LA GUERRA QUE TODOS PERDIMOS. ARTURO PÉREZ REVERTE

LA GUERRA QUE TODOS PERDIMOS.
ARTÍCULO PUBLICADO EN XL SEMANAL.

Los niños. Eso es siempre lo peor, en cualquier guerra; pero todavía hoy, cada vez que veo las viejas imágenes en blanco y negro, o las fotos desvaídas de hace sesenta años, me remuevo incómodo en el asiento al verlos pasar ante mí, llorando de la mano de sus padres por la frontera camino del exilio, agazapados en un portal mirando hacia arriba mientras suena el estrépito de las bombas, haciendo colas con ojos grandes de hambre y miedo para conseguir un mendrugo de pan.

El cadáver en la cuneta, el soldado que tiembla de frío en el frente de Huesca, el inválido ayudado por los compañeros que es empujado por los gendarmes franceses mientras se le cae la manta raída de los escuálidos hombros... Estos otros personajes son adultos; saben, o al menos deben saber qué diablos está ocurriendo. Por eso me producen menos compasión que esas docenas de ojos de críos que miran sin comprender. Que todavía hoy, medio siglo y una década más tarde, congelados en las sales de plata de la película fotográfica donde ya nunca envejecerán ni morirán, siguen mirándonos con ojos espantados que son una acusación, una denuncia, un insulto, un recordatorio de nuestro oprobio, nuestra vergüenza y nuestra locura.

Esa guerra civil no la viví; pero he vivido otras y sé que siempre son la misma. Esa guerra civil no la presencié, pero me la contaron cuando niño, mientras aún estaban frescas las heridas, la huella de la metralla en los muros de los edificios; cuando todavía había hombres y mujeres en cárceles y en el exilio y cuando el general Franco aún firmaba sentencias de muerte.

De las veladas alrededor de la mesa de camilla de mi abuelo recuerdo historias de bombardeos, y de ejecuciones públicas para después, ante los cadáveres hacer desfilar a las tropas a fin de que tomases buena cuenta de ello. Historias de héroes y de gentuza, mezclados unos con otros; indiferenciados bajo el mono azul de miliciano, la boina de requeté o la camisa azul de Falange. Relatos escalofriantes de amigos, vecinos y parientes detenidos de madrugada, sacados de su casa en pijama mientras la mujer y los hijos imploraban en la escalera; juzgados en tribunales sumarísimos, torturados en chekas, fusilados ante un paredón bajo la bendición de un cura con el yugo y las flechas bordado en la sotana, o asesinados a la luz de los faros de un camión en cualquier carretera. Esas viejas carreteras españolas, las monótonas autovías también nos borraron esa memoria, donde muchos años después aún me estremecía al ver los pequeños monumentos conmemorativos de lugares donde hombres de toda condición e ideología fueron asesinados con las luces del alba. Un nombre, una fecha, a veces una cruz. A veces flores secas.

Cada uno de nosotros tiene una, veinte historias familiares. Estúpidos aquellos jóvenes que no acuden a sus mayores a que se las cuenten, antes de que estas historias se extingan con ellos y duerman en el silencio sin aportar nada a las generaciones que no lo vivieron, haciendo imposibles la lucidez y la experiencia. Mis mayores han muerto, o están muriendo poco a poco,; pero el niño curioso que fui logró arrancar un puñado de esas historias al olvido, y ahora lamento que no hubieran sido más. Lamento las horas perdidas sin preguntar a aquellos que ya no están conmigo.

Eran- son las historias de cada uno de nosotros: de nuestros padres y nuestras madres y nuestros abuelos. Así pude saber, así sé, del tío Lorenzo, que cruzó el Ebro con diecisiete años y el agua por la cintura, con dos cojones, un máuser en las manos y los dientes apretados, que recibió un balazo y volvió a casa de sargento republicano con dieciocho años, y que nunca cumplió los veinte.

Así pude saber de cuando mi abuelo Arturo pasó cuatro horas bajo un bombardeo, pegado a la pared de un polvorín; o de cuando una noche unos milicianos quisieron llevárselo a dar un paseo porque había cenado a la luz de una vela y eso, decían, era señales para la aviación nacional. O de cuando sus antiguos compañeros de la Armada quisieron fusilarlo por haber permanecido fiel a la República. Así supe de mi madre con doce años llevándole comida a la cárcel a Pencho, mi otro abuelo, y cómo siempre pedía a los carceleros darle la fiambrera en persona, para así verlo un instante entre las rejas de un portillo y contarle a mi abuela que seguía vivo.

O de mi tio Antonio que todavía, con setenta tacos largos, llora cuando recuerda el día en que le llevó, teniendo trece años, en bicicleta, una tortilla de patatas hecha por su madre a su hermano, cuya brigada pasó un día a treinta kilómetros de Cartagena. O de mi abuela María Cristina paralizada en mitad de la calle en mitad de un bombardeo alemán. O de mi tio Peque, que aprovechaba los ataques aéreos para ir corriendo por las calles desiertas, llenas de cristales rotos, y ponerse el primero en la cola del pan antes de que la gente saliera de los refugios.

