LOS TRES MUNDOS. TOMÁS MORALES


LOS TRES MUNDOS
La montaña y la piedra, el amor y el remordimiento, una estatua y un libro de instrucciones. O, si se quiere, mundo objetivo, mundo subjetivo y mundo cultural. O, en palabras de K. Popper: Mundo 1, Mundo 2 y Mundo 3. Imaginémonos que, por un cataclismo, el hombre desaparece sobre la faz de la tierra. Habría desaparecido el Mundo 2, pero seguirían los otros dos Mundos, aunque de poco serviría el Mundo 3 mientras no haya un Mundo 2 que lo actualice y lo vivifique, pero podían ser marcianos o extraterrestres, no serían necesarios, ya, los hombres.

Imaginémonos que lo que el hombre piensa no puede ser explicitado en obra alguna, que exista independientemente de él. Si la poesía nace, crece, vive en el hombre, pero no puede quedar explicitada, la poesía morirá con él. No habría Mundo 3, Mundo cultural. Y nosotros, que somos “genes” y “memes”, seríamos unos auténticos, pero sólo, seres vivos sensibles, es decir, “animales”. La realidad ni es monista (“todo es materia”) ni es dualista (“todo es o cuerpo-materia o espíritu”), sino que son tres los mundos. Incluso las teorías fisicalistas, admitiendo el mundo de la mente (M.2), reducen los procesos mentales a meras conexiones neuronales (M.1). ¡Mucho cuidado, siempre, con los Reduccionismos!

El M.1 está compuesto de objetos, no sólo palpables, visibles o materiales, sino que también podemos encontrar en el realidades como fuerzas, energías, campos magnéticos…

El M.2 está compuesto por estados mentales, conscientes o inconscientes (vigilia/sueño). Éste es el mundo de las sensaciones de placer y de dolor, de los pensamientos, de las percepciones, de los sentimientos, de los razonamientos.

Si los pensamientos o ideas se objetivan, fuera del sujeto, tenemos el M.3 (sea el lenguaje, la escritura, el arte, la ciencia,…). Son los productos de la mente, sea arte, ciencia, tecnología, poesía… Estos objetos del M.3 pueden formar parte, también, del M.1 (una estatua) y del M.2 (el científico que desarrolla una teoría).

Una montaña o la luna y el David de Miguel Ángel o la Crítica de la Razón Pura forman parte del M.1, pero los dos primeros sólo son del M.1, mientras que los otros dos, (mármol y papel), además, también son del M.3.

Ni en la montaña ni en la luna hay “intencionalidad” (M.2, a no ser que alguien crea que Dios….), no son resultados de un proyecto, mientras que el David y la C. de la R.P. son plasmaciones de unas ideas de un escultor y de un filósofo, son objetivaciones de dos proyectos. En ellos sí hay intencionalidad.

¿Qué son los museos y las bibliotecas?

De la montaña y de la luna podemos preguntarnos por su origen, por su Causa Eficiente (y hablaríamos de plegamientos o de polvo cósmico concentrado…), pero no por su Causa Final (“para qué existen”), mientras que de la estatua y del libro podemos preguntarnos por ambas causas, la Eficiente (“quienes”) y la Final (“para qué”) (y quizá, también, en el caso de la estatua, de la Causa Ejemplar).

El conocimiento subjetivo (M.2) puede hacerse objetivo, comunicable y transferible a otros sujetos (¿qué otra cosa es la enseñanza y el aprendizaje?).

El conocimiento objetivo (M.3) está abierto/expuesto al Criticismo a la comprobación de su verdad o falsedad, de su perfección o defecto (por ejemplo, las teorías científicas, los relatos históricos, los mitos explicativos…).

Nadie duda de que alguien los ha pensado (M.2), lo que se pone en duda es que lo pensado sea verdadero o falso.

No hay independencia entre los tres mundos, sino interacción (un arquitecto puede proyectar y edificar una urbanización en la montaña).

Si el M.1 (materia, neuronas células, energía,…) no existiría el M.2 ni, por consiguiente, el M.3.

El M.1 permite existir al M.2 (la base neurológica de nuestro cerebro) y éste opera sobre el anterior (experimentando, observando, comprobando...)

Del M.2 procede el M.3, cuyos contenidos pueden ser rectificados, desarrollados, contrastados,… por sí o por otros.

Este M.3 no sólo actúa sobre el M.2, sino que puede alterar y predecir fenómenos naturales y físicos del M.1.

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