LA
LIBERTAD DE TODOS LOS DEMÁS
El cheque escolar permite que cada familia escoja el
centro de enseñanza (variados y distintos) que considere mejor para sus hijos.
No hay que tener miedo a la libertad. TroyMcClure.
Libertad, ¿para qué? Y en este caso, ¿para quién?
¿Acaso cree usted que hay que concederles a los padres libertad para que
impongan a sus hijos la educación que les dé la gana? Aunque la paguen con su
dinero, ésa no es la cuestión. Mi punto de vista es que la escuela está precisamente
para lo contrario: para garantizar la libertad de los hijos frente a los
padres. ¿A quién hay que proteger? ¿Al padre que no quiere que sus hijos
reciban transfusiones de sangre ni que estudien la teoría de la evolución o más
bien hay que proteger a esos hijos frente a sus propios padres? Para mí, sin
ninguna duda, se trata de la opción B. Y lo único que la garantiza es la
escuela pública obligatoria y única, con la prohibición de la enseñanza
privada.
Los hijos no son dioses, no tenemos derecho a hacerlos
a nuestra imagen y semejanza. Como decía Marx, son los hombres los que crean
dioses, nunca se ha visto el caso contrario: un dios creando hombres (ni
mujeres ni un tornillo ni una mesa ni nada en realidad). La escuela es el único
contrapeso razonable contra el poder (asfixiante) de la familia, lo único que
te protege. Si tus padres son del Opus Dei, fanáticos musulmánes, cienciólogos,
militantes del PP sin complejos o tipos como yo, el único espacio de libertad
del que dispones para elegir quién quieres ser es la escuela. La escuela
pública obligatoria es el garante, no sólo de la igualdad de oportunidades real
(es decir, material, puesto que vas al mismo colegio que el vecino más rico de
tu barrio), sino también de la igualdad de oportunidades vitales, de poder
elegir quién quieres ser, a pesar de tu familia.
Decir que alguien tiene derecho a adoctrinar a sus
hijos y enviarlos a un colegio de su elección sólo porque lo pueda pagar, me
parece una barbaridad. La educación es demasiado seria para dejarla en manos de
los padres. La verdadera libertad, para los hijos y para todos, es la igualdad:
¿por qué le tiene usted tanto miedo a la libertad en condiciones de igualdad?
¿Le asusta tanto como para admitir en serio que cada uno sólo tiene la libertad
que pueda pagar? A mí la libertad de la igualdad no me asusta y pienso que la
sanidad, igual que la escuela, sólo debería ser pública (y universal, por
supuesto). Si sólo hubiera sanidad y enseñanza públicas, ya vería usted como
mejoraba la calidad de la escuela y de los hospitales. No hay ninguna libertad
si no la tienen todos los demás, sin igualdad. No hay que tener miedo a la
igualdad. O como usted dice: “ no hay que tener miedo a la libertad”… de todos
los demás. Incluidos los propios hijos.
DIARIO ES
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