ESPECIAL 20 N. CAYO LARA. IU

CAYO LARA. IU.

Los más de 950.000 votos lo convierten en la tercera fuerza política con mayor porcentaje de votos. Sin embargo, la ley electoral vigente en España le dio 2 escaños, perdiendo el grupo propio. Hablamos aquí con Cayo Lara, que sucede a Gaspar Llamazares en la secretaría general de Izquierda Unida.


Haga autocrítica, ¿qué ha hecho mal su partido?
Las cosas siempre se pueden hacer mejor, en efecto. Supongo que aún tenemos que mejorar mucho en nuestra capacidad de hacer llegar a la gente nuestros mensajes y propuestas. También es cierto que otros lo tienen mucho más fácil, pues lanzan mensajes elementales utilizando la técnica del machaque, hasta que al final convierten una mentira en verdad a base de repetirla tantas veces como sea necesario.

Es el caso de ese supuesto axioma con el que tanto insisten PP y PSOE sobre la inevitabilidad de las medidas de ajuste aplicadas, pues según ellos hemos vivido “por encima de nuestras posibilidades”. Lo cual no es cierto y lo vemos, por ejemplo, con la vivienda; si el estado hubiese intervenido en la construcción de vivienda pública la gente no habría tenido que endeudarse para adquirir viviendas en el mercado privado y a precios abusivos. Otro aspecto que debemos definir mejor en el futuro es nuestra política de alianzas. Hemos hecho un gran esfuerzo en estos últimos tiempos, pero también es cierto que nuestra oferta de Convocatoria Social no termina el 20N. Seguiremos en ello.

¿Podría decirme brevemente qué defiende su partido?
Desde Izquierda Unida defendemos un cambio político sustancial que conlleve un giro económico, social, cultural y ético radical. Una fuerza de izquierdas alternativa debe tener como objetivo la consecución de una democracia avanzada, en el marco de un Estado federal, republicano y solidario que amplíe los marcos de libertad y participación y garantice el bienestar económico, social y cultural de los ciudadanos. Una sociedad que establezca un nuevo modelo de desarrollo ecológicamente sostenible, donde las grandes opciones socioeconómicas sean reguladas democráticamente. Estamos ante un ciclo histórico en el que se pone de relieve que los cambios no se consiguen el Parlamento únicamente, sino que se logran cuando existe la fuerza social para materializarlos.

Sabemos que para cambiar el régimen económico tiene que haber cambios políticos para los millones de personas que sufren la crisis. Por ello, en este momento más que nunca, debe estar ligado el trabajo institucional con el social para avanzar hacia una democracia plena, partiendo del reconocimiento del valor fundamental de los movimientos sociales como base de la revolución democrática que este país necesita.

Uno de los aspectos que más llama la atención es la elevada abstención. En 2004 cerca del 25 % de la población no fue a votar por ejemplo. ¿A qué cree usted que se debe?
Nuestra sociedad corre el serio peligro de que la gente continúe su desapego de la política. Las razones son múltiples, quizá la primera de ella es que la gente ve a los políticos como una casta. Es evidente que los casos de corrupción, como la ‘Gürtel’ son muy nocivos para la salud democrática. Hacen mucho daño también cuestiones que no son corrupción pero que destruyen la visión ética de la política, por ejemplo el hecho de ver a dos ex presidentes como González y Aznar, cobrando un sueldo vitalicio del Estado y, a la vez, percibiendo sus buenos honorarios de empresas que ellos mismos privatizaron en su acción de gobierno.

Los ejemplos, por desgracia, son numerosos, pero hay un factor determinante que echa por tierra cualquier antídoto al respecto, y es ese manto negro que se colocado por encima de la política y que asegura que todos los políticos somos iguales, y eso es mentira. En lo personal, yo respondo de mi pasado y de mi presente y nadie tiene derecho a mezclarme con lo de otros, entre otras razones, porque yo también he sido víctima de determinadas prácticas, ah pero eso sí, yo he dado la cara.

Especialmente llamativa es la abstención entre los jóvenes. ¿No llega su discurso político a los jóvenes?
Afortunadamente hay muchos jóvenes que se están implicando y ahí tenemos al movimiento 15M. No obstante, es cierto que otros muchos jóvenes permanecen alejados de la política y no participan de ésta. Es evidente que esto no es saludable para la democracia porque cuartea la sociedad y la divide en compartimentos estancos.

