismo sobre la solvencia de las pensiones públicas financiando estudios que realizan economistas con muy poca capacidad predictiva y difundiendo luego sus conclusiones por todos los medios además de obligar a los gobiernos a recortar los derechos de los pensionistas. Así atraen miles de millones de los que pueden ahorrar algo de sus sueldos. Colocan esos recursos en los mercados financieros con altas ganancias pero no devuelven esa rentabilidad a los clientes. Y eso, si es que tratando de ganar lo máximo posible no llevan a la quiebra a los fondos, como ha ocurrido en numerosas ocasiones, y obligan a los gobiernos, como recientemente en Estados Unidos, a que pongan cientos de miles de millones para salvarlos. Un negocio redondo para los bancos.
Y así, a base de mentiras y medias verdades, es como se llevan a cabo las reformas de las pensiones púbicas.
El argumento demográfico que se viene dando para justificar la reforma de las pensiones lo puso en marcha el Banco Mundial hace casi tres décadas cuando se comprobó que la propuesta de privatizar completamente los sistemas públicos que deseaban las entidades financieras era demasiado cara y que podía acarrear gran rechazo y conflictos sociales. Se empezó a decir que la población iba a envejecer mucho y que el gasto público en pensiones iba a llegar a ser insoportable.
En España, un puñado de economistas financiados siempre por la banca han hecho un buen número de predicciones con resultados muy alarmistas que anunciaban déficits en las cuentas de la Seguridad Social en 1995, 2000, 2005, 2010 y hasta 2050. Nunca han acertado, ni siquiera en éste último ejercicio de 2010, en el que a pesar de que hay más de cuatro millones de parados, el sistema ha tenido un mínimo déficit de 278 millones de euros pero compensado sobradamente por el ingreso de los intereses del fondo, obteniendo finalmente un superávit de 2.383 millones de euros.
Es verdad que el gasto público en pensiones aumenta normalmente a medida que envejece la población porque depende de dos factores: del número de pensionistas, que suele ser mayor cuanto mayor sea la longevidad de la población, y de la cuantía de la pensión que reciban (así mismo, puede aumentar el envejecimiento y no el gasto si al mismo tiempo baja la cuantía de la pensión, que es lo que se busca).
Por tanto, es lógico que, a medida que un país se desarrolla y dispone de un mejor sistema sanitario y de condiciones de vida más saludables, aumenten los años de vida de su población y que eso suponga que haya un mayor número de personas que queden al margen de la vida laboral a partir de un determinado momento. También es lógico, aunque esto se lo están callando, que a medida que se va dando este proceso de desarrollo, aumente la productividad, de modo que cada vez un menor número de personas empleadas pueden sostener con su actividad a mayor número de personas inactivas.
En lugar de presentarnos esas dos circunstancias de manera conjunta, insisten en la primera como el origen de un futuro desastre financiero afirmando que el envejecimiento continuado de la población hará que llegue un momento (ahora dicen que en torno a 2050) en el que el gasto público en pensiones (dado el número de pensionistas y la "generosidad" de nuestras pensiones) será insoportable. De ahí deducen que no queda más remedio que empezar ya a reducir la cuantía de la pensión (ampliando el periodo de cálculo) y el número de pensionistas (aumentando la edad de jubilación).
Puesto que esto implica lógicamente que la pensión será más tardía y de menor cuantía, al mismo tiempo se recomienda a la población que suscriba pensiones privadas. Así lo hizo expresamente hace unos meses el anterior ministro de Trabajo: Corbacho -informó la prensa- recomienda contratar un plan privado para completar la pensión (Cinco Días 10-3-2010).
Todo esto parece muy lógico. Tanto, que la población está asustada y tiene la convicción de que eso será lo que ocurra: nos hacemos demasiado viejos y el estado ya no podrá garantizarnos la pensión que ahora reciben los actuales pensionistas cuando nosotros nos jubilemos. Convendrá, pues, que suscribamos algún fondo de pensión privado.
Pero es importante saber que detrás de estos argumentos hay un monumental engaño. Según las predicciones más alarmistas (de esos que nunca han acertado lo que iba a ocurrir ni en los cinco años próximos) el gasto "insoportable" al que llevaría el envejecimiento previsto de la población española supondría gastar en 2050 un 15% o un 17% de nuestro PIB. Parece mucho, pero Italia gasta en estos momentos alrededor del 14%. Es tan irreal decir que ese porcentaje sería insostenible en 2050 que incluso alguno de los economistas que han firmado el manifiesto de los 100 solicitando reformas liberales de las pensiones pública ha reconocido que ese no es el auténtico problema del sistema.
