ESPECIAL URBANISMO. NICOLÁS SÁNCHEZ Y RAQUEL GARCÍA


NICOLÁS SÁNCHEZ JIMÉNEZ Y RAQUEL GARCÍA
Nicolás Sánchez es el creador del blog salvemos-málaga (http://salvemos-malaga.blogspot.com/). Se trata de un blog que como señala el propio blog en su presentación es un rincón por la defensa y difusión del patrimonio histórico malagueño, además de denunciar los atentados que continuamente se cometen en nuestra ciudad contra valiosos ejemplos de nuestra arquitectura. Raquel García participa en el blog Urbanismo de Málaga (http://urbanismodemalaga.blogspot.com/)


ENTREVISTA NICOLÁS SÁNCHEZ JIMÉNEZ

Desde su punto de vista, ¿cuál es el panorama actual de la ciudad de Málaga a nivel urbanístico? ¿Es el PGOU aprobado provisionalmente en el pleno municipal de julio, el PGOU que Málaga necesita?

A mi juicio el urbanismo que se ha seguido en Málaga capital en las últimas décadas es de escasa calidad en su gran mayoría. Se echan en falta planes de rehabilitación de barrios enteros, tampoco se ha abordado la eliminación de “contaminación visual” que se da en el centro, ni se han previsto las infraestructuras necesarias para un crecimiento sostenible de la ciudad.

Visto los enfrentamientos entre Ayuntamiento y Junta, ¿cree usted que la voz de los arquitectos y urbanistas es tenida en cuenta entre los políticos?
Para nada, dentro de los discursos y disputas partidistas de poco cuentan no ya las opiniones de los expertos (no siempre arquitectos sino también historiadores, arqueólogos, historiadores del arte, etc) sino los deseos y necesidades de gran parte de la ciudadanía. Gran parte de los proyectos anunciados están lejos de lo que verdaderamente necesita el ciudadano de a pie, otros no van más allá del papel, por no hablar de la gran cantidad de presupuestos que se acaban disparando sin ninguna justificación razonable por parte de las instituciones.

Algunos puntos candentes han sido Arraijanal, la construcción por encima de las rondas o el palmeral de las Sorpresas, ¿cuál es su punto de vista?

Arraijanal constituye el único espacio vírgen del litoral de la capital. Málaga carece de grandes parques periurbanos donde la población pueda acudir. Creo que este espacio debe preservarse de la construcción como pretendía la Junta de Andalucía y hacer un gran parque que todos podamos disfrutar. Además los accesos a Málaga a la altura de Guadalmar están saturados como para construir una nueva urbanización. Además la zona carece de equipamientos tan básicos como institutos, parques, bibliotecas, ambulatorio, y transporte público rápido y eficaz como para aumentar considerablemente la densidad poblacional de la zona.

En cuanto a la construcción por encima de las rondas, a mi juicio es un despropósito. No deben ocuparse espacios tan escarpados como los que hay al norte de las rondas, imágenes como las de Benalmádena o El Rincón de la Victoria hablan mucho de la masificación urbanística que tanto amenaza a la ciudad y que debería evitarse.

El palmeral de las sorpresas a priori no es un mal proyecto, sin embargo no entiendo por qué hubo de derribarse el Silo o por qué aún no está claro qué va a ocurrir con la verja del puerto, por no hablar del cercano proyecto de la esquina del puerto y el famoso hipermercado que pretenden instalar allí.

Si de usted dependiera, ¿qué proyectaría en el cauce el Guadalmedina?
Propondría la restauración ambiental del cauce con espacios dedicados al disfrute de los ciudadanos, pistas deportivas y vegetación autóctona. El Guadalmedina es una de las señas de identidad de la ciudad desde su fundación, no podemos “eliminarlo” porque estorbe a algunos. Auténticos barrios se han configurado como tal en función del propio río. Algo de lo que apenas se habla es de los puentes sobre el río. La gran mayoría no tienen valor arquitectónico alguno, pero no olvidemos otros tales como el de la Aurora, el del Carmen, Santo Domingo (Alemanes), o el de Armiñán, ¿qué hacemos con ellos? ¿los derruimos y los vendemos por chatarra? es algo que nunca se dice.

Además no podemos olvidar que el Guadalmedina es un cauce de agua, y ello ha podido comprobarse este invierno tras las intensas lluvias.

