Descubriendo las Palomas
Carnaval 2011. Plaza de la Constitución. Privilegio de una balconada. De rojo. No más de tres años.De pie, sobre la representación en metal de una de las hojas de periódico, donde se anuncia el triunfo de la constitución española, después de casi medio siglo de oscuridad. Sorpresa ante el aleteo de alas. Celebración del movimiento de libertad que supone el batir de alas y la elevación en el aire de seres tan diminutos (comparados con su estatura de niño de aproximadamente tres años).
Un padre satisfecho comunicando por teléfono el descubrimiento de su hijo. De rojo. Un señor haciendo fotos al vacío y haciendo ojos ciegos al milagro de la consciencia. Tres jóvenes bucaneras acercan al infante el loro multicolor y sin vida para que sea acariciado por la mano del inocente. Placidez de una tarde sin prisa. Calidez de un frío saludable. Y la ciudad más viva de lo acostumbrado. Bullir de dos actrices de teatro.La más alta manipulando a Sabina, la marioneta de inmensos ojos profundos. Con movimientos estudiados, simula la falta de vida. Muñeca de cabello inquieto y belleza sin límite. Maquillaje blanco para ocultar la fuente de la vida... y de la suerte... y de la eternidad. En un segundo, espectadora del resto de un segundo. Y gozar... Y celebrar estar viva después de la muerte más sentida. La más placentera muerte vivida, rodeada de los suyos... Y de las suyas.
Y al caer la noche, un fumador de pipa y de amarillo se pasea por la plaza y despliega un panfleto en el suelo. Velas encendidas (rememorando la coexistencia pacífica de las tres culturas) sobre el cartel que exige a Europa: Basta ya de apoyar a los dictadores árabes. Y un señor que lee atentamente el pasquín que entrega a la ciudadanía, un chico con melenas...
A Nati Aguilera Escobar, in memoriam.
JUANA AGUILERA
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