ANA PASTOR SE HA GANADO EL DESPIDO. ALBERTO LÓPEZ MARÍN

EN MI OPINIÓN: ANA PASTOR SE HA GANADO EL DESPIDO. ALBERTO LÓPEZ MARÍN

Es incómoda. Interrumpe cuando su interlocutor se desvía. Repregunta cuando el primer intento se queda en intento. Hace que los miembros del Gobierno no se sientan como en casa en Televisión Española y que los de la oposición no se pierdan en la crítica si no hay propuesta. A nadie conviene eso.

El Partido Popular no oculta querer deshacerse de ella y haría bien. Además, recuerdan en Génova cuando tienen ocasión que su hermana Mercedes trabaja para José María Barreda (PSOE) y su marido para laSexta. De qué servirá el departamento de Comunicación ‘popular’ si cuando pise Torrespaña alguno de sus dirigentes una periodista molesta va a interesarse por lo que no conviene en lugar de limitarse a dejar que el político se exprese tal y como tiene previsto. O una profesional comprometida con los Derechos Humanos y el Tercer Mundo que muestra imágenes que deberían hacer caer la cara de vergüenza a tantos. A nadie conviene eso.

La propia Ana Pastor confirmó a quien escribe vía Twitter que Mariano Rajoy lleva invitado largo tiempo a Los Desayunos. El candidato del debate encorsetado, de las entrevistas sólo a medios amigos y de ninguna rueda de prensa durante la campaña tiene miedo. O al menos eso parece. Pero hace bien. A quién se le ocurriría dejarse entrevistar por alguien que quiere destapar tus puntos débiles puesto que ya has repetido hasta la saciedad tus bondades. Qué impertinentes son los periodistas que quieren saber. Los preguntones. A nadie conviene eso.

Al grano: un periodista no incómodo no es periodista. La repregunta es una obligación. Romperle el guión preestablecido a esa persona de vital importancia para el ciudadano está en el sueldo y en la conciencia. Ser familiar de una persona que trabaja para un partido político no implica nada. Y quien lo pone en duda niega la independencia del profesional y la suya propia. Volcarse en el desprotegido es uno de los mandamientos éticos. Ser temido es un halago. A nadie (poderoso) conviene eso. Sí a todos los demás.

Ana Pastor se ha ganado el despido cuando Mariano Rajoy llegue a La Moncloa. El Partido Popular no merece a una persona tan íntegra bajo sus órdenes. Que le puedan quedar dos telediarios en la acepción menos figurada de la expresión es muestra de su honestidad, insultada por una formación que aplaude ejemplos como Telemadrid o cuya máxima dirigente en la capital dice no creer en los medios de comunicación públicos.

Ana Pastor sabe a qué se dedica y para quién trabaja. Es periodista. Se debe al ciudadano. No, definitivamente no. Ana Pastor no merece trabajar en la Televisión Española del Partido Popular si la Televisión Española que persigue el Partido Popular no cuenta con periodistas del perfil de Ana Pastor.

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