Hemos de tener en cuenta diversos fenómenos, por ejemplo, hoy en día ya apenas quedan grandes empresas donde antes los trabajadores compartían sus cometidos laborables con tareas sindicales. Esa forma de entrar en una realidad común, junto con otros compañeros, enriquecía mucho la perspectiva y la capacidad para interpretar los escenarios. Bien, ese es un obstáculo no pequeño, pero hay muchos más. Si hablamos del mundo de la cultura y de la comunicación, en fin, si hablamos de cosas que nos rodean como la televisión o el cine, observamos que los contenidos cada vez se alejan más de un análisis social de nuestra realidad, se eluden los conflictos laborales, por ejemplo, y esto conforma una realidad líquida que suplanta a nuestra auténtica realidad cotidiana, con sus más y sus menos. En fin, este es un aspecto apasionante del que ya se están ocupando grandes estudiosos. Recientemente leí un magnífico ensayo sobre estos asuntos, ‘Belén Esteban en la fábrica de porcelana’, de Miguel Roig, lo recomiendo.

15 MY/ Democracia Real Ya ha supuesto un movimiento social de protesta importante en nuestro país ¿qué significa dicho movimiento para ustedes?
Tenemos que sentirnos orgullosos, no de las razones que le han alentado, pero sí de la capacidad de respuesta de este movimiento. En este país han ocurrido cosas muy graves en estos últimos tiempos y mucha gente, jóvenes y no tan jóvenes, han venido a decir que ya vale, que se están alterando gravemente las reglas del juego y que la democracia no es esto que nos están vendiendo.

Nosotros, como organización, estamos siendo muy respetuosos con el movimiento y, no obstante, mucha gente de IU ha participado y participa en éste. Por otra parte, muchas personas del movimiento que no son de IU han contribuido en nuestro proceso de Convocatoria Social y han hecho sus aportaciones para nuestros programas. Algunos de nuestros candidatos y candidatas, como Alberto Garzón, que encabeza la lista de IU por Málaga, han sido elementos importantes del movimiento. Es evidente, por otra parte, que muchas de las reivindicaciones del movimiento estaban ya desde hace años en nuestro ADN, como la necesidad de reformar la ley electoral. En cualquier caso, quiero resaltar nuestro respeto con la autonomía del movimiento.

La Constitución española dice que nuestro país es un Estado Laico, sin embargo, es obvio el poder que tiene la Iglesia Católica ¿cuál es su postura al respecto?
El laicismo supone la existencia de las condiciones políticas, jurídicas y sociales que permiten garantizar el derecho al pleno ejercicio de la libertad de conciencia en cualquiera de sus manifestaciones y en un plano de igualdad. Hoy no existen tales condiciones porque el carácter aconfesional aludido en la Constitución viene negado con la afirmación del Art. 16.3 de que “los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones”. Se ignora así la libertad de convicciones de libre elección, limitando las creencias o convicciones a las que tienen un carácter religioso.

Esas relaciones se sustentan en: Concordato del año 1953, el Acuerdo base del 1976, los Acuerdos con la Santa Sede en 1979 y en la ley de Libertad Religiosa de 1980 que amparan subvenciones, privilegios fiscales, en la educación, presencia y simbología religiosa en instituciones públicas, negando el principio de separación entre Iglesias y Estado.

Para la construcción de un estado laico proponemos la reforma de la Constitución en sus artículos 16 y 27 para suprimir cualquier privilegio confesional, reforzando el carácter laico del estado y del sistema público educativo; la derogación de los Acuerdos con la Santa Sede de 1976 y 1979 y del Concordato de 1953; así como la derogación de la Ley Orgánica de Libertad de Religiosa de 1980 y elaboración de una “Ley Orgánica de Libertad de Conciencia” que proteja, sin distinciones ni privilegios, todo tipo de creencias y convicciones, sean de naturaleza religiosa o de cualquiera otra naturaleza. Estas son algunas de las medidas que proponemos.

Uno de los aspectos que más se ha criticado en los últimos tiempos es la actual ley electoral. Los críticos con esta ley señalan que votar en determinadas zonas de España o a determinados partidos vale más que hacerlo en otras zonas de España.
Hay que aclarar, en determinadas provincias y debido al pequeño número de escaños que se eligen nuestras posibilidades de obtener diputado son muy pequeñas. Ahora bien, todo los votos son útiles para la obtención del 5% requerido para poder tener un Grupo Parlamentario, pues son dos los requisitos, tener cinco diputados y alcanzar ese cinco por ciento al que me he referido.