O de mi padre, caminando en una de las filas de soldados a uno y otro lado de la carretera, la manta al hombre y el fusil a la esplada, camino del matadero, salvado de casualidad porque un comisario se detuvo junto a él y preguntó quién de aquella fila tenía estudios y sabía escribir a máquina. O del tío de mi madre fusilado porque un vecino era militar, y los del piquete, que eran analfabetos, se equivocaron de piso. O la cajita de lata que siempre conservó, hasta su fallecimiento, mi abuela Juana, con las cartas escritas desde el frente por su hijo muerto, la bala que le sacaron en su primera herida , y el trozo de madera que, a falta de anestesia, apretó entre los dientes mientras le arreglaban el agujero que le hicieron en Belchite.


Cuántos muertos, y cuánto horror, y cuántos sueños, y cuánto heroísmo, y cuánta sangre, y cuánta mierda acumulado en sólo tres años. Curas santificando balas y justificando ejecuciones o siento torturados como animales, hasta morir. Generales, comandantes, soldados; heroicos y abyectos, y a menudo ambas cosas a la vez. Épica y barbarie, la mejor infantería del mundo contra la mejor infantería del mundo; Caín en plena forma, lo más hermoso y lo más miserable de nuestra tierra y nuestra raza maldita. Chusma acuchillando a los desvalidos, miserables aprovechándose del río revuelto, cambiando de chaqueta, congraciándose con el poderoso. Hombres honrados poniéndose en pie para pelear. Ojos de miedo y desesperación, balazos y bayonetas, casa por casa en Teruel, en la Ciudad Universitaria, monte arriba en Somosierra, Arriba España entre los escombros del alcázar de Toledo, Viva la República en el valle del Jarama. Moros, legionarios, milicianos, héroes y cobardes, vivos y muertos.

El patio del Cuartel de la Montaña en esa foto terrible, el suelo lleno de cadáveres, España eternaque se repite a sí misma en el ritual de la muerte y la tragedia. Plaza de toros de Badajoz, barcos prisión, españoles fusilados por comisarios húngaros o franceses o por legionarios alemanes o fascistas italianos, por hijos de puta que ni siquiera sabían hablar castellano y vinieron aquí a mojar en la sangre y en la muerte que sólo era de nuestra incumbencia, sin que a ellos les hubiera dado nadie maldita vela en nuestro entierro. Mujeres rapadas al cero, hombres humillados ante sus familias y sus vecinos, pidiendo clemencia o escupiendo a la cara a sus verdugos. Y esa foto que tanto me impresiona, la del español bajito y moreno con camisa blanca, que acaba de rendirse y al que llevan a fusilar, y que levanta los brazos resignado, fatalista, con una colilla en la boca.

Esa colilla, ya lo escribí una vez, que siempre tenemos en la boca los españoles cuando nos llevan al paredón.

Dios. Cómo amo y cómo detesto a este país nuestro, cada vez que miro esas fotos. Cómo me enternecen esos rostros que son el rostro de nuestra tragedia, de nuestra desgracia. Pobre gente y pobre España. Qué guerra tan atroz, y tan española, o tan atroz por española. Una guerra civil como Dios manda, guerra civil de la buena, la que enfrenta a hermano contra hermano, a hijo contra padre, a vecino contra vecino. En ninguna guerra como en ésa, la que tuvimos, las que tuvimos antes, y las que a unos cuantos desalmados e irresponsables no les importaría que volviéramos a tener, aflora toda la ruindad que albergan los rincones oscuros del corazón del hombre.

Los viejos rencores, la envidia, el odio vecinal tan propios de la condición humana y tan nuestros; tan españoles. Tú me quitaste la novia, tú desviaste el agua de la acequia, tú mataste un conejo en mis tierras, tú me negaste el pan, tú publicaste aquel libro, tú fuiste feliz y yo no. Delaciones, chivatazos, ajustes de cuentas, canallas que medran con el dolor, y el sufrimiento de los otros, desgraciados que se humillan para comer, o para sobrevivir. Cárceles, campos de batalla, cementerios, exiliados, Machado muriéndose enfermo de pena en el extranjero, Max Aub, Sénder, tantos pobres hombres, mujeres y niños anónimos, perdidos. Españoles detenidos en Rusia y enviados a Siberia, niños de la guerra que luego morirán peleando en Stalingrado, franceses miserables que humillan a los vecinos, a los fugitivos, en la frontera, y que después los entregarán atados de pies y manos a los carniceros nacis...

Cielo santo. Cómo nos dio por el saco todo Dios, todo el mundo, toda Europa, estrangulando a este pobre, entrañable, desgraciado y viejo país. A esta pobre, entrañable, desgraciada y vieja gente nuestra. No es cierto que nos ayudaran; déjenme de milongas pamperas, de camelos retóricos, de demagogia. El arriba firmante se cisca en la solidaridad internacional de las derechas y las izquierdas, en los discursos y en la mandanga. Aquí a la España en guerra, se asomó todo Cristo a ver qué podía mojar en la salsa, a fumarse nuestro tabaco y a quemarnos los muebles. Comprendo que fuéramos un espectáculo apasionante: sangre, vino, mujeres guapas, guerra, romanticismo, intereses estratégicos, barbarie ancestral. Pero que no me vengan con historias de hermandades solidarias. Yo he pasado veintiún años yendo a guerras que no eran mías, y sé de qué iba Hemingway. Por eso me cago en Hemingway y en la madre que lo parió.

