REFLEXIONES SOBRE UNA FICCIÓN DEL FUTURO. ANTONIO MARTÍN



Humanismo 2.0: Reflexiones reales sobre una ficción del futuro.


Aunque suelo celebrar mi fin de año el 15 de Septiembre, me es imposible evitar, aunque uno quiera, ciertas cosas como las listas “que pasará en”.

Con el empacho de lo que será de nuestras vidas en este nuevo año, que les deseo feliz, quisiera hacer un “que pasaría sí”.

Quede claro que el que aquí escribe lo hace con el mismo rigor científico que el resto de listas utilizando sus predicciones y jugando con ellas.

Vamos a echarle ingredientes al caldo. Por un lado tenemos tecnología, banda ancha movil, smartphones, redes sociales, wikileaks, ipads, realidad aumentada… y por otro tenemos personas, storytelling, Sociedades del Conocimiento, privacidad…
Y ahora déjenme hacer dos sofritos rápidos.

El primero es, ¿Qué está pasando con nuestra libertad y porque casi nadie se lo pregunta de esta forma? Wikileaks ha sido el detonante para evidenciar, de forma clara, que hay ciertos intereses en que la red no sea ni neutra ni transparente, y que sólo sea controlada por unas élites, bien económicas, políticas y culturales. El cambio de Internet no está en el acceso a la información, que también, sino en la verdadera democratización de esta, sin agentes intermedios.
Ahora, añadan a la sartén la Ley Sinde, el rechazo de las compañías y gobiernos a Wikileaks, la Ley Hadopi o las políticas contrarias a asegurar la neutralidad de la red. No hablemos ya de la incapacidad política para poner en marcha políticas participativas en la red. Estamos decidiendo los derechos civiles de la sociedad futura y nos paramos a contar las pesetas que gana un artista, con todo el respeto del mundo.

El segundo, ¿Cómo pretendemos alcanzar las esperadas Sociedades del Conocimiento y eliminar la superficialidad de la información, si constantemente estamos poniéndole trabas? Me explico. Por un lado, todos parecemos estar de acuerdo en el “peligro” de la era de la información y de la red en la poca profundidad (o tiempo) que le dedicamos a procesar lo que recibimos. Esto es, básicamente, como sí alguien quisiese quemar una biblioteca porque ha leído una línea de cada libro y no se ha enterado de nada o ha cogido uno malo.
Pero escuchado el argumento, los siguientes son poner trabas a que circule la información que rompería de una vez por toda esa asimetría informativa y nos permitiría llegar al conocimiento. Ahora, añadan y remuevan las muestras proteccionistas de periodistas frente al “periodismo” ciudadano, el cierre de comentarios en editoriales, las políticas de privacidad de datos absurdas, el parcelamiento de Internet mediante aplicaciones que cada vez se favorece más como modelo de negocio a seguir, la misma Ley Sinde o Wikileaks.

Ahora, con el guiso hecho, disfrútenlo. Imaginemos que superamos con éxito estas dos preguntas, que lo haremos, confío, gracias al poder de la herramienta. Plantéense un mundo más allá, dónde nuestros móviles actualicen cada minuto lo que hacemos, dónde todo el mundo tenga el mismo acceso a la misma información y lo que es más importante, la capacidad de elegirla y pensarla, dónde la democracia sea pura y dónde, pasada la Sociedad del Conocimiento, lleguemos a la Sociedad (Virtual) Humana.
¿A dónde voy? Voy a que la comprensión que tengamos sobre el otro sea extrema, y por tanto, podamos ser justos y tolerantes. Significa que cuando esperes algo de Juan seas capaz de saber que su hijo ha pasado una mala noche, ha tenido problemas y ese día ni siquiera se lo pidas. En el fondo, es ampliar lo que entendemos por evaluación continua al resto de la sociedad. Es precisamente eliminar la alienación de la sociedad industrial y cerrar el círculo.

¿Funcionaría? ¿qué me dicen de lo aburrido que sería? Sin sorpresas, ni negativas ni positivas, casi podríamos leer las mentes y ya saben lo que eso causa (que se lo digan a EEUU con cada cable). Quizás el éxito radique en un nuevo equilibrio, más acorde a conocernos más fácilmente de forma más profunda, de un nuevo modo. Necesitamos pensar más en las personas y su circunstancia. Todo hoy es más rápido, conocer a alguien (y su circunstancia) con cierta profundidad y criterio tiene que ser también más rápido.

¿Dónde está entonces el equilibrio? Pues volviendo a la tierra, la “especial” forma de comprensión “flexisegura” que tiene el andaluz me parece una buena aproximación, quizás porque llevamos toda una vida con pueblos de ida y vuelta, quizás porque aquí se entienda, mejor que en cualquier sitio, que no somos un factor de producción.
ANTONIO MARTÍN

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me temo que en un porcentaje importante los que mandan ya nos tienen controlados y aborregados.