Dicho lo anterior, hay que adecuar la composición de las instituciones representativas a la voluntad popular, expresada a través de sus votos y democratizar el funcionamiento de estas instituciones. Ese es nuestro objetivo, por lo que proponemos la reforma del sistema electoral para corregir los factores que provocan la desproporción y la desigualdad, como son el tamaño de las circunscripciones, su magnitud, la barrera electoral y la fórmula electoral, para garantizar la proporcionalidad en el reparto de escaños y la igualdad del valor de todos los votos. Asimismo se garantizará que todos los partidos tengan los mismos requisitos para concurrir a las elecciones sin ninguna discriminación.

Proponemos además avanzar en el derecho al sufragio, reconociéndolo a partir de los 16 años e incluyendo a las personas inmigrantes con 2 años de residencia en el Estado español.

En línea con los recortes económicos que se están llevando a cabo, muchos piden la disolución del Senado
En nuestro caso, la reivindicación no es de ahora ni tiene que ver con los recortes económicos que, por cierto, no harían falta si no se hubiesen hecho tantas rebajas fiscales a los más ricos en años pasados. Pero, en cuanto al Senado, nosotros proponemos una reforma radical para convertirlo en Cámara dotada de competencias exclusivas sobre política autonómica y dentro de un Estado Federal.

Dentro de nuestro programa, la reforma del Senado se encuentra enmarcada en el apartado de propuestas para democratizar el funcionamiento de las instituciones. El objetivo es dotarlo de competencias exclusivas en los temas de política autonómica, como cuerpo colegislador y órgano de control del Gobierno. Para nosotros, esta reforma debe ir acompañada de una modificación total del sistema electoral establecido para la elección de los miembros del Senado.

Muchas han sido las críticas hacia el sistema monárquico. ¿Serían favorables a otro modelo de Estado? ¿Cuál?
La Transición se ha constituido en todo un Régimen que ha ido consolidando aspectos conservadores de la misma, como la no ruptura política, moral ni económica con el franquismo, el modelo monárquico, el protagonismo de una Iglesia católica sufragada con fondos públicos, el modelo electoral de 1977, el control conservador de colectivos fundamentales como el poder judicial. Algunas conquistas de la izquierda para el texto constitucional no son hoy más que papel mojado.

En los últimos años son varios los síntomas de colapso del modelo, en medio de una crisis económica y política que golpea a la clase trabajadora y supone un vaciamiento de la democracia representativa. Para nosotros no existe libertad sino se dan las condiciones materiales que la hagan posible, la libertad republicana es la ausencia de dominación, tanto en los ámbitos públicos como privados, por eso entendemos que el Estado republicano debe ser un Estado social y laico.

Para ello, proponemos el inicio de un proceso constituyente que devuelva la voz y el poder de decisión de la ciudadanía. El proceso constituyente es un camino basado en la participación ciudadana, en la creación conjunta de unas nuevas líneas maestras que enmarquen la convivencia futura. La III República se fundamentará en un modelo de Estado federal, defendiéndose el derecho de autodeterminación de los pueblos que conforman el Estado basado en la libre voluntad de las partes en unirse en un proyecto común.

¿Por qué los políticos presentan una valoración tan negativa entre la población?
En lo sustancial, creo que en una pregunta anterior ya he respondido a esta cuestión. En nuestra memoria tenemos el nombre de políticos que han actuado de espaldas a los ciudadanos. Lo que lo llamo ‘caballos de Troya’ es muy significativo, esto es, esa nómina grande de políticos que han pasado de lo público a lo privado, en muchos casos llevándose los secretos de los Consejos de Ministros. Esto que vemos normal, en realidad es gravísimo, porque se trata de aquellos que están destruyendo lo público, lo de todos y todas. Este tipo de cosas son las que alejan a la ciudadanía de los políticos, por eso es bueno que la sociedad mantenga el vigor suficiente para controlar de cerca la labor de los políticos y de quienes entran en la gestión de lo público.

¿Una Utopía?
Un mundo en paz, o lo que es lo mismo, un mundo sin hambre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Parece que van a alcanzar los ocho escaños, ¿no creen que su discurso ya queda algo desfasado?

David Martín Gijón dijo...

Aunque no lo quiera reconocer, Izquierda Unida estaba en la lucha del 15-M mucho antes de que existieran indignados. Es más genuina