67 comentarios:

Anónimo dijo...

Literariamente hablando, serás bueno pero cuando te sale el ramalazo politico eres un soez

Guadalupe Rodríguez dijo...

Gracias por la valentía de tu exposición. Gracias por ser políticamente incorrecto.

anruizqui dijo...

Soez fue aquella guerra. Gracias Don Arturo.

Anónimo dijo...

Acabas de confirmar que ante un texto que reparte y alaba a todos los bandos un español está conforme.Marca España

Anónimo dijo...

La guerra que todos perdimos, pero que unos empezaron

Anónimo dijo...

Guerra causada por un golpe de estado militar que trajo consigo 40 años de dictadura. Que no se olvide...

Carlos dijo...

¨Que guerra tan española¨, grande Don Arturo.

Anónimo dijo...

Decir cuatro pseudoobviedades discutibles y acabar el artículo rollo "cagonlaputa caca madre parió", ohhh qué grande eres Reverte, qué políticamente incorrecto.

Lo tuyo no es la política, pero lo espectacular es la estupidez de los que dan palmas detrás y no lo ven.

Unknown dijo...

Una vez más me emociona,Reverte.
Ojalá todo fuera parte de una de sus novelas pero es la triste realidad.

Anónimo dijo...

Y tu simplemente eres otro más que refleja lo que es España ahora. Patético.

Anónimo dijo...

Pues fale.

Anónimo dijo...

Eso, que no se te olvide apuntillar el adoctrinamiento que te han grabado en esa triste cabeza tuya. Una respuesta simplona e insultante la tuya, si realmente sólo eres capaz de ver eso.

D. CARMELO dijo...

Hijo y nieto de personas que pasaron parte de esa maldita Guerra Civil en Belchite y que sufrieron la pesadilla de la posguerra en Melilla, no puedo más que admirar sus palabras, su equilibrio y su visión yo diría que hasta patriótica de una España que por unos y otros -¡malditos sean!- aún no hemos superado.

Águanis! dijo...

Por desgracia aún seguimos separados en bandos, la izquierda, la derecha, la bandera de un color u otro, que poco hemos aprendido de esa guerra tan nuestra, "tan española".

Anónimo dijo...

Cuac-cuac-cuac...

Anónimo dijo...

Anda y que te den. Grande como siempre D. Arturo. Hay quienes no comprenden que hubo sufrimiento en ambas partes.

Anónimo dijo...

Pseudoobviedades discutibles? joderrrr, lo has clavado, eres un cretino con pintas y te va la marcha claro...tienes muy poca gracia y mucho que aprender. Quizas algun dia te sirva de algo leerle. Sigue leyendo a Perez Reverte y antes o despues tu cretinez remitira, o no, es tanta tu obviedad que no se...

miguel dijo...

Una cervecita para la chavalada

Sahara dijo...

Todas las guerras son soeces, pero la definición de guerra civil se aproxima más a abyección en el significado que le da el diccionario Wordreference (http://www.wordreference.com/sinonimos/abyecci%C3%B3n), es decir "abatimiento, servilismo, bajeza, degradación, humillación, ignominia, infamia, indignidad, vileza, ruindad". La palabra soez se me queda corta.

Anónimo dijo...

Reverte,Reverte, que se te ve el plumero. Lo embrollas todo para ocultar tus verdades

Anónimo dijo...

Grande como casi siempre, paisano.

ART dijo...

No has entendido nada, camarada. Vuelve a leerlo, anda.
Me apuesto tus galones de comisario político a que no recuerdas ni uno solo de esos cuarenta años.

Anónimo dijo...

Cuando se desata la mala leche, no somos los españoles tan únicos en este género, Aunque quieras, Arturo, focalizar este sentimiento en nuestro perfil ibércio, me temo que está tan extendido como el homo sapiens. Mi padre, que se buscaba la vida en la feria de Sevilla, me enseñaba mientras rapiñeaba nuestro sustento me recalcaba que cada cual cuenta la feria como le vá. Lo cierto es que todos van a la feria a beber, a cantar y a ligar. Otros ibamos a buscarnos la vida.

Y siempre hay un Hemingway que con la nariz roja, que se folla a la buscona de turno, mientras relata las miserias de los demás.

Así en la guerra, unos tratan de consevar lo que tienen, mientras otros apropiarse de lo que de otra forma no conseguirían. Otros, los más, tratan de sobrevivir y buscar refugio para conservar lo único que tienen, una vida miserable que solo a él importa.


Unknown dijo...

Los niños de la guerra . ¿ Cómo se puede abandonar a tus hijos en guerra y no defenderlos ? Porque sabían que estaban de manos de locos delincuentes y sanguinarios.

Anónimo dijo...

Maravilloso Reverte y hay que ver como les escuece la verdad a algunos H,de P.

Anónimo dijo...

