Error terrorífico, daño formidable
"Esta chica es formidable" fue la frase que escuché el viernes a uno de mis amigos hablando de una de mis amigas y pensé: el mundo está bien, la vida mejor y las personas son una fuente inagotable de aprendizaje y de reconciliación conmigo misma.
Hoy escucho en Radio Nacional de España a un importante periodista, hablando de un dictador popular, emitir el siguiente juicio de valor: "está haciendo un daño formidable"... Y estoy de acuerdo a medias. Me explico: daño sí considero que está haciendo, pero formidable... Me queda la sensación, al escucharlo, de que es estupendo que esté haciendo daño y entonces he entrado en lo que los psicólogos denominan disonancia cognitiva (lo que me ha provocado la necesidad de escribir este artículo de opinión).
He buscado también el significado de la palabra terrorífico: que produce terror y he encontrado, en mi memoria a corto plazo, la emoción que me produjo la muerte de un bebé, en un hospital materno infantil, por un error humano.
Y no fue terror, fue desesperanza lo que sentí y honda pena y una empatía enorme (sí enorme) hacia el padre y su familia y hacia la novel y joven enfermera que lo cometió.
Lo que me produce un terror formidable es que hombres influyentes, con una amplia formación y una dilatada experiencia profesional, cometan errores de bulto a la hora de expresarse en público a través de los medios de comunicación de masas (a veces sin fermentar, de ahí el miedo tan grande) y no me produce ni terror ni formidable el desgraciado error de una chica que, seguro, se cuidará mucho antes de cometer otro, si es que la dejan reconstruirse del destrozo que provoca en las seres humanas el sentimiento de culpa.
1 comentario:
Resulta algo vergonzoso como se delegan errores en otras personas en nuestro país. Pocas veces escucho a un responsable político haciendo autocrítica.
Publicar un comentario