COMO SALIR DE ESTA SITUACIÓN ANTES DE QUE SE VAYA A PIQUE. JOSÉ MANUEL LEIVA CARO


SOBRE CÓMO SALIR DE LA CRISIS
Di comienzo a este blog http://comunidad.terra.es/blogs/economiamundial/default.aspx  gracias a las sabias explicaciones de un ganadero entrevistado en la tele, a raíz de una crisis en el consumo de leche (o mejor, de una jugarreta de las centrales lecheras para abaratar el coste de la leche, creo recordar) donde este ganadero se vio de la noche a la mañana que no venían a retirarle la leche que producían sus vacas.

La técnica que aplicaba par salvar su sistema productivo, es decir a sus vacas, fue la que me dio la solución para nuestra crisis, pues su problema económico coincida exactamente en su esquemas básicos con nuestra crisis económica, pues las vacas son elementos productivos vivos, como lo es nuestra sociedad, no una maquinaria inerme que puede pararse y arrancar cada vez que la necesitemos. Y resulta, que efectivamente, lo importante en su crisis de excedente, (así como la nuestra, es también una crisis de excedentes, ver primer artículo de mi blog) en su producción lechera, era mantener su sistema productivo vivo y en buenas condiciones de salud, y para eso era necesario mantener la producción como fuera. No podía parar la maquinaria, es decir sus vacas, y continuar cuando la crisis pasara, y para salvar las vacas no tenía más remedio que ordeñarlas y como no tenia donde almacenar la leche, pues directamente la tiraba al desagüe, sino sus vacas podían enfermar al retener tanta la leche en sus ubres.

Pues eso es lo que tenemos que hacer con nuestra economía, continuar ordeñándola al mismo ritmo que genera nuestro sistema productivo, y lo que sobre tirarlo, o darlo, en tanto nos vayamos adaptando a otro ritmo productivo más sostenible, de mejor reparto social o de otras necesidades.

Las vacas (es decir nosotros) cuando estaban en plena producción y satisfacían plenamente las necesidades de sus amos, ellas era felices pastando y produciendo, y el amo (banqueros, sector empresarial, élite gobernante) también por lo mucho que les rendían, pero ahora al amo no le hace falta tantas vacas y si había una relación de intercambio en libertad entre vacas y ganadero, se dio cuenta que lo que antes era un manantial de ingresos que le enriquecía, como él puede vivir sin problemas prescindiendo de la producción de las vacas por una buena temporada, o con mucho menos rendimiento, si ahora deja de extraer la leche y rompe el circulo de consumo-producción de las vacas, las vacas cada vez van a menos, hasta pueden enfermar, con tal apuro y desesperación que ahora están dispuestas a venderse a su amo en condiciones de esclavitud, con tal que les saquen la leche de sus ubres y les den la pequeña parte de su producción que necesita para sobrevivir.

Eso es lo que está ocurriendo con nuestra economía. El recorte del gasto público, al margen del recorte en bienestar y justicia social que supone, lo más grave que tiene, es que restringe el consumo en nuestra economía, pues el gasto público es el que más dinero pone en circulación y el que más dinamiza nuestra economía. Evitar endeudarse podría ser una medida razonable de mejora, y lo sería después de aplicar con rigor medidas eficientes de reactivación de la economía, pero no aplicada como medida prioritaria y casi en exclusiva. Pues lo prioritario es dinamizar la economía para que esta pueda proporcionar los ingresos naturales de la administración pública, que son los impuestos, y la buena marcha en ingresos por impuestos dependen de la buena marcha de la económica, y la buena marcha de la economía, depende del buen ritmo productivo, y el buen ritmo productivo depende del consumo, y lo que más consumo propicia, con gran diferencia, en una económica, es el gasto público. Cuando una medida secundaria para solucionar un problema se antepone y somete a la medida principal, el resultado es de decrecimiento, de empobrecimiento en espiral.

Oigo amargas criticas y de gran indignación, por la actitud despilfarrante, el choriceo sistemático de nuestra gestores públicos, y por tanto, como que debería ser el principal problema a atajar. Efectivamente necesitaríamos menos dinero y por tanto menos endeudarnos. Pues bueno, eso que parece un problema, sin embargo es solución, siempre que ese dinero se traduzca en consumo, pues lo que interesa es que haya dinero circulando en nuestra economía, que haya consumo de la producción, de nuestra capacidad de producir. El problema de estar gobernados por un ejército de chorizos y despilfarradores es de justicia social, no económico, unos tenemos que trabajar más para que otros dilapiden dinero a manos llenas y vivan en la ostentación y el lujo, pero eso no es un problema económico, pues si ese dinero revierte en consumo, para nada afecta a nuestra economía. No es un problema para nuestra economía, sino todo lo contrario, la dinamiza y por tanto potencia los ingresos públicos de nuestra administración. Os pongo un ejemplo más claro, para que veáis que el robo no es un problema para nuestra economía, siempre que sea para darle salida a nuestros excedente o capacidad productiva, pues recordar que lo importante en caso extremo es ordeñar la vaca, y si no se va a consumir que se tire, o se robe, o lo que sea.