Siempre tiene que aparecer un "listillos" que se arrogue el derecho a decir lo que es bueno y malo; con una actitud poco solidaria y sobretodo intentando avergonzar a los que piensan de manera distinta.
Pues no, De soez no tiene nada este artículo. Soeces los que siempre queréis hacer ver que hubo una sola parte culpable o una sola parte inocente.
¡Cuanta gente inocente dejó su vida! por estúpidos como tú, en sendas cúpulas, que a base de repetir su mensaje se creyeron cargados de razón. Y cuanta gente sigue aborregada detrás de una siglas o ideologías que no son mas que parapetos detrás de los que se esconden los "listillos" para mantener el sillón.

Anónimo dijo...

Se repetiría, sí. Ya no es el recuerdo o el olvido, es la sangre, esa mala sangre que sólo nos genera odio contra el que piensa distinto a mi y envidia contra el que tiene algo que yo no tengo.

Anónimo dijo...

Me llama la atencion, cuando a este magnifico escritor de ficcion le da por ponerse a pontificar sobre hechos historicos, como mira y juzga las cosas desde su muy "neutral" opinion. Primero mete en el mismo saco a todos, como si un voluntario suizo -es un ejemplo- de las Brigadas Internacionales, fuera lo mismo que un piloto de bombardeo de la Legion Condor; pero bueno, aceptemos pulpo como animal de compañia, y consideremos a ambos extranjeros como igual de avidos de sangre en tierra ajena. Entonces, ¿como es que le parecen nobles y heroicas las "gestas" de los Tercios españoles en Flandes, arrasando Amberes o Haarlem, pasando a cuchillo a la poblacion civil?, ¿aquello no eran tierras extranjeras?, ¿aquellos no eran civiles?. El tufillo falangista en este señor es cada vez mas evidente.

Anónimo dijo...

Gracias, Arturo, por recordarnis las desgracias y miserias de este gran pueblo al que amamos y, a veces, detestamos.

Anónimo dijo...

Arturo Pérez-Reverte con tufillo falangista ? El número de tontos es infinito. Tantos como héroes a destiempo. Bonito estaría Mr. Bean en la batalla del Ebro.

Anónimo dijo...

Caballero que no se que tiene que ver Flandes con la guerra civil (sino es para la presencia del Tercio), lo único que usted aprovecha es para ofender a una persona que expresa su opinión sobre lo cruel de la guerra entre miembros de su propia familia, y que seguimos en la actualidad intentando crear dos bandos en nuestra sociedad.

Segundo dijo...

Ambos bandos empezaron la guerra y no sólo una vez. Hubo varios intentos a repartirse entre los bandos. Al final sólo uno la podía ganar perdiendo todos.

Segundo dijo...

Un brigadista internacional o un piloto de la legión cóndor son idénticos.Tan sólo se juzgan de una manera u otra desde el bando que uno elija, como hace usted. En cambio si no elije bando (como hace Don Arturo en este artículo) ambos dos son igual de reprobables por apoyar una guerra. No luchando ayudaban más.

Anónimo dijo...

Has hecho un Reverte. Un montón de mierda regurgitada y vomitada por un fanfarroncillo. Un Reverte.

Anónimo dijo...

Si para usted señor Reverte es lo mismo una persona que lucha a favor de la democracia que otra que lucha a favor de una dictadura, debería usted mirárselo.

David Flores dijo...

Literariamente y políticamente me cago en ti. IGNORANTE

Anónimo dijo...

Brigadistas? Muy tipico en ti, tiras la piedra y escondes la mano. Que conste que he venido a esta pagina por un texto de Narbona, no te he leido nunca, ni pienso. Buenas noches, caballero español...

Anónimo dijo...

No señores, no. Un brigadista suizo o canadiense, que se jugaba la carcel al volver a su pais por haber servido en un ejercito extranjero, no puede ser igual a un piloto de la Condor, al que -y esto son palabras de Adolph Galland- se reconocia en su regreso a Alemania por su bronceado y su coche nuevo, pagado con sus ahorros de mercenario. Ningun brigadista bombardeo Gernika, o ametrallo civiles en la carretera de Malaga, etc. Lo de los Tercios en Flandes, a los que tanto admira PR, y de los que tanto habla en sus novelas, si que son el perfecto ejemplo de mercenarios luchando en tierra extranjera, y avidos de derramar sangre ajena, pero esos a el le parecen heroicos,

Anónimo dijo...

Si tu ignorancia politica es tal que no reconoces los ramalazos falangistas de este señor, pues alla tu; te sugiero que en lugar de especular sobre el numero de tontos, te dediques a cultivarte un poco, bueno, esos si tus ardores guerreros te lo permiten.

Dakkon dijo...

Menuda falta de respeto a las brigadas internacionales. Hay que ser lerdo y ruín. Es usted escória, senyor Pérez.
http://rafaelnarbona.es/?page_id=8292

Peter Taugwalker dijo...

