ESPECIAL 15 M. DIEGO GALÁN

DIEGO GALÁN

¿Qué es para usted el 15 M?

Es el movimiento ciudadano libre con el que más intensamente me he visto identificado desde los tiempos de la transición democrática, tiempos en los que era un adolescente para el que la participación política no dejaba de significar un modo de contestación contra aquello que, más que tener conciencia de haber vivido con anterioridad, había estudiado en el colegio.

¿Qué le hizo a usted unirse a dicho movimiento?

He de reconocer que mi “unión” al movimiento 15M ha tenido una vertiente más ideológica que real. Por diferentes motivos me ha sido imposible asistir físicamente a todas las convocatorias a las que me hubiese gustado acudir. Sin embargo sí que he adoptado una posición no sólo favorable sino también de difusión del movimiento en todos los medios a mi alcance, principalmente en las redes sociales. Los motivos básicos han sido la denuncia abierta de un bipartidismo letal para los intereses de nuestro país que ya pasa de dos generaciones, el rechazo profundo al estatus de dominio de entidades bancarias y crediticias y la lucha por una verdadera división de poderes que culmine en una democracia real.

Esa actitud de pasotismo generalizado, que Federico Mayor Zaragoza ha llamado delito de silencio, parece haberse instaurado en parte de la sociedad. ¿Por qué ha tardado tanto la ciudadanía española en despertar?

Sencillamente porque la “cultura del bienestar” le había cerrado los ojos. Una vez que el bienestar comienza a verse en peligro surge la conciencia. Ha sido una cuestión económica. Los jóvenes han visto cómo se les iban cerrando las puertas año a año y, afortunadamente, han despertado del letargo en el que les había sumido los paradigmas que siempre ha utilizado el capitalismo para adormecer a las masas: el consumo y el bienestar.

¿Dónde han quedado los sindicatos en su tradicional defensa de los intereses de los trabajadores?

En el lugar que el sistema capitalista ha sabido buscar para ellos con su mejor herramienta: el dinero en forma de subvención. Se han instalado como un engranaje perfecto en el sistema capitalista formando parte de una única máquina.

¿Por qué “lo llaman democracia y no lo es”?Como he dicho antes, en primer lugar porque no hay división real de poderes. En segundo lugar porque no hay lugar a duda alguna de que no hemos votado en las urnas a los mercados. Tanto PSOE como PP se han visto dirigidos por “los mercados” en sus políticas cuando han estado en el poder. De nada han servido durante lustros los programas electorales cuando los mercados han originado las directrices de las políticas de los partidos alojados en el poder en cada momento.

Le pedimos una autocrítica del movimiento 15M

El único lunar que le he podido encontrar hasta el momento ha sido el momento en el que fueron acusados de utilizar la violencia contra los políticos en algunos actos de toma de posesión de políticos tras las últimas elecciones municipales.

¿Creéis que “Nada será como antes”?, ¿En qué sentido cree que cambiarán las cosas?

Espero que por el bien de todos así sea. Igualmente espero que el movimiento 15M ayude a romper definitivamente el bipartidismo en España.

Dicen que no pertenecen a ninguna ideología concreta, pero es evidente que algunas de sus reivindicaciones están más cercanas a la izquierda.

Obvio si entendemos por izquierda lo que significaba hace treinta años. Difícil sería encontrar a un banquero, a un especulador del IBEX35 o a un político de cualquier signo político con cargo actual en una manifestación del 15M. Es la izquierda la que teóricamente tiende a un reparto justo de la riqueza.

Critica Carlos Taibo en su libro la identificación de crecimiento y consumo con felicidad y bienestar, ¿qué es para usted felicidad y bienestar?

Quizás sea esta la explicación filosófica de la alienación o enajenación de la población en los países desarrollados durante la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI. A medida que me voy haciendo mayor cada vez creo más fervientemente que la felicidad radica en la conciencia de la negación de la necesidad material para la plenitud espiritual. El bienestar, contrariamente a la segunda acepción de la RAE, a saber, “vida holgada o abastecida de cuanto conduce a pasarlo bien y con tranquilidad”, ha sido la herramienta que ha utilizado el sistema capitalista para embaucar a las masas. El opio del pueblo funcionó hasta que dejó de funcionar. Entonces fue suplido por el bienestar.