La crisis en el Cuerno de África: un retraso peligroso Más de 50.000 personas murieron en la región entre de abril y agosto de 2011, la mitad de ellos niños menores de 5 años. Un nuevo informe señala que las lecciones aprendidas por la crisis alimentaria en la región pueden ayudar a evitar desastres futuros.
Al cumplirse seis meses desde que se declarara la grave crisis alimentaria en el Cuerno de África un nuevo informe de Oxfam -Intermón Oxfam en España- y Save the Children ha señalado que la falta de una acción decisiva por parte de la comunidad internacional en el momento en que los sistemas de alerta temprana vislumbraron la gravedad de la situación en la zona, ha dejado un desolador balance de miles de muertes innecesarias y millones extra de euros gastados.
El informe Un retraso peligroso, presentado hoy, apunta que el miedo al riesgo trajo como consecuencia la demora de seis meses en la respuesta a gran escala. Las agencias humanitarias y los gobiernos nacionales reaccionaron con excesiva lentitud a la hora de incrementar esta respuesta y muchos donantes exigieron pruebas de que se estaba produciendo una catástrofe humanitaria, antes de actuar para prevenirla. A día de hoy, más de 13 millones de personas están sufriendo los efectos de la grave crisis alimentaria en la zona.
"Todos tenemos que asumir nuestra responsabilidad ante la demora que ha costado tantas vidas en África del Este. Debemos aprender las lecciones de la respuesta tardía", ha manifestado la directora general de Intermón Oxfam, Ariane Arpa. "Es inaceptable ver que la gente más pobre se sigue llevando la peor parte ante la falta de una respuesta rápida y decisiva.
Sabemos que la acción temprana salva vidas, pero el miedo al riesgo ha hecho que las organizaciones de ayuda se resistieran a gastar dinero hasta estar seguras de que en efecto se estaba produciendo una crisis" ha lamentado.
Más de 50.000 muertes innecesarias
Aunque no es posible calcular con exactitud cuántas personas murieron como resultado de la sequía, la agencia de cooperación británica, estima que se perdieron entre 50.000 y 100.000 vidas, más de la mitad de niños menores de 5 años, entre los meses de abril y agosto de 2011.
Los sistemas de alerta temprana pronosticaron una emergencia probable en agosto de 2010 pero la respuesta de gran escala no se inicio hasta julio de 2011. A día de hoy, la de Somalia sigue siendo la crisis alimentariamás grave en todo el mundo, con cientos de miles de personas que todavía viven en riesgo.
Ante la gravedad de la situación, Oxfam, Save the Children, ONE y otras organizaciones internacionales han redactado la Declaración para acabar con el hambre extrema , en la que se hace un llamamiento a los gobiernos para que se comprometan a revisar sus modelos de respuesta a las crisis alimentarias y se les pide medidas urgentes y eficaces, así como que aborden las causas fundamentales del hambre extrema.
En este marco, Intermon Oxfam y Save the Children en España han lanzado la campaña Nunca más: Acabemos con el Hambre Extrema para pedir al nuevo Gobierno que se comprometa a luchar contra el hambre extrema y evite que se vuelva a repetir una situación como por la que está atravesando el Cuerno de África .
“Pedimos al Gobierno presidido por Mariano Rajoy que se comprometa a terminar con el hambre extrema en el mundo porque mejorar la vida de los de allí, mejora también nuestras vidas aquí. Esta crisis debe suponer una apuesta del Gobierno y del Parlamento, junto a la comunidad internacional, para solucionar los problemas que hacen a millones de personas vulnerables al hambre” según Yolanda Román, responsable de Incidencia Política de Save the Children.
Mínimas acciones de respuesta a la alerta temprana
Es cierto que hubo algunos tipos de acción temprana por parte de los gobiernos, como la mejoras de estos sistemas y planes de protección social que permitieron llevar ayuda a muchas familias, pero la magnitud de la crisis superó estos esfuerzos iniciales y hubo que realizar costosas intervenciones más tarde. El suministro de ayuda a las familias en toda África Oriental para mantener la salud de sus animales y el mantenimiento de los mercados abiertos habrían ayudado a prevenir las altas tasas de desnutrición, ya que cientos de miles de personas perdieron sus medios de vida cuando la sequía acabó con sus rebaños.
Según recomienda el informe, los fondos para las emergencias alimentarias se deben buscar y conseguir tan pronto como las señales de crisis sean claras, en lugar del actual sistema, que espera a aportar ayuda de emergencia sólo cuando los niveles de hambre han alcanzado un punto de inflexión.
"No podemos seguir permitiendo que continúe tan grotesca situación, en la que el mundo sabe que se avecina un emergencia pero decide ignorarla hasta que aparezcan las imágenes de niños gravemente desnutridos en las pantallas de televisión", ha lamentado el director de Campañas y Estudios de Intermón Oxfam, Jaime Atienza. " Todos los gobiernos deben firmar la Declaración para acabar con el hambre extrema para ayudar a garantizar que nunca más se presente una crisis como esta" ha concluido.
El informe, que precede a las reuniones mundiales de Davos y de la Unión Africana, es un recordatorio oportuno a la comunidad internacional para que actúe con presteza para evitar otro desastre en África del Oeste, en la región conocida como el Sahel, donde una crisis alimentaria en ciernes amenaza a millones de personas. De una reciente evaluación de Save the Children realizada en Níger se desprende que las familias en las áreas más afectadas ya enfrentan problemas: están reduciendo un tercio de sus alimentos, el dinero y el combustible que necesitan para sobrevivir.
Kofi Annan, Presidente para el Panel de África Progresa ha señalado: "El reto de nuestro tiempo es lograr la seguridad alimentarias en el ámbito mundial, y nuestro éxito al aliviar el hambre generalizada dependerá en gran medida de nuestra capacidad para identificar las señales de advertencia temprana de las crisis alimentarias y responder de manera inmediata y eficaz".
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