Cuando publique esto vendrá alguno de sus fans incondicionales a recriminarme o decirme que lea sus libros. Permítame al menos ahorrarles esa perorata. Ya lo he hecho.
Continuando ahora, debo decirle que yo también hablaba con mi abuelo. Pero también con otros muchos abuelos, de ambos bandos. Y me enorgullece decir que varios de ellos brigadistas. También he leído bastante sobre la guerra y la posguerra. Y debo decir que esta es una de las peores fatas de respeto que he contemplado, creo, nunca.
Cómo una persona que se considera de la élite intelectual del país puede obviar tan alegremente los motivos y situaciones de unos y otros? Cómo puede permitirse juzgar, desde la comodidad de su escritorio, por igual a unos mercenarios que contaban con el apoyo y los medios de sus respectivos países, eran recibidos como héroes a su regreso al hogar y, en muchos, casos lo hacían desde la comodidad de un avión o actuando de jueces y verdugos en la retaguardia, y a aquellos que al hacerlo perdieron sus vidas en trincheras o fueron perseguidos, abandonados o desterrados en la posguerra sin más medios que los propios? Sinceramente, cree que es la misma situación? Qué forma más gratuita de juzgar!
Usted mismo se ha retratado al compararse con Hemingway (lo que ya me parece un acto de prepotencia infinita).
Probablemente, le importará lo que un pedo de mosca o menos. Además, dudo que jamás lea esto. Pero ha perdido usted un lector asiduo y, por supuesto, todo mi respeto.

COLABORADORES dijo...

Os recomiendo, si no lo habéis hecho aún, la lectura de "A sangre y fuego" de Manuel Chaves Nogales. Libro muy bueno sobre la brutalidad de la guerra civil. El problema de Reverte es que es un librepensador y dice lo que piensa sin tapujos, por eso molesta tanto a unos y otros. Un saludo.

Anónimo dijo...

Hay que valorar la labor de miles de extranjeros de las brigadas internacionales que vinieron a frenar el avance del fascismo,(escritores,profesores,poetas,simples trabajadores)muchos de los cuales siguen hoy en nuestras cunetas acompañando a sus compañeros de armas y que se merecen mucho mas que sus insultos y su prepotencia.
El que usted fuera a guerras en otros países para hacer periodismo por dinero no le da derecho a desprestigiar a los extranjeros que se jugaron la vida luchando por defender un estado legitimo y no por conquistarlo.
Espero que no piense lo mismo de los españoles que lucharon en la legión extranjera para liberar Europa del yugo del III Reich,pues esa tampoco era su guerra,pero aun así hicieron méritos; como ayudar en la liberación de París nada menos.
No pretendo dar lecciones de historia ni puedo pero lo mínimo es un poco de respeto a los que vinieron a luchar y morir por la libertad,sí digo libertad porque después hubo 40 años de dictadura fascista.

Alberto dijo...

Siempre he pensado, cuando leí algo tuyo , que escribir como tu lo haces es jugar con ventaja, vamos que es muy fácil copiar para sacar suculentos honorarios. Aún así te respetaba.
Hay quién dice por ahí que eres " un libre pensador" , yo digo que mas que eso eres un opotunista.
Te has metido en un charco al opinar de esa manera tan espuria, sobre un tema tan delicado y sensible, que igual ni conoces bien . Mi familia fue represaliada en la guerra y tengo muertos en ella.
Poner a la misma altura a brigadistas y nazis es de una inteligencia pueril, como la tuya
Como dice Narbona : Me cago en Reverte. Y yo añado ... y en algo mas.

Marisa dijo...

Genial como siempre, Reverte. Los comentarios críticos, pues eso...as always beyond the point. Recomiendo un clásico para la ocasión, ideal para aclarar "cosillas" --si sabemos leer entre lineas--"O llevarás luto por mi"..

COLABORADORES dijo...

ALBERTO, HE leído mucho a Reverte y es muy crítico con el fascismo, hay un artículo que te recomiendo que se llama "Sobre churras, merinas y esvásticas" y ahí se ve claramente su opinión al respecto. En relación con la Guerra Civil, tiene una postura ideológica clara, lo que ocurre es que también señala lo que se hizo dentro del bando republicano. Y no hay que negar que en los primeros meses de la guerra se cometieron verdaderas barbaridades en el bando republicano. Eso no quita que el bando republicano era el legítimo. Y que esa represión se detuvo una vez reorganizado el bando republicano. Mientras que en el bando nacional la represión duró 40 años. Lo único que dice Reverte es que en la guerra se cometieron muchas barbaridades. No obstante vuelvo a recomendar a Chaves Nogales "A Sangre y fuego". Un saludo.

Anónimo dijo...

Comparando la guerra en Flandes con la Guerra Civil...tres siglos de diferencia...entiendo. Se podría decir una gilipollez más gorda, pero sería muy jodido, la verdad. Le felicito.
Sólo un apunte: en aquellos años, Flandes no eran tierras extranjeras, era territorio español como el que más.
Más leer historia y menos decir la primera imbecilidad que se nos pase por la cabeza.

Ricardo dijo...

Buenas. Creo que la mayoría hemos llegado aquí desde el artículo de señor Narbona a constatar que Don Arturo se cisca en los muertos de los Brigadistas.

