“Consideramos evidentes por sí mismas
las siguientes verdades: todos los hombres han sido creados iguales; el creador
les ha concedido ciertos derechos inalienables; entre esos derechos se cuentan:
la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Los gobiernos son
establecidos entre los hombres para garantizar esos derechos y su justo poder
emana del consentimiento de los gobernados. Cada vez que una forma de gobierno
se convierte en destructora de ese fin, el pueblo tiene derecho a cambiarla o
suprimirla, y a elegir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y
organizar sus poderes en la forma que a su juicio sea la más adecuada para
alcanzar la seguridad y la felicidad. (...).
Cuando una larga serie de abusos y usurpaciones,
dirigida invariablemente al mismo objetivo, demuestra el designio de someter al
pueblo a un despotismo absoluto, tiene el pueblo el derecho, tiene el deber de
derrocar ese gobierno y establecer nuevas garantías para su futura seguridad
(...).
No hay comentarios:
Publicar un comentario