S.O.S
DE LAS FAMILIAS
El ataque a la familia, en el último
cuarto de siglo, ha sido brutal y desde todos los frentes posibles. Por acción
o por omisión, se atenta contra la dignidad humana, se contamina con el cinismo
y se estrangula con la economía.
Proceden los ataques de todas partes.
Están en la ONU, en la Unión Europea, en las Instituciones de Cooperación
Internacional, en muchos gobiernos y en las instituciones de muchos países.
“Son los laicistas, los relativistas, los feministas radicales, los abortistas,
los representantes del lobby homosexual y los totalitarios de toda clase y
condición” (I.Arsuaga y M.Vidal). Cuentan con dinero, tienen poder, se
envuelven en la bandera del “progreso”, “el humanismo ateo”, “la tolerancia”,
“la libertad” y tratan de imponer la ideología del género, la libertad sexual,
y el imperio de la voluntad del individuo (yo decido) sobre cualquier norma o
principio ético y social.
Puede constatarse esta corriente y este
ataque en todos los países. La propaganda y el adoctrinamiento van principalmente
hacia los miembros más vulnerables de la sociedad y la familia. Campañas,
talleres, libros de texto o “educación para la ciudadanía”, y utilización
masiva de medios de comunicación, sin control real. Este virus ataca la
dignidad humana y las instituciones básicas de la sociedad, como el matrimonio,
la democracia y la vida misma.
Me voy a referir únicamente a España. La
descomposición por la pérdida de valores y la crisis económica están llevando a
“la parada cardiorespiratoria” del pasotismo o “el movimiento de indignación y
marginación” herencia envenenada del zapaterismo. Enriqueció a los sindicatos para enmudecerlos, pero consiguió
revitalizarlos y convertirlos en eje de la defensa de los llamados “derechos
sociales” ocupando puestos estratégicos, que les permiten, mover sutilmente los
hilos de la reivindicación en la calle. El caldo de cultivo del malestar es
convenientemente agitado desde la izquierda. Finalmente, “la querencia
nacionalista del PSOE, que debería llevar a la creación de una nueva España, en
la que la idea de nación habría desaparecido para siempre” (J.M.Marco). “Lo que
hizo el anterior Gobierno hace cinco meses fue entregarle a Rajoy no un cheque
en blanco, sino un cheque sin fondos” (J.G.ferrari). Eso y el desastre de la
gestión, claro. Tendremos que pagar, fuera y dentro, el descrédito
internacional de España, el desastre económico y los ataques a la familia.
Son datos, no opiniones. El 16 de mayo
de 2012 aparecía en un medio de comunicación escrito, lo siguiente: “El informe
del Instituto de Política Familiar sobre la familia en 2011 evidencia el
agravamiento de los problemas de la institución. España sufre un invierno
demográfico sin precedentes y es el país europeo que más rápidamente
envejece…Además, es junto con Portugal el Estado de la UE cuyas prestaciones
llegan a menor número de familias. Urge un cambio por justicia y necesidad para
ayudar a una institución que vertebra la sociedad y que la está sosteniendo
contra la crisis” (La Razón).
Se investiga y se ponen los medios para luchar
contra el Síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Sabemos algo de una enfermedad que afecta a los
individuos que han sido infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana
(VIH). Este virus ataca al sistema inmune y deja el cuerpo vulnerable a una
gran variedad de enfermedades. El organismo infectado no es capaz de dar una
respuesta inmune contra las infecciones.
¿Puede suceder algo parecido en la
sociedad? ¿Está la sociedad española
enferma? ¿Ha llegado el síndrome de inmunodeficiencia social a la célula básica
de la sociedad? Sí. Tanta incultura,
tanta relajación ética, tanto
pillaje y tanto paro, dejan una sociedad
enferma.
Se ha producido una “invasión del poder
político sobre esferas que deberían ser privativas de la sociedad” (J.L.Restán);
se ha producido “una nueva expresión de ingeniería social, tan seria como
inquietante, destinada a transformar la sociedad española arrancando de raíz
las señas de identidad históricas, los valores familiares y la religión” ( F.
Marhuenda). Alguien dice que es “el más peligroso proyecto antiliberal de la
España democrática”(Carlos Rodríguez Braun). Se referían, todos ellos al “PZ
Proyecto Zapatero”.
