LA GENERACIÓN QUE HA SAQUEADO ESPAÑA. FERNANDO SÁNCHEZ SALINERO


LA GENERACIÓN QUE HA SAQUEADO ESPAÑA
“El que no castiga el mal, manda que se haga”. Leonardo Da Vinci
En España, para esto no hay diferencias entre comunidades autónomas, se ha extendido tanto la corrupción y el latrocinio, y es tal la impunidad con la que se vive, que el padre que trate de educar a sus hijos en una cultura de honradez, mérito y esfuerzo está, clarísimamente, condenando a sus hijos a la pobreza. Hemos convertido nuestro país en el paraíso de Alí Babá, pero ¿quién paga la factura? ¡Porque, de algún sitio tiene que salir!


Es mejor no ver las noticias, si no, resulta imposible abrir el negocio y seguir luchando en un mercado sin pulso, que cada día aparece más asfixiado por las deudas.

La gente vivimos en una complacencia con los comportamientos corruptos que nos está llevando a convertirnos, paso a paso, en un país del tercer mundo, eso sí, ganando mundiales de fútbol y de motociclismo, que parecen ser anestesiantes suficientemente fuertes.

Pero, ¿Qué es robar y qué consecuencias tiene, y por qué se permite?

Hay muchas formas de robar: una llevándoselo directamente. Otra, si soy político, banquero… encargo cosas, las pago 10 veces lo que valen y la diferencia me la llevo YO. Cualquier idiota o analfabeto está capacitado para esto. Otra, aceptando dinero a cambio de contratos, recalificaciones…

Hemos llenado el país de mega horteradas que cuestan miles de millones, ¡de EUROS! (en pesetas ya es incalculable), que además tienen unos mantenimientos igual de millonarios, con el único objeto de robar y de hacerse fotos como homenaje al catetismo.

Los bancos tienen agujeros de miles de millones, no porque hayan sido tontos prestando dinero a envalentonados constructores que han quebrado, (aunque también por eso), sino porque las cajas han servido para que familiares y socios de tapadillo de políticos, sin un puto duro, pidieran miles de millones, sin aval de ningún tipo, hayan recibido cientos de millones en préstamos, que ya sabían que no iban a devolver, para comprar suelo o acometer cualquier otro proyecto faraónico pseudoempresarial, y que pagaremos los pringados de turno, o sea tú que lo lees, y yo que lo escribo.
También es robar llenar las administraciones públicas: ayuntamientos, diputaciones, comunidades autónomas, universidades, las miles de empresas públicas paralelas, televisiones, embajadas folclóricas, ONGs de propaganda del partido… de amigos, familiares y estructura de los partidos. En España sobran entre 500.000 y 1.000.000 de personas trabajando en todos esos entes que cuestan más de 3.000 millones AL MES.

También es robar ponerse sueldos los más de 400.000 personas que viven de la política en España (tres veces más que en Alemania con la mitad de la población), sueldos que nunca hubieran imaginado. Aquí cualquier alcalde de pueblo gana una millonada. En España se pasa de mileurista machaca en un partido, a potentado con sueldazo y prebendas de dietas y otros beneficios millonarios, por arte de birli birloque de la política.

Y es que ya no se disimula, ahora es motivo de orgullo. Esto es como lo de Dominguín y Ava Gardner: “¿Dónde vas tan pronto? A contarlo”.

¡Cuánto más robas, más te llevas de indemnización, si dejas un banco! En más consejos de administración te meterán. Porque dejas el puesto para que otro se lleve lo que tú te estabas llevando. Arruinas un país y te condecoran, arruinas una comunidad autónoma y te reeligen, robas a manos llenas en un ayuntamiento y ganas por mayoría, eres yerno de cazador y te permites negociar si devuelves la pasta o no.
Y, ¿por qué se consiente? Por dos razones:
- Porque la gente cree, de verdad, que al final, no le irá al bolsillo. La gente piensa que pongan un tranvía en su ciudad no le va a costar dinero, y queda bonito, ¿no? Como las consecuencias, gracias a los préstamos, se ven pasados unos años, ya habrá tiempo de echarle las culpas a otro. Mientras no haya una relación directa entre despilfarro y bolsillo de votantes, no pasará nada. Por ejemplo: “vamos a poner un tranvía: cada ciudadano a poner 1.000 €”. Ahí habría revueltas. Para eso se han inventado los impuestos generales, y se ha creado la conciencia de que hay que pagar, porque hay que hacer hospitales y carreteras. Y también robar.