Otro debate es la disyuntiva entre arquitectura vertical y horizontal. ¿Por qué cree que en Málaga han encontrado tanto rechazo los rascacielos?

Tengo mis dudas en cuanto a que Málaga no sea una ciudad vertical, el desarrollismo de los años sesenta pobló a Málaga de cientos de edificios que constituyen de por sí auténticos minirascacielos. Si vemos una imagen de Málaga, en la mayoría de los barrios predomina la verticalidad y la masificación de bloques de viviendas sin apenas espacios para el esparcimiento (la Luz, Palma-Palmilla, Miraflores de los Ángeles, las Delicias, Jardín de la Abadía, Eugenio Gross, etc.)

El debate de los rascacielos se suscita a mi juicio, al querer ser “impuestos” en áreas muy densamente pobladas. Por ejemplo las torres Comarex se anunciaron donde en un principio había sido prometido un parque para el distrito de la Carretera de Cádiz, en el caso de Martiricos ocurre algo parecido en un espacio donde los equipamientos urbanos escasean.
Sin embargo en las áreas de expansión como Teatinos o la ampliación de la Universidad no se ha apostado por este tipo de construcción pese a ser zonas donde el impacto sobre la ciudad ya consolidada sería mucho menor.

Una vez que el actual PGOU agotará prácticamente el suelo urbanizable del municipio, ¿Cuál es el futuro de Málaga, crecer a expensas de los polígonos (especialmente el del Guadalhorce) o reurbanizar la ciudad consolidada?

Una solución intermedia sería lo más adecuado. Málaga como gran ciudad necesita de los polígonos industriales y por ello no puede prescindir de ellos totalmente. Hoy en día se está de acuerdo con que el “salvaje” urbanismo llevado a cabo en los años 60 y 70 carece de las más elementales nociones de sostenibilidad. Seguramente habría que plantearse a medio-largo plazo la sustitución arquitectónica de algunos espacios como en la Carretera de Cádiz o el sector de Miraflores de los Ángeles. Habría que dar paso a un urbanismo razonable que proporcione a los ciudadanos unos niveles de confort aceptables dotando de equipamientos a los espacios, mejorando las comunicaciones, aumentando los metros cuadrados de zonas verdes, etc.

¿Es posible en nuestro tiempo grandes operaciones tipo apertura de Calle Larios, Avd. Andalucía o cualquier otra que suponga una trasformación radical de la ciudad consolidada?

Si es a costa de sacrificar el ya de por sí maltrecho patrimonio histórico-artístico local no sería posible, debemos procurar la preservación tanto del Centro como de los barrios históricos para que éstos no pierdan sus señas de identidad.

Es cierto que el plano de la ciudad está mal trazado. En parte porque el crecimiento se hizo de forma un tanto anárquica sin planificación alguna. Por ello en ciertos barrios se haría necesario mejorar las comunicaciones con la apertura de nuevos viales propios de una gran ciudad. Si lo pensamos fríamente, Málaga apenas tiene dos o tres avenidas de envergadura pese a ser la sexta ciudad española en tamaño.

Respecto al centro histórico, es palpable que, a pesar de los esfuerzos por reurbanizar calles y plazas, no se obtiene el mismo resultado en cuanto a la conservación del patrimonio arquitectónico. Observamos una y otra vez demoliciones, ya sean totales o parciales. Es lamentable el estado en el que se encuentran algunos edificios históricos como la casa donde nació Cánovas del Castillo. O el caso de barrios con calle angulosas por donde da miedo pasear ¿Qué falla para que no podamos conservar nuestro patrimonio arquitectónico y para no hacer reutilizables esos espacios?

Intervienen una serie de factores, pero todos giran en torno a lo mismo, la ignorancia o el desconocimiento de la ciudadanía frente al patrimonio local. A ello se une una administración local “poco sensible” en cuanto la conservación.
Es impresionante la cantidad de patrimonio que se está perdiendo en nuestra ciudad con total impunidad. Para muchos promotores es más cómodo derribar y construir edificios de nueva planta que rehabilitar estos inmuebles. Detrás hay factores como el aumento de la edificalidad o acabar con alquileres de renta antigua.