Como en la página del propio Narbona y en el Eco Republicano parece que no se permiten comentarios, pongo aquí mi humilde opinión al respecto del "trabajo" del mencionado Narbona, el cual ha tardado nada
más y nada menos que tres años y pico en replicar al artículo del Pérez-Reverte. ¿Porqué mencionar al conocido escritor en un texto de loa a los Brigadistas? ¿Era realmente necesario?

En el primer párrafo del señor Narbona nos encontramos con esto "donde mete en el mismo saco al “mono azul de miliciano, la boina de requeté o la camisa azul de Falange”. ¿Qué ha pasado con el principio de la frase de Pérez-Reverte que podemos leer aquí mismo? "Historias de héroes y de gentuza, mezclados unos con otros; indiferenciados bajo el mono azul de miliciano, la boina de requeté o la camisa azul de Falange". Lo explico para el señor Narbona, Don Arturo dice que hubo héroes e hijos de puta en ambos bandos. Por lo que he leido de diferentes autoresal respecto de la Guerra Civil, parece una frase veraz.

En el mismo párrafo del texto narboniense vuelve a citarse "Todos eran “hijos de puta que ni siquiera sabían hablar en castellano y vinieron aquí a mojar en la sangre y en la muerte que solo era de nuestra incumbencia, sin que a ellos les hubiera dado nadie maldita vela en nuestro entierro”." El "Todos" ese es cosecha propia de Narbona, el texto completo dentro del contexto es "españoles fusilados por comisarios húngaros o franceses o por legionarios alemanes o fascistas italianos, por hijos de puta que ni siquiera sabían hablar castellano y vinieron aquí a mojar en la sangre y en la muerte" Como se puede apreciar, Don Arturo equipara a los comisarios húngaros con los legionarios alemanes. Comisarios concretamente, no brigadistas en general. Todos podemos recordar cómo actuan los comisarios comunistas con sus propios correligionarios en "Enemigo a las puertas", por ejemplo.

El último extracto citado por Narbona es "No es cierto que nos ayudaran; déjenme de milongas pamperas, de camelos retóricos, de demagogia. El arriba firmante se cisca en la solidaridad internacional de las derechas y las izquierdas, en los discursos y en la mandanga". Se trata de una generalización y como tal es un tanto peliaguda. El señor Narbona interpreta que aquí Don Arturo es donde más desprecia a los Brigadistas. Yo creo, puedo estar equivocado, que Don Arturo se refiere en lo de internacional a la pasividad por parte de Inglaterra; a la aleatoriedad de la apertura y cierre de las fronteras y al maltrado de los refugiados en Francia; al apoyo encubierto de empresas estadounidensenses al bando nacional; al apoyo decisivo y nada encubierto de Alemania e Italia a los susodichos; al desequilibrio interno de fuerzas que provocó la ayuda de la Unión Soviética en el bando republicano al favorecer sobre todo al Partido Comunista; etc, etc ... En resumen, que para ayudarnos de esa forma, todos se podían haber quedado en su casita calladitos.
Todos esos en general, del pobre minero idealista libertario inglés que se alistó en las Brigadas engañado por los cantos de sirena de los reclutadores no dice nada Don Arturo. Empleando la libérrima interpretación estilo Narbona, podríamos incluso decir que don Arturo lo situa en el apartado de héroes con mono
azul de miliciano.

Los años de Don Arturo como periodista y el éxito de sus libros, gusten o no a algunos, están ahí. El cuasidesconocido señor Narbona no puede escribir un artículo alabando a los brigadistas sin tener que hacer referencia a Don Arturo en un afán de aprovechar su nombre para crear polémica y ganar notoriedad.

Salud!

Anónimo dijo...

"Gilipollez", "imbecilidad", con razon a Ud. le gusta la prosa viril, españolisima y falagista de PR. Venga, de vuelta a la garita, marchando, arrrrr... Viaja y lee, mas alla del Tebib Arrumi y el Capitan Trueno, creeme, hay un Universo ahi fuera.

Anónimo dijo...

Por cierto, este artículo es de 1996, no de 2011. Reverte lo retuiteó hace poco:http://capitan-alatriste.com/modules.php?name=Forums&file=viewtopic&t=2887

Anónimo dijo...


