CINE Y POLÍTICA. EDUARDO RUIZ

LA CRISIS DEL CINE Y DE LA POLÍTICA
Últimamente ir al cine con amigos es como ir a votar, cada vez que salgo de ver la última superproducción llena de efectos especiales me prometo a mi mismo, y no con mucho acierto, que ya no me pasa más, que la próxima película que vea en el cine será la que yo quiera y no la que elijan los demás o la mayoría.

Total para que todos al salir coincidan conmigo en que era mala. Algunos nos lo temíamos antes de entrar, otros dicen que si no la ves nunca sabrás si es buena o mala; con esta frase creo que ponen en seria duda mi inteligencia. Resultado final, decepción de la mayoría, alegría de unos pocos y resignación de los que habíamos avisado. Resignación porque aunque tú te jures y perjures que no te vuelven a engallar sabes que la próxima vez que se convoque elecciones para ver una película acudirás a ejercer tu derecho al voto sabiendo en lo más profundo de tu ser que ni va a ganar lo que votes y que mucho menos saldrás contento.
Pero esto no ocurre solamente cuando vas al cine, si no que en la vida real sucede lo mismo; cuando se acercan las elecciones empieza toda la campaña de promoción del estreno, y una llamada masiva para acudir todos juntos a contemplar esa decepcionante película que sabes que te va a tocar aguantar, pero da igual, tu acudes a votar, con la idea de que tu voto servirá para que gane el mejor candidato, apuestas por cambiar, conoces los demás candidatos y ya estás convencido, además es el mejor, no entiendes como los demás pueden dudar. Pero no, te la vuelven a jugar, nadie te ha escuchado y han votado al candidato de los efectos especiales, ese que sabes que al final no tiene ni argumento coherente, ni mensaje, como las malas películas.
Con todo esto empiezas a sospechar, que realmente el cine y los políticos españoles están en crisis, ya no sabes si es porque no se hace buen cine, o lo que importa de verdad es la recaudación final.
Con el tiempo se va descubriendo los fallos del guión y el largometraje pierde la fuerza inicial convirtiéndose incluso en un chiste mal contado, solo quieren recaudar en taquilla, ganar todo el dinero posible y olvidarse del espectador, a los que nos deben una explicación que nunca nos darán Volverán a presentar su nueva producción 4 años después compitiendo en cartelera con los demás candidatos, que tampoco habrán hecho un esfuerzo mucho mayor por presentarte una candidatura de calidad, y mucho menos una obra de arte.
Y allí te presentas tu, en la puerta del cine con todos tu amigos, y discutes sobre la cartelera actual, les intentas abrir los ojos, pero toda la campaña de marketing ha hecho su efecto y finalmente sale elegida la película mala, la que no va a gustar a nadie, pero como es la voluntad de la mayoría la ves resignado.
Al final, afrontas lo que toca vivir, decides intentar cambiar el mundo desde una perspectiva más humilde, y cuando sales del cine te acercas al vídeo club y alquilas una película mejor o simplemente decides leer un libro, pero esa es la gran ventaja del cine, que siempre puede contrarrestar el mal rato con un plan alternativo, mientras que en política hasta que no demostremos que estamos cansados de las mismas historias, de las mismas políticas, de los cuentos, la corrupción y la indecencia, mientras sigamos eligiendo a los más incompetentes y nos dejemos llevar seguiremos teniendo malas películas
La próxima vez que vaya al cine con amigos, volveré a intentar ver una buena peli, aunque sepa que las posibilidades sean casi nulas, tal vez algún día lo consiga.
EDUARDO MARTÍN

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