Un factor clave en la degradación de barrios históricos ha sido “el vaciado de población autóctona” y el realojo de auténticos barrios marginales en los mismos. Esto ha ocurrido en lugares como en la Trinidad o en las Lagunillas. Si lo que se busca es la integración de estos grupos en la sociedad, no se entiende que se desmonten núcleos marginales y se vuelvan a instalar tal cual en otro lugar.

La gente autóctona de los barrios se sentía identificada con éstos. Así se preocupaban del buen estado de las viviendas, se organizaban fiestas y verbenas, encalaban las fachadas, etc. Hoy todo esto se ha perdido y los barrios se han convertido en espacios donde esa cooperación entre vecinos y buen ambiente ha sido sustituidos por delincuencia, tráfico de drogas y basuras.

¿Es posible recuperar el urbanismo del barrio tradicional, la plaza cerrada, la calle no muy ancha, etc, o está superado?
Más que recuperar hablaría de conservar este tipo de urbanismo. En los últimos años se han perdido decenas de ejemplos del urbanismo típico medieval en el Centro de Málaga, así se han eliminado adarves, se han abierto nuevas calles o se han planificado plazas donde nunca las hubo. Para mí todo esto es reinventar un tejido urbano que nunca existió, cosa que no hubiese sido necesaria de haberse seguido un modelo en el que prevaleciese el valor patrimonial de nuestro Centro Histórico frente a planeamientos urbanísticos en los que impera un intervencionismo excesivo.

Imaginemos espacios como la judería o las calles Beatas o Tomás de Cózar con sus inmuebles correctamente rehabilitados. Frente a ello lo que tenemos son espacios degradados y en su mayor parte llenos de solares donde antes se elevaban interesantísimos ejemplos de la arquitectura civil de los siglos XVIII y XIX.

En cuanto a la arquitectura moderna, ¿Tiene su lugar en el centro? ¿Y cómo es posible doblegar las reticencias a su implantación en el casco histórico?
Tiene cabida siempre y cuando sepa adaptarse al entorno y no atente contra el paisaje más inmediato. Ejemplos como lo ocurrido en la calle Parras (cuyos edificios tradicionales fueron íntegramente eliminados para construir viviendas sociales que en nada se adaptan a esta vía o a la iglesia de San Felipe Neri) no pueden repetirse. Desde las instituciones parece que no se tiene criterio alguno a la hora de conceder licencias urbanísticas en un lugar tan delicado como es el Centro Histórico. Así se han eliminado barrios por completo (Perchel, Trinidad, Capuchinos) sin preservarse para el futuro valiosos ejemplos que hablaban de la Málaga de otras épocas.
Un tema de actualidad es el proyecto del Hotel de Moneo en el Hoyo de Esparteros. Un edificio que viene a alterar sustancialmente la altura de este margen del Guadalmedina (ya de por sí encajonado), además de eliminar un histórico espacio que aun cuenta con un característico edificio achaflanado obra de Gerónimo Cuervo. Parece como si en Málaga para tener un edificio firmado por un arquitecto de prestigio tuviésemos que renunciar a nuestro patrimonio histórico-artístico.

Todo ello no quiere decir que la arquitectura moderna no tenga sitio en la ciudad histórica. Málaga es una ciudad viva en la que caben ejemplos de todas las épocas en una correcta sintonía. Buen ejemplo de ello es la joyería Tous en la calle Puerta del Mar. Siendo una construcción con mucha personalidad y que ha sabido integrarse correctamente en el espacio sin atentar sobre su entorno.

¿Considera adecuado conservar sólo las fachadas de algunos edificios con menos protección arquitectónica? ¿Cree que deberían revisarse los criterios de consideración del grado de conservación de los edificios históricos?

La protección arquitectónica es algo muy relativo, se han dado casos de derribos de inmuebles con el mayor grado de protección, en algunos casos es el propio Ayuntamiento el que les retira la protección para posibilitar su desaparición (como va a ocurrir en el Hoyo de Esparteros).
En cada época hay una serie de elementos característicos que deberían ser preservados.
Obviamente a la hora de rehabilitar un edificio hay que introducir variaciones en su planta, pero en otros casos los interiores son ya de por sí dignos de ser conservados. Por ejemplo en Málaga se ha perdido el fantástico interior del palacio del Marqués de la Sonora (al igual que ocurrió con el de Villalcázar), además de un buen número de edificios del siglo XIX con elementos en su interior que no han sido respetados. No es extraño encontrar en anticuarios fuentes o rejas pertenecientes a estos inmuebles derribados.
Sería necesario seguir un criterio propio de una ciudad monumental a la hora de determinar los grados de protección arquitectónica que se les otorga a los inmuebles, pensando no ya sólo en el edificio, sino de la calle y el entorno en el que éste se inserta, con el fin de preservar el diálogo inmueble-medio.

