NO
TODOS HEMOS VIVIDO POR ENCIMA DE NUESTRAS POSIBLIDADES
Ir a comentarios Desde los altos
círculos de poder, y especialmente a través de los medios de comunicación, se
intenta expandir sutilmente la idea de que todos hemos tenido responsabilidad
en la gestación y desarrollo de la crisis económica española cuyos efectos
impiden hoy día que la actividad económica se recupere. Se nos dice que “todos
hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”, con la intención de generar
un sentimiento de culpabilidad que nos predisponga a aceptar los sacrificios
que se nos imponen. Según esta visión, puesto que todos hemos cometido excesos,
todos debemos pagar ahora un precio por ello. Este mensaje ha tenido un notable
éxito en la sociedad española, teniendo como resultado que muchas personas
acepten sin rechistar el recorte de derechos sociales y laborales, limitando
así el grosor poblacional que se rebela y protesta frente a este tipo de
medidas.
El triunfo de este mensaje contrasta con
el respaldo argumentativo que le subyace. Y no es para menos: la evidencia
empírica y los datos estadísticos no apoyan en absoluto el contenido de esta
idea; sino que precisamente lo contradicen. Un simple vistazo a ciertos
indicadores económicos de nuestra economía nos revelará una realidad muy
diferente a la que nos intentan reflejar: no todos hemos vivido por encima de
nuestras posibilidades, sino que son las grandes empresas y los hogares más
ricos los sectores que lo han hecho. Demostrarlo es bastante sencillo y es lo
que se abordará en este post y en el siguiente.
Uno de los mayores problemas de la
economía española es su sobreendeudamiento, ya que impide que los agentes
endeudados puedan contribuir positivamente a la recuperación de la actividad
económica (cualquier ingreso que reciban será destinado principalmente a
reducir su deuda y no a invertir o consumir, y así será hasta que deje de
suponer una carga importante). Según los últimos datos del Banco de España, la
cantidad de deuda total de la economía española (la suma de valores distintos
de acciones y el saldo vivo de préstamos) alcanzaba a finales de 2011 los 4,3
billones de euros (un 402% del PIB). De esta cantidad total, la deuda de las
administraciones públicas suponía el 77% del PIB, mientras que el resto (325%
del PIB) correspondía a la deuda privada (de familias y empresas). Esto
significa que del total de la deuda española, sólo el 19,1% es deuda atribuida
a las arcas públicas y el 80,9% es deuda contraída por las familias y las
empresas.
Aquí ya tenemos un dato curioso: la
mayor parte del problema del sobreendeudamiento español corresponde al sector
privado, y no al público. Esto contrasta con la idea que se transmite a través
los grandes medios de comunicación donde los debates se centran en torno a la
deuda alcanzada por las administraciones públicas, y nunca (o muy pocas veces)
en la privada. La deuda pública en teoría puede relacionarse con un exceso de
todos los ciudadanos, ya que se puede entender que el Estado se endeuda para
mejorar las condiciones de vida de la población. No obstante, no podemos
olvidar un factor muy importante: la deuda pública se ha mantenido constante a
lo largo de mucho tiempo e incluso comenzó a descender a partir de 2004. Su
aumento a partir de 2007 se debe a los rescates bancarios, y a la pérdida de
recaudación derivada de la recesión económica. El endeudamiento público, además
de presentar un porcentaje pequeño sobre el total de la deuda, no aumentó
durante el boom inmobiliario. Por todo ello, no tiene sentido atribuirle a las
administraciones públicas responsabilidad alguna en este reciente
sobreendeudamiento de la economía española.
Dejemos a un lado, entonces, la deuda
pública y centrémonos en la privada (formada por la deuda de los hogares y la
de las empresas). La deuda de las familias representaba el 83% del PIB,
mientras que la deuda empresarial alcanzaba el 243% del PIB. Esto supone que,
una vez considerada en solitario la deuda privada, solo el 25,5% pertenece a
los hogares, mientras que el restante 74,5% es de las empresas.
Esto quiere decir que la mayor parte del
problema de la deuda privada es atribuible a las empresas españolas. Las
empresas se han endeudado en cantidades muy superiores a las realizadas por las
familias españolas.
El análisis de la deuda de las familias
–que nos revelará que dentro de este sobreendeudamiento han destacado las
familias más ricas– será llevado a cabo en el siguiente post. Ahora nos
centraremos en la deuda empresarial.
Si estudiamos el endeudamiento de las
empresas atendiendo al tamaño de las mismas descubriremos un dato muy
llamativo: el 95% de toda la deuda empresarial española corresponde a las
grandes empresas (más de 250 empleados).
Es decir, casi la totalidad de la deuda
contraída por las empresas españolas es atribuible exclusivamente a las grandes
empresas. Las empresas no financieras invirtieron masivamente (y utilizando
especialmente técnicas de apalancamiento –esto es, recurriendo a endeudarse)
alrededor de dos conceptos: la vivienda y la diversificación internacional. Las
empresas financieras asumieron enormes riesgos también a través de operaciones
que eran mucho más rentables cuánto más recurrieran al endeudamiento. Es obvio
que este tipo de actividades están más fácilmente al alcance de las grandes
empresas, que cuentan con más y mayores recursos y medios que empresas más
pequeñas. Para un mayor análisis de las inversiones de las grandes empresas
leer este artículo de Juan Laborda: “Sí, en España la élites vivieron por
encima de sus posibilidades”.
Ahora bien, si queremos saber cuántas
grandes empresas existen en España puede que nos llevemos otra sorpresa. Según
datos del Instituto Nacional de Estadística, solamente 4997 empresas de las
3.250.576 empresas que hay tienen más de 200 empleados (INE no clasifica por
250 empleados, como hace el Banco de España). Es decir, solo el 0,153% de todas
las empresas españolas tiene más de 200 empleados. Deducimos por lo tanto que
el 95% de toda la deuda empresarial española pertenece a menos del 0,153% de
las empresas españolas. Son solo unas poquísimas empresas las que se han
excedido e hinchado el sobreendeudamiento empresarial español.
La constatación de esta concentración de
las deudas en tan pocas grandes empresas es totalmente contraria al mensaje
extendido de que “todos hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”. Una
vez recurrido a los indicadores económicos oficiales no queda más remedio que
dar por falsa esta idea. Los datos demuestran que una parte muy importante del
problemático sobreendeudamiento de la economía española es atribuible
únicamente a las grandes empresas españolas. Por lo tanto, podemos y debemos
decir valientemente y sin miedo que han sido principalmente las grandes
empresas las que se han endeudado en cantidades astronómicas y las que han
vivido por encima de sus posibilidades.
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