DIEZ APUNTES AL FIN DE ETA. TEODORO LEÓN GROSS

EL FIN DE ETA

PUBLICADO EN DIARIO SUR

1.- Durante años ha sido el mensaje más esperado. Casi se había convertido en una letanía, en un mantra recurrente después de cada comunicado, de cada maniobra táctica de la banda: “el único comunicado de ETA debe ser el abandono definitivo de la violencia”. Ante ese momento, hay un legítimo derecho a la alegría. Sin olvidar y sin traicionar la memoria, pero es un gran instante. Era la primera condición del fin a medio siglo de terror.

2.- Felicitarse no es tenderles una alfombra roja para recibirles con todos los honores en el gran templo de la democracia. Son los encapuchados del tiro en la nuca, las bombas lapa, masacres, mutilados… Pero ¿cómo no festejar su derrota armada sin lograr sus objetivos?

3.- El pensamiento es más difícil de modular cuanto más tiempo lleva enraizado. Hay demasiados discursos cincelados contra ETA, toda una retórica inflexible tras medio siglo de terror. Pero el ‘posterrorismo’ ha comenzado –en realidad se estaba fraguando desde el 11M – y lo demás es tomar posiciones fuera de la realidad.

4.-En algunas reacciones hay demasiada urgencia por encontrar matices para apostar por el desencanto. ¿Alguna vez España va a retratarse más allá del sectarismo cainita?

5.- A pocas semanas de las elecciones, hay mensajes que transmiten la patética sensación de estar medidos con la calculadora electoral; otros parecen resistirse a que este titular para la Historia figure en el capítulo de la presidencia de Zapatero. Qué país.

6.- El comunicado es ruin, va de suyo. Se trata de ETA. No cabía esperar nada tipo “Somos unos criminales sanguinarios, sin perdón, aunque lo imploramos”. Pero el abandono definitivo de las armas era el mensaje.

7.-Hay antecedentes para evitar la tentación de cerrar esa página de la Historia. Desde la disolución de ETA PM, Argel, la tregua de Bidart, Estella… Y, como sucedió con el Ira, puede parecer una ‘ETA auténtica’, una escisión que trate de prolongar la agónica.

8.- En esta hora, como en todas las horas del terrorismo, las víctimas deben estar en el altar de la democracia. Su dolor es irredimible. El presidente acertó al decir que “habrá democracia sin terrorismo, pero no sin memoria”. Deben mantener su condición de vestales en el templo del sacrificio.

9.- ETA se ha preparado un final retórico, con la conferencia internacional, los avales de Blair o Carter, la presencia de figuras de prestigio internacional, la coartada para enmarcar su comunicado como una respuesta a ese llamamiento. No constituye una sorpresa que no hayan actuado con un discurso moral tras un millar de muertos, sino con una estrategia de marketing.

10.- Un éxito así es siempre colectivo, incluso de quienes se resisten a aceptar que es un éxito.

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