¿INDIGNADOS O PARTIDOS? ANA BARREALES

FIN DE LAS ACAMPADAS
PUBLICADO EN SUR

Previsiblemente entre hoy y mañana levantarán el campamento del 15-M instalado en la plaza de la Constitución. Un mes después nada ha cambiado. Solo que al principio primaban las miradas de simpatía y ahora comparten espacio con las de repulsa. Todo lo demás sigue igual. No ha habido reflexión, ni tampoco reacción de los partidos políticos. Si acaso, una sobre cuándo y cómo desalojarles, como si ése fuera el único debate. También se ha hablado sobre quién ha sido la mente retorcida que ha tramado todo. Como si los ciudadanos, fueran monigotes fáciles de manipular. Si resultara tan sencillo ya se habrían encargado ellos de hacerlo.

En las últimas semanas, cualquiera que se manifiesta, tiene una queja o se muestra en contra de lo establecido se considera a sí mismo 'indignado' y por lo tanto se autoengloba dentro del movimiento del 15-M. Es lo que tiene la anarquía, que está mal organizada.

El lamentable espectáculo ofrecido en el Parlamento catalán debería servir para que los auténticos indignados reflexionaran y se dieran cuenta de que no todos los políticos son corruptos ni están satisfechos con cómo funcionan las cosas. Aunque sí sean culpables de dejarse llevar, como muchos ciudadanos.

Los indignados también han experimentado en su propia estructura degeneración, aunque sea de otro tipo. Un movimiento espontáneo, nacido a partir de reivindicaciones apoyadas por mucha gente también puede pervertirse por culpa de la actitud de unos cuantos. Porque cuando esas ideas cobran fuerza se convierten en un engranaje que, a veces, resulta muy difícil de parar.

Los integrantes del 15-M corren el riesgo de generar una oleada de indignados de tanta indignación. Harían mal en pensar que la simpatía que han despertado en la población les da carta blanca para lo que se les antoje y les autoriza a acosar a políticos elegidos democráticamente por los ciudadanos o a ir contra todo lo establecido, como si fueran una banda de modernos Robin Hood.

Los partidos harían peor todavía en no tener en cuenta que las condiciones por las que nació el 15-M no han cambiado y sus reivindicaciones siguen vivas dentro de mucha gente, aunque no aprueben algunos actos de los últimos días. No es cuestión de elegir entre indignados o partidos, sino de sacar lo mejor de ambos.

1 comentario:

yoquieroyactúo dijo...

Intentaremos sacar lo mejor de ambos!
http://yoquieroyactuo.blogspot.com/2011/07/primer-arbol-de-problemas.html