COMO SI… LA LUZ
Como si por
fin, la luz llenara todos los rincones. Como si, ya fuera del túnel, pudiéramos
disfrutar del día. El mal existe, y el bien también. Y luchan entre sí desde
nosotros.
Sin cerrar
los ojos. Sin dejar de ver la realidad de personas y cosas. Sin engañarse uno mismo ante el
cinismo, los abusos de los partidos y de los sindicatos, su corrupción, su
verborrea y su hipocresía. Siendo conscientes de la difícil situación
económica, que pagan principalmente los más débiles, la demagogia, la doble moral y la jaula de
grillos…hay que decir con valentía, que todo no es eso. Eso no es todo. La vida
es mucho más. La mancha de la corrupción
es negra, grande y se extiende, pero no es justo decir que TODO es negro. Ni aquí, ni en el mundo.
Es tan
injusto generalizar, como ponerse la venda en los ojos y decir que no hay nada
que deba corregirse. Hay que cuestionar lo que se hace mal, los abusos de
poder, los chanchullos, el enchufismo, los privilegios, la mala gestión y la no
igualdad ante la ley. Hay que implicarse
y decirle al enfermo su mal para que se opere
y se cure o se morirá y causará más sufrimiento a su familia. Hacer esa
denuncia, con tintes fuertes y apremiantes, no es ser pesimista. Es buscar que
despierten y se produzca una regeneración.
Quien no pueda o no lo entienda, que se vaya antes de que sea
tarde. “Si sus dirigentes no se dan
cuenta del rechazo general que provocan y no se regeneran desde dentro, se
enfrentarán un día no lejano con el estallido de la indignación popular”. (L.
M. Ansón)
Dicho lo
cual, afirmo, que la política, a la mayoría, nos importa más bien poco. Importan las personas, los golpeados y los
débiles. Sufrimos, sobre todo, por las
situaciones de injusticia, por la
ignorancia, la manipulación y la falta de ética. En una palabra, porque
buscamos aire para respirar y nos gusta
la claridad y la luz. Porque lo deseamos para todos. Importa la sociedad
civil, la falta de referentes y de
proyectos ilusionantes.
Ahora bien,
yo pienso pero no soy el único, que:
“Todo empieza y todo acaba en ti”, como dice el título del último álbum de
cantante Ismael Serrano. Para muchos, el éxito o el fracaso, la felicidad y el
crecimiento, e incluso el progreso no depende de quién gobierne, ni de los
jueces, ni siquiera de nuestros seres queridos. Depende de la fuerza interior.
La mayoría ni nos contentamos con lo que hay ni tememos al futuro.
El futuro
dependerá del cambio de actitud. Pero el cambio de orientación comienza en el
interior, en las ideas y en la fuerza de cada uno, valorando y apreciando y
disfrutando de todo lo bueno que nos rodea cada día. Es verdad que vivimos en
común, que no estamos solos, pero precisamente porque estamos conectados, en la
medida que alguien avanza dando la mano, la Humanidad progresa. Y esto, sea
cual sea su trabajo, la responsabilidad que en él ocupe y el lugar de la tierra
en que se encuentre.
Si como
dicen, se atrae riqueza con gestos de generosidad, se aleja la injusticia con
gestos de bondad, con la honradez y el
esfuerzo se insta a que otros se fijen y comprendan que hay muchas cosas que se
pueden hacer de otra manera. Solo quienes piensan de otra manera pueden cambiar
los problemas actuales. Solo quienes aman la vida luchan por ella y su futuro
con todas sus fuerzas. Y además, sin odios ni exclusiones, porque con aciertos
y fracasos, somos deudores de cuantos nos han precedido hasta llegar al momento actual.
Muchos, han
comprendido al sentirse en paz y en armonía consigo mismos y con la naturaleza,
que la energía superior y la luz disipa las dudas, los temores; que la
felicidad es consecuencia de la claridad y de la tranquilidad de conciencia.
Como si con solo pensarlo,
confiadamente, el bienestar se
materializara en su entorno. Como si el
cambio ya hubiera ocurrido, luchan por él con alegría, desde que sale el
sol. Son emprendedores y valientes. No puede todo ser exterior, ni estar a
merced de quien no mira más que su propio provecho.
Necesitan un
poco de sosiego y de silencio. Se apartan del cotilleo, la bronca, la calle y
los enfrentamientos dialécticos y partidistas porque son vistos como una
pérdida de tiempo y de energía. Viven
simple y apasionadamente un propósito, una finalidad en la vida. Encuentran incluso inspiración y son
creativos. Nunca se cansan de aprender, y de hacer algo por los demás. No es
utopía, ni escapismo. No intentan contentar, sino ser auténticos y honrados.
Estas personas existen, y la sociedad las necesita.
Es el otro
aspecto de la realidad. La otra cara de la luna existe, aunque no la veamos.
Las ideas son la palanca que hace avanzar el mundo. El interior de cada uno
tiene un potencial infinito que la mayoría desconoce. Tal vez la razón, el
materialismo y el consumismo han arrojado al espíritu de los seres humanos, de
la sociedad, de la familia y del trabajo. Pero somos espíritus encarnados.
Tenemos que volver a descubrirnos y conocernos.
El día que
lo hagamos, tendremos la mayor y más grata sorpresa. Es como si no hubiera que
esperar el cambio, porque el cambio se
está produciendo en cada instante. La luz está dentro. Ellos son los motores
del cambio. Estas personas dicen, con la
mayor sencillez: “cambia tu forma de ver las cosas y cambiarán las cosas que
ves”. Y eso en todas las situaciones de
la vida.
1 comentario:
Gracias Josema, cuanta razón tienes , pues son tantas las veces que desilusionada de tanta corrupción ,y talves,cansada de tanto haber luchado desde mi juventud , me doy cuenta que aun ahora, entrando en mis años invernales, debo seguir cultivando mi espíritu y que desde donde este, sea capas de ser testimonio de bien para los demás .
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