Pero lo más grave es que a la hora de sacar conclusiones sobre las consecuencias de ese mayor gasto público en pensiones no se tienen en cuenta otros factores o simplemente se minimizan. Si de verdad se quisiera garantizar el equilibrio financiero del sistema público de pensiones, que depende de sus gastos e ingresos, no se deberían poner sobre la mesa solo propuestas para la reducción de los gastos sino también otras dirigidas a incrementar los ingresos del sistema. Tal y como se está haciendo, solo proponiendo recortar gastos, simplemente se consigue empeorar la condición de vida de la población pensionista, ahora y en el futuro, una forma bastante torticera de resolver los problemas del sistema. Lo correcto, por el contrario, sería hablar también de los factores de los que dependen sus ingresos. A saber: cómo aumentar el empleo y sobre todo el de la población femenina, cómo aumentar el peso de los salarios en la renta total para que así haya más capacidad de aportar cotizaciones sociales, o cómo incrementar la productividad. O incluso, aunque es un mecanismo de financiación de las pensiones públicas a mi juicio menos adecuado, cómo mejorar el sistema fiscal para hacer ingresos al sistema por la vía de los Presupuestos Generales del Estado. Mientras no se hable de todo esto sino solo de aumentar la edad de jubilación y alargar el periodo de cotización se estará planteando un debate injusto y falso que no beneficia al futuro de la seguridad social sino que lo debilita.
Y lo importante es saber que ese debate no se está haciendo así por casualidad. Se hace, como he dicho, para incentivar la suscripción de los llamados planes de pensiones privadas. Es lógico que las personas que una y otra vez oyen que cuando llegue su jubilación no van a tener suficiente pensión pública traten de ahorrar para tener una privada. Pero ahí también hay dos trampas.
La primera es obvia: no todos tienen la posibilidad de ahorrar. De hecho, es imposible que lo haga el casi 60% de las familias españolas que afirma que no llega a fin de mes. La segunda trampa es la que se está ocultando a los incautos que suscriben pensiones privadas: su rentabilidad es mínima, casi siempre negativa en términos reales al tener en cuenta la subida de precios.
La Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (INVERCO) hizo públicos el pasado 31 de diciembre los datos sobre rentabilidades medias anuales ponderadas de los Planes de Pensiones del Sistema Individual, en función de una muestra de 1.229 Planes que representa aproximadamente el 99% de su patrimonio total.
En el cuadro 1 que se presenta más abajo se resumen dichas rentabilidades y en el 2 la de los planes garantizados de algunos de los fondos de pensiones del Banco de Santander. Confirman los resultados de un estudio de Pablo Fernández y Javier del Campo sobre la rentabilidad de los fondos privados de pensiones (Rentabilidad de los Fondos de Pensiones en España. 1994-2009) que comenté hace unos meses en TEMAS PARA EL DEBATE. Mostraba este estudio que en los últimos diez años, el 93% de los fondos del sistema individual obtuvo una rentabilidad inferior a la inflación y el 99,3% obtuvo una rentabilidad inferior a la de los bonos del Estado a 10 años.
Es evidente, pues, que estos planes privados de pensiones que quieren convertirse en sustitutos de las pensiones públicas son una verdadera engañifa financiera. La inversión que se hace en ellos solo se puede llegar a compensar, si acaso, con la desgravación fiscal tremendamente injusta (porque la disfrutan solo los contribuyentes de rentas más altas) que llevan consigo, y que supuso en 2010 un gasto fiscal de 1.443 millones de euros, casi la misma cantidad del recorte en las pensiones (1.500 millones de euros) que sufrieron, sobre todo, las clases de menos ingresos.
Los bancos crean primero el alarmismo sobre la solvencia de las pensiones públicas financiando estudios que realizan economistas con muy poca capacidad predictiva y difundiendo luego sus conclusiones por todos los medios además de obligar a los gobiernos a recortar los derechos de los pensionistas. Así atraen miles de millones de los que pueden ahorrar algo de sus sueldos. Colocan esos recursos en los mercados financieros con altas ganancias pero no devuelven esa rentabilidad a los clientes. Y eso, si es que tratando de ganar lo máximo posible no llevan a la quiebra a los fondos, como ha ocurrido en numerosas ocasiones, y obligan a los gobiernos, como recientemente en Estados Unidos, a que pongan cientos de miles de millones para salvarlos. Un negocio redondo para los bancos.
Y así, a base de mentiras y medias verdades, es como se llevan a cabo las reformas de las pensiones púbicas.
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