A mi tampoco me gusta Arturo Perez-Reverte. De hecho nunca he entendido por que ha cosechado tanto éxito. Intenté leer Cabo de Trafalgar. Infumable. Pero en el articulo que disecciona Rafael Narbona, Perez-Reverte no solo se muestra desconocedor de la historia de su propio país sino insensible a las heroicas gestas de un grupo de personas que vino a España para luchar por la libertad y unos derechos que un sector de la sociedad quería arrebatar al sector menos privilegiado. Lo extraño es que Reverte, siempre en busca de personajes para alimentar las páginas de sus soporíferas novelas, no aprovecha para convertir a los brigadistas en heroes novelescos en vez de denostarlos. Tenia que haber aprendido de su "admirado" Hemingway y su Por Quien Doblan Las Campanas. En su artículo, Perez-Reverte se centra en una lista de pobres desgraciados: mujeres, niños y hombres - entre ellos parientes suyos - que sufrieron la tragedia de la guerra... pero no nos explica el porqué. Desgraciadamente, todo español tiene escrito en su árbol genealógico la tragedia de la GCE, pero a Perez-Reverte los árboles no le dejan ver el bosque. La GCE fue una llamarada de violencia fruto de una revolución social y económica que los poderes fácticos, espoleados por la iglesia católica, querían aplastar para la supervivencia de su modo de vida. Por supuesto había desmanes cometidos por ambos lados y la izquierda reacciona violentamente a raíz del levantamiento de los militares rebeldes, pero no cuenta con el bagaje cultural que disfruta la derecha - negado durante siglos a la izquierda - que se supone hubiera actuado como freno en esos picos de violencia que surgen a lo largo de esos tres terribles años de guerra. Ayuda mucho a comprender la GCE analizar los motivos de esos mismos brigadas que descalifica Perez-Reverte en su artículo. Salvo algunos, como los pilotos de caza mercenarios americanos, los 40.000 hombres y mujeres extranjeros que vinieron a luchar a España al lado de la República no eran aventureros, forajidos ni parados en busca de una salida económica, como la propaganda franquista nos quisiera hacer creer, sino unos idealistas que vinieron a luchar codo a codo con aquellos a quienes les iban a arrebatar ansiadas libertades y derechos ganados de una forma legal y pacifica. Porque la Guerra Civll, como bien dice Rafael Narbona, era una guerra de clases y muchos brigadistas habían visto o sufrido en sus países de origen el surgir del fascismo, y alistándose en las brigadas querían frenar lo que pronto tragaría a Europa entera. Por eso estoy totalmente de acuerdo con Rafael Narbona. No se puede meter en el mismo saco a un legionario bien pertrechado que lucha por una paga para sostener un sistema represor y a un brigadista voluntario que lucha por un ideal igualitario y que se lanza a la batalla sin balas...



Anónimo dijo...

Viva las brigadas internacionales sr.Reverte, los héroes que vinieron a luchar por la democracia en nuestro país contra un golpe fascista no merecen ese menosprecio que les has dedicado.

COLABORADORES dijo...

Efectivamente el artículo es de 1996, pero se publicó en esta página en 2011. Un saludo.

Anónimo dijo...

Me parece una respuesta muy aproximada a la que hubiera dado yo después de leer los 2 artículos.

Anónimo dijo...

A la primera persona que oí decir que en el bando republicano también habían muchos hijos de p. fue a mi abuelo, soldado republicano por voluntad propia. Fue a la guerra voluntario, como esos extranjeros de las brigadas y por defender unos ideales en los que creía, como esos extranjeros de las brigadas.
¡Pues claro que en todas las guerras hay miserables, oportunistas y sinvergüenzas, sean del bando que sean! pero entiendo que los perdedores siempre se llevan la peor parte, simplemente por perder y por muy mezquinamente que se portaran ciertos republicanos, estoy seguro que recibieron infinitamente más mezquindad por parte de los ganadores, simplemente por eso, por haber ganado, olvidando la cruz que decían defender, olvidando en su "cruzada" eso tan cristiano como es el perdón y la compasión.
También arranqué a mi abuelo algunas historias. Compartió convalecencia en un hospital con un brigadista alemán de profesión médico, ¿es lo mismo un médico alemán que se juega todo voluntariamente viniendo a un país lejano y extraño a combatir que un alemán de la Legión Cóndor? para mi no. ¿Es lo mismo para el señor Pérez Reverte, un español de la nueve compañía que liberó Paris del nazismo a un divisionario español (los hubo)que defendió Berlín y a la cúpula nazi los últimos días de la guerra? para mi no.

Anónimo dijo...

Aporto copia del -para mi- mejor comentario:

"El que usted fuera a guerras en otros países para hacer periodismo por dinero no le da derecho a desprestigiar a los extranjeros que se jugaron la vida luchando por defender un estado legitimo y no por conquistarlo."

Jilirio dijo...

Franco fue un Dictador, de los peores, y todavía hoy sufrimos por ello siendo el segundo país del mundo (no en guerra) con más desaparecidos. En ningún momento en este artículo se remarca que Franco fue eso, un dictador apoyado por la Alemania nazi (en la q en ese momento estaba en su mayor apogeo) y la Italia de Mussolini, y también con la complicidad de la Iglesia católica la cual todavía no ha pedido perdón. Franco también asesinó a muchos curas (imagino q los pocos sensatos q habían por esa época) y tenientes q no compartían los planes fascistas. Sí, habían dos bandos enfrentados, y sí, pues claro q eran españoles, pero eso no quita q unos fueran los q defendían la democracia y otros la muerte, la desigualdad y el fascismo. Todo lo demás es demagogia y una simplificación de la pesadilla en la q prácticamente el único culpable fue el establishment de la época. Vieron peligrar sus privilegios y no dudaron en matar a sus hermanos. No veo dónde está el romanticismo en esta terrible época y tampoco veo tú condena más explicita a la Dictadura Franquista.

Anónimo dijo...

Este comentario va para Ricardo que dice que Narbona hace una lectura sesgada del artículo de Perez-Reverte. Por qué cuando criticas la segunda cita de Narbona a Reverte no nombras a los franceses? Reverte dices "comisarios húngaros y franceses" cuando está bien claro que los franceses eran todos brigadistas. Tan quisquilloso para unas cosas y tan permisivo con otras... se te ve el plumero.

