NUESTROS AMIGOS DE GOLDMAN SACHS. MARC ROCHE.

LOS AMIGOS DE GOLDMAN SACHS
LE MONDE. PARÍS.

Mario Monti, Lucas Papademos y Mario Draghi tienen algo en común: han trabajado para el banco de inversiones estadounidense. No es fruto del azar, sino de una estrategia de influencia que puede que ya haya tocado techo.  Son serios y competentes, sopesan los pros y los contras, estudian a fondo los informes antes de dar su opinión. La economía es su gran debilidad.

En raras ocasiones se descubren estos hijos de la Luz que han accedido al Templo tras un largo y exhaustivo proceso de selección. Se trata al mismo tiempo de un grupo de presión, de una asociación para recabar información y de una red de ayuda mutua. Son los compañeros, los maestros y los grandes maestros llamados a "difundir por el universo la verdad adquirida en la logia".

Sus detractores les acusan de constituir una red de influencia europea tejida por el banco estadounidense Goldman Sachs para que actúe como una masonería. En distintos grados, el nuevo presidente del Banco Central Europeo Mario Draghi, el presidente designado del consejo italiano Mario Monti y el nuevo primer ministro griego Lucas Papademos son las figuras emblemáticas de esta tupida red.

Excomisarios y responsables de bancos centrales

El primero fue vicepresidente de Goldman Sachs International para Europa entre 2002 y 2005. Fue "asociado" y encargado de las "empresas y países soberanos", el departamento que poco antes de su llegada ayudó a Grecia a maquillar sus cuentas gracias al producto financiero "swap" sobre la deuda soberana.

El segundo fue asesor internacional de Goldman Sachs desde 2005 hasta su nombramiento al frente del Gobierno italiano. Según el banco, su misión consistió en aconsejar "sobre los asuntos europeos y los grandes asuntos de las políticas públicas mundiales". Mario Monti se dedicó a "abrir puertas" y su tarea consistía en acceder al interior del poder europeo para defender los intereses de Goldman Sachs.

El tercero, Lucas Papademos, fue gobernador del Banco Central de Grecia entre 1994 y 2002. En este puesto, desempeñó una función aún no dilucidada en la operación de maquillaje de las cuentas públicas realizado con ayuda de Goldman Sachs. Por otro lado, el gestor de la deuda griega es Petros Christodulos, que fue broker del banco estadounidense en Londres.

Otros dos pesos pesados de la red de Goldman en Europa también han ocupado un lugar destacado en la crisis del euro: Otmar Issing, exmiembro del directorio del Bundesbank y execonomista jefe del Banco Central Europeo; y el irlandés Peter Sutherland, administrador de Goldman Sachs International, que participó entre bastidores en el rescate de Irlanda.

Recabar información con total legalidad

¿Cómo se ha creado la red de fieles y de intermediarios? En Estados Unidos, este círculo mágico se constituyó con antiguos responsables de la institución que llegaron con todo lo necesario al más alto nivel de la función pública. En cambio, en Europa, Goldman Sachs se hizo apóstol del capitalismo de las relaciones. Pero al contrario que sus competidores, al banco no le interesaban ni los diplomáticos retirados ni los altos funcionarios nacionales ni internacionales y menos aún los antiguos primeros ministros ni los ministros de Finanzas. Goldman se fija sobre todo en los responsables de los bancos centrales o en los excomisarios europeos.

Su principal tarea consiste en recabar información con total legalidad sobre las operaciones futuras o sobre la política de los tipos de interés de los bancos centrales. Al banco le gusta situar a sus hombres sin desenmascararlos jamás. Por este motivo, sus señores feudales ocultan esta filiación cuando conceden una entrevista o realizan una misión oficial. Una vez bien introducidos, estos "ex" charlan de una cosa y otra con sus interlocutores. Las lenguas se van soltando ante personajes de este temple. "Sabían por dónde soplaba el viento", como se suele decir. A continuación, la información exclusiva circula por la salas de mercado del banco.

Un antiguo asociado de Goldman Sachs en el BCE, un exintermediario al frente del Gobierno italiano, una persona cercana en el poder de Grecia: para sus enemigos, el banco cuenta actualmente con un fantástico enlace entre Fráncfort, Roma y Atenas que podría resultar de gran utilidad en estos tiempos revueltos.

Al banco se le han acabado los buenos tiempos

Sin embargo, más allá de las apariencias, puede que se acerque el fin de la influencia de Goldman en Europa, que estaba en la cima de su poder antes o durante la tormenta financiera de 2008.

Efectivamente, las antiguas complicidades que mantenían los exbanqueros centrales curtidos y movilizados para mover los hilos, hoy resultan menos útiles ante los políticos sensibles a la impopularidad de los profesionales financieros, considerados responsables de la crisis. Allí donde Goldman Sachs podía ejercer antes fácilmente su talento, una serie de asuntos le han situado en contra del poder público. La agenda de contactos ya no basta en un planeta financiero complejo y técnico, ante una nueva generación de industriales con menos respeto por la clase dirigente.

Los jefes europeos que han salido a la conquista del mundo se han emancipado de las cruzadas de las altas finanzas al estilo de Goldman Sachs. La búsqueda de la valorización del accionista, las exigencias de transparencia y el activismo del contrapoder (los medios de comunicación, las ONG, los inversores institucionales) tienden a atenuar el "efecto red".

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