LOS
MITOS DE CTHULHU (II)
Podemos fechar la publicación del relato “La llamada
de Cthulu” en 1926 en la revista Weird Tales y que provocó una auténtica
convulsión en el reducido círculo literario de la literatura fantástica como el
momento de aparición de los Mitos de Cthulhu. Como utilizó un estilo
periodístico para este relato, Lovecraft convirtió su particular mundo en algo
a lo que cualquiera podía acceder.
Así que sus amigos escritores, con los que se
relacionaba de forma epistolar, como era habitual en el amado por el
reaccionario Lovecraft siglo XVIII, se
adhirieron a su inventada mitología. De este modo se fueron añadiendo más
ídolos, más lugares malditos, más libros de saberes prohibidos…
interrelacionados entre sí.
El propio Lovecraft participó con entusiasmo en este
juego y sus propios amigos fueron apareciendo en sus relatos. August Derleth
fue convertido en el conde D`Erlette, autor de uno de los libros malditos Cultes des goules, Frank Belnap Long en
Belknapius o Robert Bloch como Robert Blake, ocultista víctima de su propia
magia… De esta manera, “La llamada de
Cthulhu” inauguró un nuevo mundo mitológico coherente en sí mismo.
El catalizador de este nuevo universo, es la
personalidad de Lovecraft, su angustia y la expresión onírica de esta angustia.
Aunque, evidentemente, había una tradición literaria
fantástica anterior que hacía que hubiera un grupo de autores predispuestos a
aceptar este tipo de literatura y unos precursores como Lord Dunsany, en el que
Lovecraft se inspiraba en sus primeros relatos, Robert Chambers, Algernon
Blackwood o el ya mencionado Arthur Machen. El acierto de Lovecraft fue crear
lo que se ha llamado “el cuento materialista de terror”.
A principios del siglo XX, el habitual cuento de
terror gótico estaba ya agotado. Los castillos, los cementerios, las iglesias
abandonadas, los espíritus…no causaban ya ninguna impresión.
Así que en su lugar aparecerán oscuros saberes
científicos olvidados, ruinas de antigüedad indescriptible donde se celebraron
ritos espantosos quizás talladas por manos no humanas, hostiles inteligencias
alienígenas…
Pero como hemos dicho, fue la compleja personalidad
de Lovecraft el germen de los Mitos de Cthulu.
La educación puritana a la que fue sometido por su
absorbente madre, unido a una timidez natural, desarrolló en Lovecraft una
fuerte misantropía, que solo superaba con sus amigos más directos. Esta
misantropía es uno de los puntos más relevantes de su personalidad y que más
plasmó en sus relatos.
El miedo a los extraños, a todo lo diferente, quedó
reflejado en su literatura.
En una conocida anécdota, nos cuenta como una vez
que se encontraba en un suburbio de Nueva York caminaba por el centro de la
calzada para no rozar –palabras textuales- “aquella horda
italo-semítico-mongoloide”. Decía que era “sencillamente incapaz de contemplar
seres anormales sin sentir náuseas físicas”. No es difícil averiguar de donde
sacaba sus visiones de espantosos monstruos híbridos que amenazaban con
destruir la Humanidad.
"Tenían todos un color gris verdoso, con
el vientre blanquecino. La mayoría eran
de piel reluciente y resbaladiza, y sus dorsos jorobados estaban cubiertos de
escamas"
A pesar de esto, no llegó a militar en ninguna de
las organizaciones nazis que proliferaban por los años 30. Su madre siempre le
insistió en que eran de estirpe británica y por tanto, superiores. Pero Lovecraft era perfectamente consciente
del ambiente obsesivo, cerrado y malsano en el que se había criado.
Las familias anglosajonas aisladas y empobrecidas de
sus relatos, incluso degeneradas física y psíquicamente por la consanguiniedad
y orgullosos de un pasado que ya no existe, son el reflejo de su propio mundo.
Para Lovecraft, el Puritanismo era el apogeo del Mal.
Además de su rechazo a los extraños, los que muestra
su obra de forma repetitiva es su
aversión al mar. Según su amigo y
también escritor Wandrei, por una intoxicación de pescado cuando era niño. Sea
cual fuere la razón, la proximidad al mar es motivo de desasosiego, así es como
describe la ciudad portuaria y maldita de Innsmouth Lovecraft:
"Además del hedor a pescado que era general en
todo el pueblo, reinaba allí dentro una atmósfera de humedad estancada, lo que
me sugería inevitablemente emanaciones de putrefacción y de muerte”
Esta puede ser la razón por la que de todos los
Primordiales, el más temido por Lovecraft y el que da nombre a todos los Mitos
es Cthulhu, por su carácter acuático. Aunque personalmente, me parece mucho más
inquietante Nyarlathotep. Pero de los dioses del Panteón lovecraftiano
hablaremos en el siguiente artículo.
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