EDUCACIÓN. EMILIO MORALES CASTILLO

SER ALUMNO HOY EN DÍA
Hablo y escribo este artículo en calidad de alumno. Y como tal, quisiera tratar ciertos aspectos tanto positivos como negativos que nos afectan directamente al alumnado. Empecemos por las buenas noticias. Hoy en día, las mejoras también han beneficiado al mundo del estudiante. Como actividad normal, podemos acceder en la universidad a ordenadores, mobiliario especializado, así como irnos de beca Erasmus. Algo que en nuestro presente nos parece cotidiano. Debemos sentirnos privilegiados al poder acceder de esta manera y a través de la universidad a estas facilidades que nos enriquecen tanto académica como culturalmente.

Es el turno de las malas noticias, que como de costumbre, son más que las buenas. El primer punto negativo es que desde que me formo como estudiante, es la misma base. Me explico, desde el momento que entras en el colegio, siempre tienen facilidades y opciones aquellas personas que intentan convertir un suspenso en un aprobado raspado.

Y tendría sentido si viviésemos en la utopía de que todos queremos aprender y mejorar. El caso es que las facilidades se las estamos dando a aquéllos más desinteresados en el estudio, y por consiguiente, quitándoles oportunidades a aquellas personas que realmente tienen ganas de progresar. Entramos en un círculo vicioso: más y más oportunidades para los que no las quieren.

Todo esto lleva a la falta de base en nuestras escuelas y la notoria falta de conceptos básicos cuando los que sí tuvimos interés, llegamos a la facultad. Mientras tanto, aquellas personas que tuvieron la oportunidad de convertir su suspenso en aprobado con aquel sencillo trabajo, se cansaron de tanta facilidad y optaron por dejar los estudios. Una paradoja en toda regla.

Avanzando cronológicamente, llegamos a la universidad. En la universidad por fin nos sentimos en nuestra salsa. Hemos dejado atrás aquellas asignaturas de peso y productivas que se nos daban mal, también otras que incomprensiblemente nos impusieron sin sentido alguna reforma política Pero en la universidad también existen puntos negativos. Algunos no directamente relacionados con la propia facultad, como son el tema de las becas.

Está bien que se les concedan las becas a aquellas personas que cumplan el requisito establecido. Que en teoría son las que más las necesitan. Y digo en teoría porque no es un descubrimiento saber que en este aspecto existen cientos de «trucos» para hacer creer lo que no es. Aun así, me parece bien que para recibir una beca debas cumplir unos requisitos. El problema viene cuando año tras año, las becas van para las mismas personas. A esas personas les estás abriendo infinidad de puertas y oportunidades de futuro. Pero, ¿es totalmente justo que siempre se abran las puertas de los mismos alumnos?, ¿no debería existir otro requisito que no permita que se beneficie excesivamente a las mismas personas? Desafortunadamente no.

Empecé este artículo mencionando que lo escribo desde la visión que me da mi calidad de alumno. Y como tal, iré comprobando que lo negro no era tan negro ni lo blanco tan blanco. La vida misma, ventajas e inconvenientes, problemas y soluciones…Donde el objetivo, pese a todo este tipo de obstáculos, es cumplir esa utopía de llegar a ser quien queremos ser.
EMILIO MORALES

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