Luis dijo...

Soy seguidor de tus novelas, siempre me han parecido interesantes por muchas razones, pero creo que te has pasado 40 pueblos comparando a los fascistas con las brigadas internacionales, no entiendo que una persona como tu,además habiendo vivido en época de posguerra y relatando vivencias de familia como otros hemos tenido seas capaz de esto. Deberías reconocer tu grave error y pedir disculpas públicamente por la memoria de los que murieron e intentaron que siguiera la libertad en España.

Anónimo dijo...

Señor Perez Reverte, gracias por escribir de manera clara cosas que todos sabemos y solo unos pocos nos atrevemos a decir en voz alta porque resulta "politicamente incorrecto".
Cuando yo era joven habia un profesor que se empeñaba en enseñarnos la Historia de España desde un punto de vista crítico para "no volver a cometer los mismos errores", y según este buen profesor La contienda española fue un campo de pruebas de armamento tanto para los gobiernos que apoyaban a la República como para los que apoyaban a los sublevados.
Los defensores de la República tienen (o tenemos) a los Brigadistas como ejemplo de coraje y ayuda internacional, pero no nos damos cuenta de que, si no hubiera sido por el apoyo internacional, la guerra habría sido mucho más corta y menos cruenta, independientemente de quien hubiera ganado. Quizas si la izquierda no se hubiera dedicado a automasacrarse habria habido más balas para el frente y más soldados, pero era más importante repartirse el pastel antes de tenerlo y dejar bien claro que los comunistas no querian anarquía y que los anarquistas no eran comunistas... porque seamos serios, malo es que a los soldados les alcanzaran las balas enemigas pero peor es que lo hicieran las balas "amigas".
Si era una guerra dificil de ganar estando unido el frente de izquierdas, resultó imposible tras la fragmentación del bando Republicano.

Ana Puy dijo...

Noche de Insomnio y me he perdido por aquí....... veo mucho "anónimo dijo, anónimo dijo" ...... ja,ja,ja, covardicas ....... y por cierto, un "anónimo-dijo" se ha debido equivocar,... "Soez, soez" el ramalazo la guerra digo yo ¿no? ¿pero este anónimo que es lo que ha leido? ... En fin, mi imnsomnio me ha llevado hace un momento a una foto de la iglesia bombardeada de Belchite y leo el comentario de su autor "Fernando Gómez bejarano" (Madrid), se lo dedico a Anónimo-Soez ....., reza así; "Después de querer ir durante mucho tiempo , por fin pude ir a Belchite. Para los ajenos a la guerra civil Española decir que , fue una de las masacres más vergonzosas de la historia. En este pueblo de Zaragoza perdieron la vida miles de personas y sobre todo niños. Y todo ello por los asquerosos ideales. En mi visita a este pueblo , que se ordenó mantener como se quedo después de la guerra , me atacó un raro sentimiento de paz mezclado con la rabia y la tristeza normal después de ver el estado de las casas, las calles y las plazas. Maldigo a los idealistas , maldigo al soldado que le da igual que a lo que está apuntando con su arma sea un niño, maldigo la política y las personas que por ostentar un puesto creen que son dioses para decidir sobre la vida de otras personas.
Es uno de esos momentos en los que uno se arrepiente de ser humano.

Ana Puy dijo...

En el comentário anterior he cometido errores como "cobardes" con V , ja,ja,ja, con bbbbbb es que estan juntas en el teclado y no me he dado cuenta, "insomnio" también .... lo he mandado sin releer.

Unknown dijo...

Eres lo peor que hay. Echando la culpa a los españoles en general y a los extranjeros... Como si los de un bando fascista que dan un golpe de estado contra un gobierno legitimo y democrático no tuviesen nada que ver con esa parte de la historia.... Equiparando a la izquierda y la derecha. Faltas a la verdad y engañas a los pobrecitos que se lo creen. Lo dicho eres lo peor.

kirolu dijo...

Después de leer el artículo se me ocurren dos reflexiones, Reverte tiene maestría para redactar artículos, un artista, lástima que para las novelas no. La otra reflexión es que han pasado más de 75 años desde que esa guerra ocurrió y me asusta leer la cantidad de gente que escribe sobre ella con manipulación y rencor.

Anónimo dijo...

Pero qué cantidad de desocupados y aburridos. Al menos hay alguien que reconoce su insomnio. Todavía ciscándose unos en otros por comparar a un asesino "idealista" con un asesino " fascista" en una guerra que a la mayoría NOS LA PELA, porque fue hace 80 años y todos hablan de ella DE OÍDAS. Hay otras muchas formas de matar el aburrimiento, dejandonos en paz a la inmensa mayoría de españolitos.

sconocciuto dijo...

El será soez, pero, con justa, justísima causa, pero tu, que calibre de causa llevas, para ser tan imbécil??

Unknown dijo...

Hemingway, yo llevo metido en la cabeza de siempre, que este personaje, era un espía que conocía la camaradería natural española, y se aprovechó de ello