¿Cuál es, a su juicio, el rumbo que está tomando el urbanismo actual a nivel internacional? ¿Está Málaga en la línea de lo que se proyecta a ese nivel?

Salvo contadas ocasiones el urbanismo que se está proyectando en Málaga sigue en manos de algunos arquitectos locales que acaparan la mayoría de los proyectos de envergadura. Sin desmerecer su profesionalidad, en Málaga sería deseable contar con arquitectos de prestigio internacional para proyectar las nuevas áreas de expansión y aquellos proyectos importantes (Auditorio, Puerto, Astoria, etc). Lo que no es tolerable es el ejemplo comentado anteriormente del Hoyo de Esparteros, el urbanismo de calidad no debe de ser a costa de la desaparición del urbanismo histórico de la ciudad, como ocurrió en la Coracha.

¿Cree que Málaga posee identidad propia, rasgos distintivos?
Aunque también está presente en otras urbes, Málaga cuenta con un completo catálogo de edificios con pinturas murales, aunque desgraciadamente aún en la actualidad se siguen perdiendo valiosos ejemplos.

Otro rasgo que me gustaría señalar son los característicos chaflanes de muchos edificios del siglo XIX. Arquitectónicamente el centro de Málaga responde en gran parte a actuaciones decimonónicas fruto de las Desamortizaciones. Este completo conjunto de inmuebles debería gozar del mayor grado de protección arquitectónica.

¿Cuál es para usted el modelo de ciudad que más le haya sorprendido?
Sin duda algunas ciudades escandinavas. Málaga debería avanzar hacia la sostenibilidad en todos los aspectos, pero esto pasa por una intensa concienciación ciudadana y la colaboración de todos. Ello no quita que la nuestra sea una ciudad mediterránea con una idiosincrasia propia. Málaga no puede aspirar a aquello que no es. Por ello deben buscarse las soluciones que la ciudad necesita sin pretender emular ejemplos que no son exportables desde el norte de Europa.
Sin contarse con unos transportes urbanos acordes y bien estructurados no podemos pretender “criminalizar” al ciudadano que se ve obligado a hacer uso del coche, más cuando se sigue potenciando la construcción de parkings por parte del Ayuntamiento. Además se necesita un ratio mayor de zonas verdes, equipamientos para los ciudadanos, una mejor calidad de las playas, etc.

¿Qué cinco grandes proyectos considera más urgentes en Málaga?
- La culminación de un metro bien estructurado y que llegue hasta el área metropolitana (Torremolinos, Parque Tecnológico, Rincón de la Victoria).
- Un plan integral de limpieza de la ciudad en la que se potencie la concienciación ciudadana para el reciclaje. A día de hoy Málaga sigue siendo una ciudad sucia.
- Repoblación vegetal del norte de las rondas y creación de parques periurbanos para el disfrute de la población.
- Un plan de recuperación arquitectónica del Centro y los barrios periféricos con la rehabilitación de los espacios. Asimismo sería necesario la creación de contenedores culturales desde los que se involucre a población en el panorama cultural local.
- La creación de asambleas vecinales en los distintos barrios con la capacidad de proponer o influir en los proyectos que afecten al mismo. Una asamblea de representantes de los distintos barrios debería supervisar el gasto del Ayuntamiento para evitar los enormes sobrecostes injustificados de buena parte de las obras públicas que se llevan a cabo en la ciudad.

Si de usted dependiera, ¿qué edificio de la ciudad de Málaga echaría abajo?
Hay decenas de edificios que constituyen auténticos atentados sobre su entorno, algunos con algunas décadas y otros construidos recientemente. Sin duda sería deseable la eliminación del “rascacielos” de la calle Campos Elíseos (bajo Gibralfaro), un auténtico atentado contra la colina y su visión tanto desde tierra como desde el mar.