- Por el muy español (también muy utilizado por todos los nacionalistas): ¡Que roben los míos! En España se es de un partido u otro, como se es del Barça o del Madrid. Queremos que ganen aunque sea de penalti injusto. Si ves al “tuyo” robar, lo justificas y te acercas a ver si te cae algo. Porque un sistema híper corrupto como el nuestro, no se mantiene sin el consentimiento del 90% de la población, que nos quejamos en la barra del bar y les dejamos que sigan robando. Que es como si me quejo de que mis niños no estudian, pero si el profesor les suspende le saco los ojos.

Y, ¿cuáles son las consecuencias? Que nos han robado algo más importante que los miles de millones que se han llevado estos impresentables. ¡Nos han ROBADO EL FUTURO!

Imaginad en una familia, que un padre gastara y dilapidara no sólo la herencia que recibió del abuelo, sino que se endeudara en cantidades astronómicas, pero a nombre de los hijos. Los hijos firmarían esos préstamos millonarios porque “algo les tocaba”, les compraban una moto, un polo de marca, unas vacaciones de lujo… Y aunque vieran la vida disipada del padre, mirarían para otro lado. “Los padres son así”, dirían.
Un día el padre, con todo el dinero que ha ido sacando, se va a vivir a Brasil a seguir con la fiesta. Y ese día todos los acreedores llaman a la puerta de los hijos y les dicen:

- Nos debéis miles de millones.
- No tenemos nada, ¡sois unos usureros! ¡El capitalismo es una basura!
- Cuando comprasteis la moto u os fuisteis de viaje al Caribe no pensabais eso.
- Pero eso no vale lo que decís que debemos.
- No, pero lo que vuestro padre firmó en VUESTRO NOMBRE, sí. Y lo vais a pagar
- ¿Cómo? No tenemos nada.

- Seréis nuestros esclavos. Llamadlo de una forma más suave, para disimular. Os cobraremos hasta por respirar. No os vamos a bajar el sueldo, pero os subiremos los impuestos hasta dejaros lo justito para que no os muráis de hambre.

- Y, ¿esto cuánto dura?
- Siempre. Vuestra vida y la de vuestros hijos ya nos la vendió vuestro padre. ¡Vuestro futuro es nuestra hucha!

Y lo asombroso, lo verdaderamente asombroso, es que si ese padre volviera de Brasil, esos hijos saldrían a recibirle, le invitarían a comer y presumirían de lo buen ladrón y despilfarrador que ha sido su padre, porque era de los “suyos”, y le propondrían para alcalde.

Cuando hoy vayas a hablar con tus hijos, piénsate antes qué cultura quieres transmitirles.

- Hijo, te condeno a trabajar con denuedo para mantener a miles de corruptos. De nada sirve ser prudente y honrado, porque más carga te harán soportar. Sigo teniendo principios, pero ya dudo que no los hayan utilizado todos los sinvergüenzas para crujirnos a impuestos, a la vez que ellos se lo llevan a manos llenas.
Voy a terminar parafraseando a Leonardo de Vinci: “El pueblo que no castiga con sus votos la corrupción y el despilfarro, manda que se haga”.

1 comentario:

juanmanuel dijo...

Enhorabuena por esta magistral exposición de nuestra realidad social.
Ciertamente vivimos en una sociedad que vamos todos a robarnos a todos, y quienes más ponen el grito en el cielo por sufrir estos saqueos, es más que nada, por la rabia de haberles quitado la plaza los que anda en ese momento arriba. Es también una falta de conciencia, casi diría que es una enfermedad mental, esa obsesión manipuladora y posesiva sin mirar consecuencias. Hay mucha gente “inteligente” que cree que eso funciona por siempre, que esas son las reglas del juego, que unas veces les toca a unos y otras veces a otros, y cuando les toca lo ven normal, como un derecho legitimo, e incluso se sienten ofendidos cuando alguien les expone sus desmanes, como hemos visto en el video de abajo (sobre salarios y política). De verdad, que pocas luces, que falta de consciencia, es un problema serio que tienen esta gente, mucha, mucha gente de nuestro país, pues no sabe como funciona esto, sino no lo harían en modo alguno, todo es un futuro de desolación, sufrimiento y soledad.