CARTA DE MARILÓ MONTERO

Mariló Montero es periodista, esposa (de Carlos Herrera, también periodista). En esta carta publicada en el Diario de Sevilla da su visión sobre la nueva ley del aborto. Debido a la repercusión que ha tenido en la red, uno de nuestros colaboradores ha solicitado sea publicada. Aquí os la dejo.

Me gustaría saber la identidad de los nueve expertos en los que laministra Bibiana Aído se escuda para defender que una niña de dieciséisaños puede abortar sin consultar con sus padres. Me gustaría saber de qué son expertos y si son padres y madres.

Me gustaría saber en qué se fundamentan para decir que dejar tan dramática decisión en manos de una adolescente aterrada es lo mejor para ella. Me gustaría saber si se han parado a pensar que esa criatura, tras mantener una relación sexual precipitada, va a empezar a sufrir lo que la literatura científica ya ha diagnosticado ante un aborto.

El síndrome de aborto reúne quince síntomas psicológicos que van desdela angustia al sentimiento de culpabilidad, la ansiedad, los terrores nocturnos, la depresión, los trastornos de alimentación o de la vida sexual. Síntomas que pueden llegar a aparecer, dicen los psicólogos de la Asociación de Víctimas del Aborto, incluso años después de haber abortado. Me gustaría saber con qué valor lanza la joven ministra Aído, con una sonrisa, como quien anuncia un anticonceptivo novedoso, que una niña dedieciséis años está tan capacitada para abortar como para casarse.

Una niña de dieciséis años no está capacitada para abortar ni para casarse, por mucho que se esté normalizando lo que son parches en la vida. Una cosa es que lo haga y otra bien distinta la sacudida que la vida le da a una adolescente casada, quien sale adelante gracias a los apoyos de la familia. Me gustaría saber quién le va a informar a una adolescente de dieciséis años de que si se queda preñada puede abortar sin decírselo alos padres y también en quién se va a apoyar ante semejante circunstancia.¿En la mamá-administración, o en su mejor amiga, con la que intercambialos vaqueros e inventa en su habitación coreografías de Beyoncé?

Me gustaría saber si esos expertos conocen lo que es ser padres y lascomplicaciones a las que nos enfrentamos para conquistar la confianza denuestros hijos en la difícil adolescencia. Me gustaría saber el protocolo de actuación que se llevará a cabo cuando una niña de dieciséis años acuda al centro para abortar y cómo será tratada. Me gustaría saber qué pretenden con esta propuesta de ley, que autoriza a que se rompa la confianza entre hijos y padres.

Y me gustaría saber qué se pretende de los padres el día que nuestra hija decidiera abortar en soledad. ¿La recibimos con un aplauso? ¿Le damos sopa caliente?¿Le preguntamos si llegó a ponerle nombre? ¿O quién habría sido el padre?¿Debemos obviar el tema, o celebrarlo con una barbacoa? ¿Trae esas instrucciones la nueva reforma de la ley del aborto? Una cuestión más:¿meterán en la cárcel a una madre que le discuta esa decisión a su hijaadolescente? O es la ley del "no se lo digas a mamá porque no la necesitas".

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Por qué se generalizan tanto estas cuestiones?. Esta ley no está hecha para una situación normal, sino para una anormal. Por normal entiendo que los padres se han estado trabajando la confianza de sus hijas e hijos a lo largo de su existencia. ¿O es que pensamos que sólo por ser nuestros hijos, ya van a contar estas situaciones a sus padres? De ser esta la situación, lo normal es que la hija se lo cuente a sus padres. Pero la ley no dice que no se lo cuente, sólo dice que no es necesario el consentimiento. Y es aquí donde está lo controvertido de la cuestión: ya que no es necesario el consentimiento, no se lo van a decir a sus padres. Vamos a obligar a las hijas a contar lo que han hecho y les ha pasado a sus padres, aunque estos no hayan estado ganándose su respeto y confianza. Vamos a obligar a las hijas a acatar la decisión de sus padres, aunque no sea la que ellas desean tomar. ¿Por qué nos gusta tanto sacar las cosas de contexto y exagerarlas?. Yo soy madre y espero que si mi hija está en esta situación, me lo cuente, con la libertad que le da el poder elegir y hacer finalmente su voluntad, si es posible asesorada por nosotros, pero, al fin y al cabo, su voluntad. Mejor eso que no contarlo por temor a no poder elegir, mentir y hacerlo en su lugar que no reúne las condiciones adecuadas. O tener un hijo no deseado porque te lo imponen tus padres.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con lo que dices. No obstante, ya sabrás que aquí en España se pasa rápidamente del blanco al negro y así va la cosa.

Anónimo dijo...

Yo siento disentir de la autora del documento, pero me parece una ley adecuada, aunque si tergiversada por algunos. Lo que no entiendo es que el Partido Popular encabece ahora manifestaciones en contra del aborto cuando durante su mandato la ley era prácticamente la misma.

Tania dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con el primer comentario y no así con la periodista autora de esta carta.En primer lugar pienso que un tema tan delicado como es el aborto debe contemplar varias posibilidades,y no ceñirse al pie de la letra a lo que unos u otros digan que se debe hacer.Todos somos conscientes de que una niña con 16 años por muy embarazada que esté,no deja de ser una niña y probablemente a todos nos parezca ese hecho,de entrada, una "atrocidad" pero lo cierto es que entre tanto,existe una realidad y esa niña debe de tomar una decisión al respecto.Ni esta ley ni nadie con pleno uso de razón aconsejaria a una niña en ese estado que tomará una decisión de dicha embergadura sin el apoyo,opinión o consejo de los padres pero si dada la circunstancia por X motivos esos padres no gozan de la confianza de la niña,¿no será mejor dejar en última instancia en manos de ella esa decisión?Es su futuro al fin y al cabo el que está en juego.Y quiero pensar que será una minoria las niñas que decidan no contar con sus padres,por que en ese caso podemos echarnos las manos a la cabeza como educadores,pero no creo que esté mal contemplar esa posibilidad dentro del marco legal.