Aunque sea una obra señera, el Hotel Málaga Palacio se alza desafiante junto a la catedral, sin duda el lugar que se eligió para erigirlo fue del todo desafortunado (al igual que el hotel elevado justo enfrente recientemente).

Los hoteles NH e Ibis, constituyen también dos ejemplos de edificios sin calidad arquitectónica alguna situados junto al Guadalmedina, espacios que en otro tiempo acogían restos de uno de los barrios más pintorescos de Málaga desaparecido fruto de la especulación urbanística.

Le invitamos a soñar. Enuncie un proyecto posible o imposible para la ciudad de Málaga.
Una Málaga más sostenible tanto para malagueños como para foráneos en la que las políticas meramente especulativas y recaudadoras den paso a proyectos destinados a mejorar el día a día de los ciudadanos. Una ciudad limpia con el esfuerzo de todos, con un Centro Histórico correctamente rehabilitado en la que se recuperen espacios y trazados que han sucumbido bajo la pileta.

Unos presupuestos más equitativos destinados a proyectos realmente necesarios más allá de obras sin interés alguno y con mero carácter electoralista.
Unos barrios más habitables en los que los vecinos no sean “obligados” a adquirir una plaza de aparcamiento para poder estacionar su vehículo, en los que se garantice un transporte público de calidad como alternativa al privado.

Unas playas más limpias, con mejor calidad tanto del agua como de la arena, con equipamientos para los ciudadanos.

Una mayor cantidad de zonas verdes, con huertos ecológicos en los distintos barrios en los que implicar a la población de la zona.

Una ciudad donde los proyectos culturales impliquen a todos los sectores sociales, donde se valore el patrimonio arqueológico, artístico, etnográfico.

Podríamos enumerar un largo etcétera de deseos, pero en pocas palabras, desearía una ciudad más “vivible” de la que todos podamos disfrutar con independencia de la extracción social de cada uno o de la zona que se habite.


ENTREVISTA RAQUEL GARCÍA

Desde su punto de vista, ¿cuál es el panorama actual de la ciudad de Málaga a nivel urbanístico? ¿Es el PGOU aprobado provisionalmente en el pleno municipal de julio, el PGOU que Málaga necesita?

En el transcurso de los últimos años, Málaga ha dejado de ser una ciudad residencial cuyo principal motor económico era el turismo y la construcción. La configuración urbana estaba basada en estas premisas. Ahora necesitamos una ciudad con un abanico más amplio de posibilidades, creando espacios aptos para el comercio, zona industrial, logística, empresarial, universitaria, transporte, etc. y ampliando la zona residencial sin olvidad los espacios públicos y zonas verdes.

Málaga necesita, con urgencia, un PGOU que clarifique y ordene la superficie urbana. El consenso entre todas las partes es muy difícil, a los hechos me remito. Siempre se puede mejorar, pero este PGOU nace con unas limitaciones impuestas por el entramado urbano actual, como algunas de las zonas industriales que han quedado incrustados y embutidos en la zona residencial sin posibilidad de desarrollo de ninguna de ellas. De esto se ha intentado rectificar, proyectando una reserva residencial más adecuada a la demanda futura. Entiendo que el PGOU, aprobado provisionalmente con el visto bueno por parte de la administración regional, es el que necesita la ciudad.

Las nuevas comunicaciones viarias, las rondas, autovías, la ampliación del aeropuerto y de la estación de tren, el metro, centro de transporte, centros comerciales, universidades, etc., han dejado obsoleta a las previsiones urbanísticas y viarias del PGOU de 1998.
Por otra parte, el retraso del nuevo PGOU ha afectado negativamente al desarrollo y a la economía local. Sin duda alguna su aprobación definitiva dará nuevas oportunidades económicas a la ciudad.

Visto los enfrentamientos entre Ayuntamiento y Junta, ¿cree usted que la voz de los arquitectos y urbanistas es tenida en cuenta entre los políticos?

Son dos puntos de vista que a veces no coinciden. Soy de la opinión de que el político es político y el arquitecto debe ser arquitecto, una mezcla de ambos, no es rentable para ninguna de las dos profesiones.

Algunos puntos candentes han sido Arraijanal, la construcción por encima de las rondas o el palmeral de las Sorpresas, ¿cuál es su punto de vista?