El contagio es tan dañino que los
ciudadanos estamos aceptando lo indecente como normal. Aceptamos los chanchullos, las mentiras, los
desfalcos, los ERES, las facturas sin pagar, las deudas millonarias de
Autonomías y Ayuntamientos, las naves llenas de regalos, los aeropuertos
cerrados, los cobros por trabajos no realizados, las embajadas y demás chantajes
de los nacionalismos y las comilonas de los políticos que pagamos todos, como
algo “normal”. Aprueban, sin llevarlo en
programa, el aborto, la eutanasia, la
manipulación genética, y callamos. La sociedad transige, por miedo, ignorancia
o manipulación informativa, pero no olvida. ¡No puede ser que nadie responda de
su gestión! Los políticos en general, han sido parte del problema. Es la hora
de la justicia regenerada. Porque la justicia se ha contaminado también.
José Antonio Marina, en el diario El
Mundo, escribía un artículo lúcido titulado, precisamente: “Síndrome de
inmunodeficiencia social”. Dice así: “creo que no está descrito en su dimensión
social. Una sociedad puede también perder esa capacidad, y volverse incapaz de
aislar, combatir, neutralizar o expulsar los elementos dañinos. Sus defensas se
debilitan, se hace más vulnerable y no reacciona ante el agresor que la ataca.
No debemos olvidar que las sociedades tienen también su patología. Por eso, las
hay sanas y enfermas. La proliferación de casos delictivos en el mundo
político, y en el mundo empresarial, la quiebra de la confianza en las
instituciones, la desmoralización -en su doble sentido de falta de energía
ética y de abundancia de comportamientos indignos-, son una prueba de que nuestra
salud es precaria. No nos escandalizamos ya por nada. Resulta peligrosa la
facilidad con que todos nos habituamos a cualquier cosa, sometidos a un lento
proceso de intoxicación”.
Necesitamos un marco de regeneración
ética, social, judicial y política. Una vacuna, no la única, tiene que ser
visible y ejemplar. Se necesitan reunir voluntad de regeneración, con sanciones
justas y ejemplares. Que nadie confunda democracia con impunidad. ¡Nada de
paños calientes, o enjuagues políticos o judiciales y trivialidad! Tenemos que
rearmar moralmente a la sociedad y a la familia para poder salir de la crisis.
Humanismo, cultura, tolerancia, esfuerzo y ahorro. Pero todos. Por ahí pasa el futuro.
La familia es básica. Hay que volver a
poner la vida donde siempre debió estar, en el principio y la base de todos los
demás derechos. Hay que apoyar a la mujer embarazada. Hay que primar a las
familias numerosas. Los recortes no puede pagarlos el elemento esencial de la
sociedad que es la familia. La familia
es más importante que lo que le pase a
Bankia o a la Deuda Pública o a la Prima de Riesgo. Es incluso más importante
que la posibilidad de ser intervenidos. Transcribo literalmente la respuesta
que me ofrece una familia, en Castilla La Mancha, a la que pregunté sobre el tema:
“La ayuda de 35 euros por hijo se cobraba si no se superaba un determinado
nivel de renta. Nosotros la estábamos cobrando y la ingresaban trimestralmente,
pero... Los dos últimos trimestres no los han pagado y no hemos recibido ningún
tipo de notificación al respecto. Ahora, con el nuevo decreto, disminuye la
cantidad (pasa de 35 a unos 9 euros por hijo al mes) y también bajan el nivel
de renta para percibir las ayudas. Sin embargo han dicho que van a ingresarnos
en Junio los dos trimestres que nos deben”.
Ha leído usted bien: 9 euros de ayuda
por hijo a las familias numerosas. ¡No se les cae la cara de vergüenza ni a los
que lo han aprobado, ni a los que nos han dejado tal ruina que ni eso han
podido pagar! ¿Saben ustedes lo que “pagamos del dinero de todos” para abortar
en este país? 57,5 millones de euros. (300 niños concebidos y en camino, a la
basura, cada día) ¡Sin comentarios!
Termino con un anuncio de esperanza. La
familia, a nivel mundial, se va a defender en Madrid
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