Hay esperanza
Son las siete de la mañana y estoy sentado en la plaza del teatro Cervantes de Málaga mientras espero a que unos amigos pidan en un local algo para saciar su hambre tras una noche de fiesta. Sentado observo a muchos jóvenes, todos comiendo, y todos tirando los papeles al suelo o dejando la comida a medio terminar sobre el poyete donde estamos sentados. Son muchos los que hacen lo mismo y mi desesperanza aumenta. Sin embargo, cuando ya están cerca de llegar mis amigos y marcharnos observo como un chaval se levanta y se acerca a la papelera que dista de él unos seis metros y deposita en la misma los restos de su temprano desayuno. Y me digo, hay esperanza.
Jesús Martín Ostios
2 comentarios:
Siempre hay esperanza.
Es lo único que nos hace seguir para adelante.
Creo que todos los que formamos parte del ámbito educativo es porque creemos en el cambio, tenemos la esperanza de que esto sea cada vez una realidad mas numerosa.
Personalmente considero que mi intervención educativa estaría incompleta si solo abordara la enseñanza de conocimientos.
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