Personalmente, dejaría el Arraijanal como un gran pulmón en Málaga, soy partidario de menos centros comerciales y más zonas verdes y aunque estamos creciendo en parques en las zonas de nueva construcción, nunca está de más otro de esas dimensiones siempre y cuando se cerraran por las noches para controlar a los vándalos.

Hemos de mirar al futuro, y la herencia que dejamos. Arraijanal puede convertirse en seña de identidad de nuestra ciudad en un breve espacio de tiempo. Esta zona no debe dejarse en el olvido como una zona marginal. Debemos recrearse una reserva verde natural, con zonas deportivas y náuticas al aire libre para el uso y disfrute del ciudadano.

La construcción por encima de las rondas es necesaria, Málaga tiene que seguir creciendo y estas zonas son fundamentales para su expansión. Apoyaría la opción de delimitar su uso exclusivamente residencial con un índice de edificabilidad sostenible.
En cuanto al Palmeral de las Sorpresas, me gusta la idea en conjunto, exceptuando por supuesto el tema del Supermercado, me recuerda el concepto del Puerto de Barcelona.

Si de usted dependiera, ¿qué proyectaría en el cauce el Guadalmedina?

Lo soterraría y cubriría al igual que hicieron en su día en la rambla de Almería, Valencia y otras ciudades. Haría un gran bulevar peatonal .Con ello uniríamos el paseo marítimo con el interior, creando una alternativa al urbanismo de la capital donde no existen espacios verdes. Este eje transversal, cuyo nexo de unión puede ser una alameda, puede realizarse alternando espacios fluvial, zona de ocio-comercial, parque urbano, zonas deportivas, etc., en los distintos tramos desde la desembocadura hasta Martiricos.
Creo que si ha habido consenso con Arraijanal entre las dos administraciones, Junta de Andalucía y el Ayuntamiento, porqué no puede haberlo también en este caso. Sin duda este acuerdo rompería las cadenas que dividen la ciudad y su demora por inacción seguirá dejando a Málaga lastrada urbanística y socialmente. Sin quitar valor a la polémica actuación del Paseo de los Curas, creo sinceramente que la actuación en el Guadalmedina sí que sería un punto de inflexión en la historia de la ciudad de Málaga.

Otro debate es la disyuntiva entre arquitectura vertical y horizontal. ¿Por qué cree que en Málaga han encontrado tanto rechazo los rascacielos?

No entiendo el rechazo, es cierto que en la zona del centro de Málaga no vas a poner un rascacielos, pero en zonas sin uso, como el caso de Martiricos o en los antiguos tanques de Repsol, no lo veo desacertado. Incluso es necesario que haya una nueva zona empresarial de este tipo, moderna, contemporánea, que promoverá sin duda a la ciudad, a la Málaga del futuro. No nos podemos quedar estancados en el pasado.

Una vez que el actual PGOU agotará prácticamente el suelo urbanizable del municipio, ¿Cuál es el futuro de Málaga, crecer a expensas de los polígonos (especialmente el del Guadalhorce) o reurbanizar la ciudad consolidada?

He aquí una de las razones por qué son necesarias las expansiones por encima de las rondas.

¿Es posible en nuestro tiempo grandes operaciones tipo apertura de Calle Larios, Avd. Andalucía o cualquier otra que suponga una trasformación radical de la ciudad consolidada?
Los cambios siempre son posibles, otra cosa es que sean adecuados y por qué no decirlo, que el malagueño los acepte, los utilice y los haga suyos. Hace veinte años era casi impensable el hecho de una calle Larios peatonal y ahora ya ni nos acordamos cuando pasaba el tráfico rodado, al principio el malagueño no se hacía con ella y hoy sólo hay que pasearse para ver que nunca está vacía, que se hace uso de ella de forma intermitente.

Respecto al centro histórico, es palpable que, a pesar de los esfuerzos por reurbanizar calles y plazas, no se obtiene el mismo resultado en cuanto a la conservación del patrimonio arquitectónico. Observamos una y otra vez demoliciones, ya sean totales o parciales. Es lamentable el estado en el que se encuentran algunos edificios históricos como la casa donde nació Cánovas del Castillo. O el caso de barrios con calle angulosas por donde da miedo pasear
¿Qué falla para que no podamos conservar nuestro patrimonio arquitectónico y para no hacer reutilizables esos espacios?
Hace falta una buena política de conservación del patrimonio. No soy partidario de un criterio individual, tendríamos que aprender de muchas otras ciudades donde los edificios se ‘modernizan’ por dentro pero mantienen sus fachadas. Ha sido un asesinato arquitectónico la desaparición de las antiguas corralas por dejadez, o el caso de La Coracha, hemos perdido un patrimonio irrecuperable, una estética nuestra, una seña de identidad.

