OBAMA. ÁLVARO JOSÉ GARCÍA

YES, HE CAN
Acaba el año 2008, y siempre en estas fechas nos paramos, al menos un segundo, a pensar en estos casi 365 días que han pasado. Es cierto que a la reflexión nos suele ayudar un periódico, revista o pasquín.


Algo así me ha pasado esta mañana de domingo, compré la prensa y me senté a devorarla (en lo que a la lectura se refiere), sentado en mi habitación.Uno de los temas más recurrentes este año ha sido las elecciones norteamericanas.

No debemos olvidar que siempre son un acontecimiento mundial, pues EE.UU. es la primera potencia mundial y lo que allí pase nos afecta sí o sí. Pero este año reunía ciertos aspectos que la hacían más interesante e importante para el general de la población mundial.

Por una parte el final del mandato de George W. Bush que se ha portado como el emperador que se creía ser, la decisión divina de que tomara el cargo y el trono que ostentaba lo hacían sentirse en posesión de la verdad y capaz de dar y quitar (sobre todo quitar) la vida. Pero el otro aspecto de interés y lo realmente importante en mi opinión ha sido el proceso de elección de Barack Husseini Obama como presidente de EE.UU.

Desde hace años no suelo creerme nada de lo que dice la publicidad, sobre todo política, y no me gusta la forma de ser y de «venderse» de los norteamericanos, pero tengo que afirmar que la figura del presidente electo, empieza a fascinarme. Reúne una serie de condiciones que lo hacen ser una verdadera esperanza para su país y lo que nos toca como súbditos.

Partiendo del color de la piel de este señor, cosa que salta a la vista, pero que no es sencillo, en un país que hasta hace muy poco tiempo existía una segregación racial de hecho y que se mantiene en ciertos lugares de forma tapada, el Ku-Klux-Klan aún tiene fuerza en la América profunda y ciertas actuaciones y formas de ser mantienen esas diferencias. Pero Obama se ha puesto por encima, ha buscado la forma de intentar aunar fuerzas en lugar de dividir, otro punto que le doy en su favor.

En un mundo en el que prima la diferencia, la ventaja de unos frente a otros, la degradación del diferente, por razones de color, religión, ideas o dinero, aparece un señor que desde su puesto, al menos de momento, parece que trabajará desde la intención de cambiar la forma de actuar. Que parece no situarse en el blanco ni en el negro, sino en el gris.

Hace unas semanas asistí a un curso en el que hablando sobre otro personaje totalmente diferente, se hablaba de las experiencias vitales, es decir, aprender no tanto desde los libros sino desde lo vivido. Si vemos a Obama desde ese prisma, tenemos un niño negro, de padre negro keniano (emigrante), madre blanca de padre militar; sus padres se divorcian y termina viviendo con su madre y su nueva pareja en Indonesia, donde convive con niños de diferentes clases sociales jugando en las calles.

Vuelve a vivir con sus abuelos maternos a Hawái, estudia en diferentes universidades, y decide que las leyes son para trabajar junto a los desfavorecidos. Es decir, un conjunto de diferentes vivencias que le hacen ser una persona de una mentalidad, al menos aparentemente, intercultural y abierta. Con grandes dosis de saber ponerse en la piel del otro y ver su propia existencia desde fuera.

Evidentemente este señor tiene muchos caracteres del estadounidense tipo, eso es irremediable. Pero nos aporta grandes dosis de confianza. Posiblemente desde el día 20 me sienta engañado, eso también será normal, pero hasta entonces... Yes, He Can

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