ADOLESCENCIA
Siempre esperando
estoy en mi sendero
a que pase mi amor
por el camino.
Hoy no ha pasado,
¿mañana?...¡qué sé yo!
Que sé yo lo que guarde mi destino
Siempre esperando
estoy en mi sendero
a que pase mi amor
por el camino.
Hoy no ha pasado,
¿mañana?...¡qué sé yo!
Que sé yo lo que guarde mi destino
Siempre esperando…
esperando…
¡qué pesada es la cruz de la esperanza
cuando tarda en llegar lo que se espera!
¡Oh dulce y triste clamor!
siempre pensando
en el porvenir
no sé quién soy,
no sé qué seguir.
Mas, como siempre
se repite el hecho,
ella ya estaba allí
como una rosa que ofrece
toda su alma ¡su vida!,
en su regazo tendida.
Galopando sobre nubes
de inconsistentes quimeras,
al mirarte, un sueño tuve
¡qué sueño tan bello era!
¿Dónde estás tú, voluntad?
ayuda con la razón
a este pobre corazón
que zozobra en tempestad,
en tempestad del amor.
Claro, que las circunstancias son
como son las circunstancias,
y menos mal que el amor
emana del corazón
anulando con ardor
hasta nuestras circunstancias,
pero el amor es amor
y las circunstancias son
como son las circunstancias.
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