Aquí tenemos una muestra de este precioso y enriquecedor trabajo. Hace unas horas un compañero de profesión, tutor de una clase de chicos de 14 a 16 años, me enviaba este texto. Fue leerlo y pensar que no toda la juventud es esa juventud que sale por la televisión, que sólo piensan en el botellón, que queman basuras, que ni estudian ni trabajan… Hay jóvenes sensibles, entregados, responsables, conscientes… y para muestra, un botón.
Este tema es de gran interés público, ya que actualmente es uno de los grandes problemas de la sociedad española. Al año mueren cientos de mujeres por esta causa, y otras muchas sufren todo tipo de problemas. Un alto número de víctimas mortales o no, nunca llegan a denunciar dichos comportamientos por parte de su pareja. Y esto ¿por qué sucede? nos preguntamos todos.
En este tipo de conflictos la mujer maltratada llega a tener unos niveles de pánico muy elevados. El estado y la justicia no ofrecen ninguna clase de protección lo suficientemente contundente como para que estas mujeres se atrevan a denunciarlo. Una víctima atemorizada no será capaz de llevar al agresor a un juzgado arriesgándose casi con toda seguridad a que dicho elemento quede libre bajo fianza o con una absurda orden de alejamiento que puede desobedecer sencillamente. Estas mujeres saben que actualmente la justicia no cuenta con la frialdad suficiente como para imponer una sanción lo necesariamente segura para que la víctima pueda vivir tranquila.
Aquí está la paradoja, el estado anima y necesita que las víctimas denuncien a sus agresores, pero después no tienen los medios necesarios para proteger a la mujer y castigar al imputado. De esta forma las víctimas no son capaces de querellar a sus parejas y el estado puede defenderse públicamente de las cifras mortales alegando que la mujer española no denuncia la violencia de género.
No puedo entender como un hombre puede pegar a una mujer y no sentirse mal. Y peor cuando tienen hijos, y no piensan en que pegando a su madre le pegan también a ellos.
Hay que respetar a todo el mundo, sobretodo a las mujeres, que nos dan la vida.
PD: Cuando maltratas a una mujer, dejas de ser un hombre.
ÓSCAR BLAZQUEZ
1 comentario:
Óscar, siempre hay esperanza. Soy también profesor y siempre ves alumnos que te hacen seguir creyendo.
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