COMO SI… LA LUZ. JOSÉ MANUEL BELMONTE


COMO SI… LA LUZ                      
Como si por fin, la luz llenara todos los rincones. Como si, ya fuera del túnel, pudiéramos disfrutar del día. El mal existe, y el bien también. Y luchan entre sí desde nosotros.

Sin cerrar los ojos. Sin dejar de ver la realidad de personas y  cosas. Sin engañarse uno mismo ante el cinismo, los abusos de los partidos y de los sindicatos, su corrupción, su verborrea y su hipocresía. Siendo conscientes de la difícil situación económica, que pagan principalmente los más débiles,  la demagogia, la doble moral y la jaula de grillos…hay que decir con valentía, que todo no es eso. Eso no es todo. La vida es mucho más.  La mancha de la corrupción es negra, grande y se extiende, pero no es justo decir que TODO es negro. Ni  aquí, ni en el mundo.


Es tan injusto generalizar, como ponerse la venda en los ojos y decir que no hay nada que deba corregirse. Hay que cuestionar lo que se hace mal, los abusos de poder, los chanchullos, el enchufismo, los privilegios, la mala gestión y la no igualdad  ante la ley. Hay que implicarse y decirle al enfermo su mal para que se opere  y se cure o se morirá y causará más sufrimiento a su familia. Hacer esa denuncia, con tintes fuertes y apremiantes, no es ser pesimista. Es buscar que despierten y se produzca una regeneración.  Quien no pueda o no lo entienda, que se vaya antes de que sea tarde.   “Si sus dirigentes no se dan cuenta del rechazo general que provocan y no se regeneran desde dentro, se enfrentarán un día no lejano con el estallido de la indignación popular”. (L. M. Ansón)

Dicho lo cual, afirmo, que la política, a la mayoría, nos importa más bien poco.  Importan las personas, los golpeados y los débiles.  Sufrimos, sobre todo, por las situaciones de injusticia,  por la ignorancia, la manipulación y la falta de ética. En una palabra, porque buscamos aire para respirar y  nos gusta la claridad y la luz. Porque lo deseamos para todos. Importa la sociedad civil,  la falta de referentes y de proyectos ilusionantes.

Ahora bien, yo pienso pero no soy el único,  que: “Todo empieza y todo acaba en ti”, como dice el título del último álbum de cantante Ismael Serrano. Para muchos, el éxito o el fracaso, la felicidad y el crecimiento, e incluso el progreso no depende de quién gobierne, ni de los jueces, ni siquiera de nuestros seres queridos. Depende de la fuerza interior. La mayoría ni nos contentamos con lo que hay ni tememos al futuro.

El futuro dependerá del cambio de actitud. Pero el cambio de orientación comienza en el interior, en las ideas y en la fuerza de cada uno, valorando y apreciando y disfrutando de todo lo bueno que nos rodea cada día. Es verdad que vivimos en común, que no estamos solos, pero precisamente porque estamos conectados, en la medida que alguien avanza dando la mano, la Humanidad progresa. Y esto, sea cual sea su trabajo, la responsabilidad que en él ocupe y el lugar de la tierra en que se encuentre. 

Si como dicen, se atrae riqueza con gestos de generosidad, se aleja la injusticia con gestos de bondad, con la honradez  y el esfuerzo se insta a que otros se fijen y comprendan que hay muchas cosas que se pueden hacer de otra manera. Solo quienes piensan de otra manera pueden cambiar los problemas actuales. Solo quienes aman la vida luchan por ella y su futuro con todas sus fuerzas. Y además, sin odios ni exclusiones, porque con aciertos y fracasos, somos deudores de cuantos nos han precedido  hasta llegar al momento actual.

Muchos, han comprendido al sentirse en paz y en armonía consigo mismos y con la naturaleza, que la energía superior y la luz disipa las dudas, los temores; que la felicidad es consecuencia de la claridad y de la tranquilidad de conciencia. Como si  con solo pensarlo, confiadamente, el bienestar  se materializara en su entorno.  Como si el cambio ya  hubiera ocurrido,  luchan por él con alegría, desde que sale el sol. Son emprendedores y valientes. No puede todo ser exterior, ni estar a merced de quien no mira más que su propio provecho.

Necesitan un poco de sosiego y de silencio. Se apartan del cotilleo, la bronca, la calle y los enfrentamientos dialécticos y partidistas porque son vistos como una pérdida de tiempo y de energía.  Viven simple y apasionadamente un propósito, una finalidad en la vida.  Encuentran incluso inspiración y son creativos. Nunca se cansan de aprender, y de hacer algo por los demás. No es utopía, ni escapismo. No intentan contentar, sino ser auténticos y honrados. Estas personas existen, y la sociedad las necesita.

Es el otro aspecto de la realidad. La otra cara de la luna existe, aunque no la veamos. Las ideas son la palanca que hace avanzar el mundo. El interior de cada uno tiene un potencial infinito que la mayoría desconoce. Tal vez la razón, el materialismo y el consumismo han arrojado al espíritu de los seres humanos, de la sociedad, de la familia y del trabajo. Pero somos espíritus encarnados. Tenemos que volver a descubrirnos y conocernos. 

El día que lo hagamos, tendremos la mayor y más grata sorpresa. Es como si no hubiera que esperar el cambio, porque el cambio  se está produciendo en cada instante. La luz está dentro. Ellos son los motores del cambio. Estas personas  dicen, con la mayor sencillez: “cambia tu forma de ver las cosas y cambiarán las cosas que ves”.  Y eso en todas las situaciones de la vida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias Josema, cuanta razón tienes , pues son tantas las veces que desilusionada de tanta corrupción ,y talves,cansada de tanto haber luchado desde mi juventud , me doy cuenta que aun ahora, entrando en mis años invernales, debo seguir cultivando mi espíritu y que desde donde este, sea capas de ser testimonio de bien para los demás .