¿Es posible recuperar el urbanismo del barrio tradicional, la plaza cerrada, la calle no muy ancha, etc, o está superado?
Opino que aún estamos a tiempo en algunas zonas, como en el centro, o la judería, y que es necesario, forma parte de nuestra seña identificativa y ahí tenemos ejemplos sin salir de la Comunidad Autónoma como pueden y deben convivir la zona moderna y la antigua en el caso de Córdoba, Sevilla o Granada.

En cuanto a la arquitectura moderna, ¿Tiene su lugar en el centro? ¿Y cómo es posible doblegar las reticencias a su implantación en el casco histórico?
Hay que ser mesurados. Combinar ambas, aunque prefiero la arquitectura tradicional en el centro, como he dicho anteriormente, con una nueva zona de arquitectura moderna.

¿Considera adecuado conservar sólo las fachadas de algunos edificios con menos protección arquitectónica? ¿Cree que deberían revisarse los criterios de consideración del grado de conservación de los edificios históricos?
Todo criterio ha de ser revisado al transcurrir el tiempo y adaptarlo a las nuevas circunstancias. Sobre todo si se ha detectado que ciertas fisuras en las definiciones han permitido unas alteraciones sobre el objetivo inicial de protección.

¿Cuál es, a su juicio, el rumbo que está tomando el urbanismo actual a nivel internacional? ¿Está Málaga en la línea de lo que se proyecta a ese nivel?
No, estamos mejorando pero sin duda aún nos queda mucho para estar a un buen nivel. El nuevo PGOU es un paso más.

¿Cree que Málaga posee identidad propia, rasgos distintivos?
Por supuesto, toda ciudad tiene sus rasgos distintivos, y de hecho podemos reconocer una ciudad por su estética viendo una simple fotografía, no perdamos nuestro sello ni nuestra alma.

¿Cuál es para usted el modelo de ciudad que más le haya sorprendido?
El modelo ideal debería estar basado en una ciudad diseñada y adaptada para el ciudadano. La ciudad socialmente sostenible y con eficiencia energética debe crear un equilibrio entre los distintos usos y al mismo tiempo que tenga la flexibilidad de alternar espacios productivos con residenciales y que estos se convierta en espacios de ocio y deportivos, armonizando la alternancia de uso entre los días festivos y los laborales. Una ciudad que se acerca a este modelo puede ser Zaragoza.

¿Qué cinco grandes proyectos considera más urgentes en Málaga?
• La puesta en servicio de las líneas 1 y 2 del Metro y las pendientes de iniciar.
• La consecución de la zona de los antiguos depósitos de Repsol.
• La recuperación de la zona de Arraijanal, para uso ciudadano.
• La ejecución del Hospital general.
• La ejecución de un nuevo puerto deportivo.

Si de usted dependiera, ¿qué edificio de la ciudad de Málaga echaría abajo?

Reestructuraría la zona Postigo de los Abades con la manzana del Hotel Málaga Palacio, recortando su altura y trasladando parte de su edificabilidad a otro lugar de la ciudad. Le devolvería a la Catedral su vista originaria desde y hacia el Puerto.

Le invitamos a soñar. Enuncie un proyecto posible o imposible para la ciudad de Málaga.

Conectar peatonalmente mediante un paseo marítimo, desde un extremo de la ciudad hasta el otro, desde Guadalmar hasta el Peñón del Cuervo. Convertir Málaga en una ciudad conectada al mar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues personalmente y si de mi dependiera tiraría toda la zona oeste de Málaga. Porque vaya imagen que damos.

Anónimo dijo...

He leído atentamente ambas entrevistas, además de conocer ya ambos blogs, a cuyos autores doy la enhorabuena por el trabajo que realizan. No obstante, creo ver un error en las respuestas de Nicolás Sánchez cuando dice que "se ha perdido el fantástico interior del palacio del Marqués de la Sonora". Según mis informaciones creo que eso no es así. No obstante, un saludo y enhorabuena de nuevo. Sergio Andrade