EL
TELEOPERADOR
Identifiqué al monger en cuanto entró en
el velatorio. Busqué la foto que le hicimos esta mañana y comprobé que era él.
Y la pulserita de silicona con la bandera española era definitiva.
Hizo un par de fotos al cadáver -como
mucha otra gente- y se sentó unos minutos en primera fila, entre varios
ancianos. Luego siguió la fila de gente que iba hacia la salida. Le seguí
porque pensé que todavía podría ponerse a gritar algo o intentar escribir
alguna salvajada en los libros de visitas, y sé que en ese caso yo conservo más
la calma que otras personas.
El monger se paró al fondo del salón
hizo un rápido y disimulado saludo fascista que casi nadie vio. Luego se acercó
a las mesas con los libros de firmas. Me quedé cerca esperando. Cuando cogió el
boli pude ver que le temblaban las manos. Me acerqué y le dije:
- No seas gilipollas y no pongas
insultos, que esto es para la familia.
- No son insultos, sólo quiero poner la
opinión que mi gente tiene de...
- Esto no es para tu gente, es para la familia.
Un par de personas ya se percataron de
qué iba el tema y le increparon algo, sin gritos ni insultos, sólo indignación.
Había mucho represaliado, mucho exiliado, mucho hijo de fusilado y era normal
que la gente se pusiese nerviosa con quien va allí a tocar las narices. Pero lo
peor que podría haber pasado es justo eso y que Intereconomía, COPE, La Razón y
demás Españaza llenasen portadas victimistas, así que preferí hacerlo yo de
buenas.
- Por hoy ya te has hecho el héroe
bastante. Has traído tu cartel, tu pulsera, has entrado, has hecho fotos, has
levantado el brazo... Ya puedes twittearlo y quedar de valiente con tus
colegas. Ahora no seas gilipollas, déjate de poner insultos, respeta el dolor
de esta familia y haz el favor de irte, como te ibas a ir, sin liarla. ¿De
acuerdo?
Creo que la mención al cartel, que fue
horas antes por la mañana, es lo que más le impresionó. Como la Policía le
identificó entonces igual pensó que podría terminar esposado.
- No estoy haciendo nada.
- Y nadie te está haciendo nada,
¿verdad? El acceso es público, nadie te lo ha impedido, tienes tu foto, nadie
te está empujando, ni insultando ni nada, ¿verdad? Pues haz tú lo mismo y ahora
que ya tienes tu trofeo y te ibas, ten un mínimo de respeto, vete y no la líes,
que esto es un velatorio.
Se dio la vuelta y se fue y yo me quedé
hablando con los pocos que se dieron cuenta de qué estaba pasando.
Por su forma de temblar creo que estaba
aterrorizado, no sé qué se esperaba que le fuesen a hacer. Pero por su balbuceo
y mirada vidriosa tampoco descarto que tuviese algo de retraso.
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