Supongamos que los intereses del dinero fuesen, no el 5, 6, 7 por cien, sino el 50 por cien, es decir que del dinero que nos prestan por una vez los bancos, tanto al sector público como al privado, tuviésemos que pagarles cada año la mitad en concepto de intereses, y así todos los años. ¿Podríamos soportar esto intereses superusureros? ¡Perfectamente! siempre y cuando los banqueros se gastasen ese dinero, es decir se retirase toda la producción que representa ese dinero. Nosotros así pondríamos disponer cada año del mismo dinero para poder continuar produciendo, ese dinero revertiría nuevamente en la economía y tendríamos el medio de intercambio suficiente para esa producción, la misma todos los años. ¿Y por que no es problemas? Porque nuestra maquinaria productiva, tal cual, hoy, nuestro capacidad tecnológica, nuestros recursos y sistema productivo puede producir el doble y más, de lo que necesitamos consumir, plenamente satisfechas las necesidades de nuestra población.

Ellos se pueden llevar la mitad de lo que producimos, si quieren, y para nosotros no es ningún problema, pues podemos hacer esa producción cómodamente con nuestro medios tecnológicos, pero tienen que consumir toda la producción que representa ese dinero que se llevan, y ese dinero tiene que volver de nuevo al fluir de nuestra economía para poder hacer nuevamente ese ciclo productivo, si no esa falta de dinero, esa falta de consumo, esa acumulación de productos colapsa nuestra cadena productiva y detiene la maquinaria, en este caso la debilita y enferma. Se tienen que llevar la producción que representa ese dinero y hacer lo que quieran con ella, robarla, dilapidarla, tirarla, darla, lo que sea, pero que nos vacíen las ubres.

El problema de la deuda en estos momentos, es que precisamente nos restringen ese fluido vital de nuestra economía, el dinero. Si los grandes magnates, en vez de retener especulativamente el dinero que acaparan en enormes cantidades, lo pusiesen en circulación, consumiendo todos esos productos que representa ese dinero, nuestras economías no tendrían problema alguno, pero como saben que restringiendo la circulación del dinero, nuestra economía se estrangula y nuestra desesperación por producir nos hace que lleguemos a vender nuestra libertad e independencia, pues no van a dejar de apretar con las restricciones al consumo, en este caso con fuertes recortes al endeudamiento público, excusándose ( VENDIENDONOSLO ASÍ NUESTROS ECONOMISTAS, INTELECTUALES Y POLITICOS QUE SE ALINEAN CON ESTA GENTE) en la necesidad secundaria de que hay que ajustar el gasto para poder hacer frente a la deuda. Nos empobrece a tal limite esa medida, que compromete nuestra libertad. Antes, en la relación entre la “vaca y el ganadero” había un compromiso mutuos de intercambio en libertad, ahora tenemos que vender nuestra libertad al ganadero, malvender nuestro bienes públicos y privados si queremos nos ordeñen.

Contra esto, el estado, la sociedad tiene la posibilidad, el recurso de inyectar en la economía dinero nuevo que active el consumo-producción. Esto tiene un arma de doble filo si no se adecua la inflación monetaria real a la existente en el mercado con los precios al consumo, pues ese diferencial se va acumulando con el tiempo como una burbuja con un gran poder inflacionaria y puede ocurrir que estalle en cualquier momento, provocando la quiebra de la moneda, por eso hay que aplicarla, adecuar esa inflación monetaria cada año, con una subida programada de los salarios, que tire de los índices del precio al consumo ajustándose a la inflación monetaria real (fijaros que digo, que son los salarios quienes tienen que tirar del IPC, y no a la inversa, como ocurre, que los salarios son los que se adaptan al IPC). Y en esa medida, el valor del dinero retenido, esas ingentes cantidades que se retiene para especular y empobrecer nuestras economías se van devaluando, y pierden poder contra nosotros, por eso que la estabilidad de la moneda, en este caso, es un enorme enemigo en este mecanismo diabólico de la deuda. Este punto es muy importante tener claro: Con este sistema monetario, una moneda fuerte, una moneda estable, es de donde obtienen la fuerza, obtienen el poder los especuladores, las élites para someternos. Cuanto mas fuerte es una moneda, mas poder tienen contra nosotros.

Como no podemos hacer que el dinero retenido entre en circulación, pues se han apoderado de él las élites con las reglas del juego que nos han impuesto, todavía nos queda la máquina de producirlo. El estado a través de su banco central es quien fabrica el dinero. Fabricarlo es potestad de la soberanía nacional, es decir de la sociedad, no de los banqueros (aunque de facto así lo sea), si la gente así lo quiere, así debe ser, ese derecho todavía lo tenemos y lo podemos ejercer si actuamos democráticamente en mayoría, y en este caso introduciendo el dinero nuevo a través del gasto público de los estados. Ahora con el euro y la jugarreta que nos han hecho con los bancos centrales, llevándose una parte muy sustancial de nuestro oro, es un poco más complicado, pero es la única medida que nos queda, y donde tenemos que concentra todos nuestros esfuerzos. Y por el amor de dios, no permitamos en modo alguno que restrinjan el gasto social, la inversión pública, el consumo que más tira de nuestra economía, eso pondrá definitivamente nuestra libertad a los pies de esta gente, a los pies de esta bestia que nos quiere mal y con intenciones genocidas.



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